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E-BOLETÍN PSI. Vol.11, No.2, Mayo 2016

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DESDE EL ESCRITORIO DEL EDITOR…
El segundo e-boletin Psi del año ofrece tres interesantes artículos de investigación y un ensayo con implicaciones psi que rara vez –si lo hubo en el pasado– privilegian la situación actual de la parapsicología en Argentina. Parra y Argibay continua su serie de estudios sobre psicometría. Según algunas tradiciones, hay sitios sagrados en países como India, Egipto, Nepal, Tíbet y Bután, que se cree son vórtices de energía donde muchas personas peregrinan. Se ha afirmado que los psíquicos son capaces de distinguir por percepción extrasensorial la naturaleza “sagrada” de estos sitios. Los autores trataron de determinar si los participantes de un taller podían distinguir entre objetos sagrados y un grupo “control” (no sagrados), es decir, agua bendita y arena de la Pirámide de Keops en comparación con agua y arena comunes asi como tambien comparar individuos con habilidad psi y un grupo control (no psíquicos). Aunque los resultados no fueron significativos en ambas comparaciones, sin embargo, los resultados muestran efectos estadísticos que sugieren que los psíquicos podrian ser mejores percipientes que el grupo de no-psíquicos.

Entre 2014 a 2015, se organizó una serie de encuentros con Ariel F., quien presumiblemente es capaz de levantar una y hasta dos patas de una mesa trípode a voluntad. Descubierto por su condición en forma casi accidental, los autores diseñaron un estudio para determinar el efecto mecánico anómalo involucrado en la elevación de las patas de la mesa, pero no una levitación completa. Bajo condiciones de control y observación, videofilmado desde diferentes ángulos, se llevaron a cabo un número de mediciones de variables físicas, fisiológicas (EEG), psicológicas y medioambientales, usando un RNG. Después de 23 encuentros se registraron hasta sesenta movimientos anómalos (verticales y horizontales) de la mesa trípode. Varias contrahipótesis fueron descartadas en la medida que las pruebas progresaron, tales como movimientos (inconscientes) y fraude. Los autores concluyen afirmando que se observaron desvios significativos de la secuencia aleatoria del RNG en los momentos de los movimientos mecánicos anómalos de la mesa (en comparación con momentos de “reposo”, sin movimientos de la mesa), pero no se encontró ninguna variación del campos eléctrico y magnético hipotetizado como agente causal de los movimientos de la mesa.

Mariana Ugarte evalúa cuál es el estilo parental dominante de aquellos que han tenido experiencias paranormales y su posible relación con eventos traumáticos en su infancia. Partiendo de la hipótesis de la existencia de una relación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y el trauma infantil, la autora sugiere que esta relación podría estar “modulada” por un estilo parental negativo. Se examinó una muestra de individuos involucrados en prácticas y experiencias asociadas con lo paranormal para evaluar el tipo y frecuencia de experiencias paranormales, experiencias negativas en la niñez, y estilos parentales. Sus resultados revelaron que estas personas tienden a mostrar mayor experiencia de trauma infantil, en particular abuso sexual, y aquellos que tendían a mostrar experiencias paranormales recibían de sus padres una respuesta de mayor indiferencia. Es posible que algunas experiencias paranormales en la vida adulta ocurran como respuesta a un estilo parental negligente, esto es, una forma de responder por fuera de los límites convencionales y producir experiencias anómalas posiblemente para afrontar la indiferencia parental en la niñez.

Michael Nahm examina el fenómeno conocido como “lucidez terminal”, esto es, el inesperado estado de claridad mental y recuerdos vívidos momentos antes de la muerte en pacientes que sufren de trastornos psiquiátricos y neurológicos graves. Los autores analizan una serie de casos de pacientes que sufren de abscesos cerebrales, tumores, accidentes cerebrovasculares, meningitis, enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia y trastornos afectivos. Varios de estos relatos sugieren que durante la lucidez terminal, la memoria y las habilidades cognitivas pueden funcionar por procesos neurológicos diferentes de los normales. El autor cree que este estudio podría facilitar el desarrollo de nuevas terapias para el tratamiento de estas enfermedades asi como brindar herramientas a médicos, acompañantes y familiares en duelo para afrontar tales experiencias y comprenderlas mejor.

Finalmente, Jorge Villanueva escribe acerca de los últimos títulos en la literatura parapsicológica reciente. Esperamos que disfruten este e-boletín. Hasta al próxima!



–El Editor

Alejandro Parra, Editor
Alejandro Parra, Editor
rapp@fibertel.com.ar

Investigación I

UN ESTUDIO EXPERIMENTAL DE LA DETECCIÓN PSI MEDIANTE OBJETOS "SAGRADOS"

Alejandro Parra* & Juan Carlos Argibay**

Alejandro Parra
Alejandro Parra
rapp@fibertel.com.ar

Juan Carlos Argibay
Juan Carlos Argibay

INTRODUCCIÓN

El término "psicometría" refiere a un tipo de cognición anómala (o extrasensorial), que permite a un psíquico o "sensitivo" recibir las impresiones usando un objeto físico como inductor o instrumento para vehiculizar información (Bentley, 1961; Rogo, 1974). Esto confiere ciertas ventajas metodológicas sobre una lectura psíquica “cara-a-cara” llevada a cabo por un consultor psíquico o a través de los espíritus con médiums espiritistas con quienes que algunos canales sensoriales pueden estar accesibles para permitir fraude o auto-engaño involuntario (Hyman, 1977, 1981; Roe, 1991; ver también el estudio de Schwartz, 2002, y Robertson & Roy, 2001).

Una evaluación cuantitativa de las declaraciones de los psíquicos permite determinar si éstas son correctas con mayor frecuencia de lo esperado por azar. Aunque una evaluación cuantitativa puede ser la mejor manera de obtener una evaluación objetiva del valor de las impresiones de un psíquico, sin embargo, es una limitación para la información dada. Las relaciones entre afirmaciones aparentemente no relacionadas, por ejemplo de carácter emocional, pueden proporcionar una caracterization muy acertada de la persona-objetivo o de la situación, pero pueden no ser útiles para un análisis objetivo de carácter cuantitativo.

Empleamos el término "psíquico" en este estudio con referencia a la actividad presuntamente paranormal que permite proporcionar información por fuera del tiempo y el espacio, y que no se obtiene por medios normales. La psicometría ejemplifica tal actividad; definida como un sistema de cognición anómala para la detección psi (Buchanan, 1885; Richet, 1922; para una revisión más reciente ver Parra & Argibay, 2015). Normalmente, en los estudios con psíquicos, el objetivo es demostrar que son capaces de proporcionar información acerca de un objetivo específico significativamente por encima de lo que se puede esperar por mero azar. Sin embargo, en nuestra opinión, la pregunta correcta, y el único de uso práctico no es si los psíquicos son capaces de hacerlo mejor por encima del azar sino si los psíquicos pueden hacerlo mejor en comparación con quienes no son psíquicos.

La principal ventaja de la investigación experimental es que, en principio, la actividad del psíquico están bajo control y que todas sus declaraciones e interacciones verbales se pueden grabar. Pero aun así tampoco es fácil evaluar el valor de tales declaraciones. Cuando un cliente interactúa con un psíquico, estos comentarios pueden proporcionar información adicional que debe tenerse en cuenta al evaluar las declaraciones posteriores. Para un análisis cuantitativo esto constituye un problema tal que, por regla general en los experimentos, estos comentarios quedan excluídos. Por lo tanto, estos estudios experimentales no son totalmente representativos de las condiciones bajo las cuales un psíquico normalmente funciona.

Se diseñó una serie de experimentos basados en la técnica de la psicometría para responder estas preguntas. Queremos explorar algunas de las estrategias utilizadas para evaluar el llamado "efecto del objeto tocado" (token object effect, ver Parra y Argibay, 2007a, 2007b, 2007c, 2008, 2015). En estos estudios, la mayoría de los participantes indicaron haber tenido experiencias personales sugestivas de conocimiento extrasensorial (o psi), tales como impresiones extrasensoriales en personas enfermas (56%), eventos pasados en determinados sitios (50,8%), tocando objetos (34,7%), o en relación a personas desconocidas (69,4%), o tocando fotografias de otras personas (38,3%). El setenta y ocho por ciento de los participantes había tenido algún tipo de entrenamiento en meditación u otras técnicas que implican un estado de atención mental interno. En base a estas respuestas, se reagruparon a los participantes como psíquicos o que dicen tener habilidades extrasensoriales y no psiquicos (control), que indicaron haber tenido tales experiencias en sus vidas, pero que afirmaban no poseer ninguna habilidad psi en particular.

Tres momentos de la práctica de psicometría empleando fotografías y objetos sagrados. En la imagen, la psíquica Leonor Hernández cooperando en el experimento de psicometría.
Tres momentos de la práctica de psicometría empleando fotografías y objetos sagrados. En la imagen, la psíquica Leonor Hernández cooperando en el experimento de psicometría.
Tres momentos de la práctica de psicometría empleando fotografías y objetos sagrados. En la imagen, la psíquica Leonor Hernández cooperando en el experimento de psicometría.
Tres momentos de la práctica de psicometría empleando fotografías y objetos sagrados. En la imagen, la psíquica Leonor Hernández cooperando en el experimento de psicometría.

Se llevaron a cabo talleres de dos horas semanales en el IPP durante los cuales los participantes recibieron inicialmente información acerca de una serie de pruebas extrasensoriales y mediciones de personalidad e inventarios psicológicos. Se les informó que el procedimiento de psicometría podría ayudarles a estimular sus habilidades psíquicas durante estados mentales inducidos mediante ejercicios de relajación.

En el presente estudio hemos tratado de ampliar este enfoque mediante la identificación de otra tarea en psicometría que podría distinguir entre psíquicos y no psíquicos, y se optó por centrar en la tarea en decidir cuál de dos objetos era el originario de un lugar sagrado. Según algunas tradiciones, en países como India, Egipto, Nepal, Tíbet o Bután, existen lugares que representan tales sitios (o centros de energía) donde mucha gente peregrina en busca de salud fisica y mental o paz espiritual. En estos sitios, algunas personas pueden experimentar una sensación de unidad con la naturaleza, sentimientos de felicidad, comunicación interespecies, visiones, sincronicidades, recuerdos o sentimientos de éxtasis (Swan, 1988). personas de diversos grupos culturales y en diferentes períodos históricos, han experimentado esta “conexión” a sitios sagrados, desde encuentros con seres espirituales a sueños inusuales (ver Krippner y Thompson, 1996). Se ha afirmado que los psíquicos son capaces de distinguir por percepción extarsensorial la naturaleza "sagrada" de tales sitios (Devereux, 1999).

Por lo tanto, planeamos seguir el diseño de nuestra investigación previa utilizando un procedimiento de psicometría con un grupo de psíquicos y un grupo de comparación de no psíquicos, pero aquí los objetos objetivos del experimento serán pequeñas muestras de material proveniente de estos sitios "sagrados". Uno de los objetivos del estudio es determinar si los participantes pueden distinguir entre objetos sagrados y objetos no-sagrdos (control) meditizado por psi. En concreto, buscamos (1) determinar si el número de aciertos difiere significativamente de media esperada por azar; (2) determinar si los participantes son capaces de distinguir entre objetos "sagrados" y un grupo "control", y (3) determinar si hay una diferencia significativa en las puntuaciones de ambos grupos. Hipotetizamos que (H1) los psíquicos acertarán más que los no psíquicos, (H2) y que los psiquicos obtendrán más aciertos sobre los objetos sagrados en comparación con los no sagrados (control).


MÉTODO

Participantes

La muestra estuvo conformada por 147 participantes (mujeres 77% y varones 23%), creyentes en lo paranormal y de buen nivel cultural. Las edades oscilaron entre 18 a 76 años (M = 45,85; SD = 12.29). El anuncio también fue subido a internet (www.alipsi.com.ar), donde se describía una breve explicación del procedimiento del experimento y tener una entrevista con nosotros antes de iniciar al estudio.


Clasificación de los Participantes

Inspirado en otros cuestionarios de experiencias paranormales (Psychic Experiences Scale; Richards, 1990 y Anomalous Experiences Inventory o AEI; Gallagher, Kumar y Pekala, 1994), diseñamos un cuestionario autoadmnistrable de 17 ítems para dividir la muestra en dos grupos: Psíquicos (con habilidades psi a voluntad) y no-psíquicos (con o sin experiencias espontáneas, pero afirman no tener habilidades psi). Los items del cuestionario incluyen tres factores (a) creencia en psi, (b) experiencias extrasensoriales (telepatía, sueños psíquicos, clarividencia, sensaciones o impresiones anómalas estando en lugares desconocidos o tocar cosas, y visión del aura), (c) habilidades extrasensoriales (por ejemplo, "¿Puede usted controlar su mente para captar pensamientos o sentimientos psíquicamente de otra persona a distancia?" o "¿Puede usted controlar su mente para diagnosticar enfermedades a distancia, empleando solamente un objeto de una persona desconocida para usted?"). Creencia en psi (items 1.1 a 1.6 se responden como Sí/No) fue muy alta (98% respondió positivamente a todos los items) y las preguntas 2.1 a 3.5, relevaban la frecuencia de cada experiencia (nunca, una vez, a veces, y casi siempre).


Experiencias Extrasensoriales

La experiencia extrasensorial se define como el conocimiento de un evento fuera del alcance de los sentidos, la comunicación mente a mente, cualquier forma de precognición, o conocimiento paranormal del futuro o del pasado. Los participantes (N = 85, 58%) que decían tener “Habilidad psi” fueron clasificados como "psíquicos". Los participantes (N= 62; 42%) que decían tener “Experiencia psi” pero no indicaron tener “Habilidad psi” fueron clasificados como "no psíquicos".


Objetivos

Un colaborador del experimento no presente durante las sesiones con los participantes (psíquicos y no psiquicos), colectó pequeñas muestras de arena, tomadas de la base de la pirámide de Keops en Egipto, y el mismo número de muestras de una fuente de agua a la que los devotos de las apariciones marianas atribuyen propiedades curativas (es decir “agua bendecida”'), extraída de un santuario en Buenos Aires, Argentina. Los recipientes fueron pareados con muestras arena y agua de “control”, esto es, de sitios no sagrados (arena de playa y agua corriente). JCA también contrabalenceó al azar la posicion de ambos recipientes en una pequeña caja de cada par de recipientes (dos de agua y dos de arena). Los recipientes eran transparentes, por lo que los participantes podían ver las muestras (pero no estaba permitido abrirlos) y manipularlas con sus manos. AP estaba a ciegas en cuanto a qué recipientes era “sagrado” o “control”.

Se emplearon pequeñas muestras de arena, tomadas de la base de la pirámide de Keops en Egipto (derecha), y el mismo número de muestras de una fuente de agua a la que los devotos de las apariciones marianas atribuyen propiedades curativas, es decir “agua bendecida”', extraída de un santuario en Buenos Aires, Argentina (izquierda).
Se emplearon pequeñas muestras de arena, tomadas de la base de la pirámide de Keops en Egipto (derecha), y el mismo número de muestras de una fuente de agua a la que los devotos de las apariciones marianas atribuyen propiedades curativas, es decir “agua bendecida”', extraída de un santuario en Buenos Aires, Argentina (izquierda).

Antes de cada ensayo, el coexperimentador entregó las muestras en una caja a JCA, codificando ambos tipos de muestras para cada prueba, de modo que AP no sabía cómo JCA las había codificado. JCA tampoco entró a la sala de ensayo durante la prueba donde estaban los participantes, pero se mantuvo en un cuarto contiguo. (La presencia de JCA en la habitación con los participantes y la decodificación de las muestras habría permitido a las señales sensoriales a los participantes.)

Una vez que las sesiones experimentales hubieron terminado y todos los participantes completaban los ensayos, AP entregó las muestras a JCA, quien las recodificaba como lo eran originalmente. JCA y AP mantuvieron registros separados de todo el procedimiento de asignación al azar y el manejo de las muestras "control" y “sagradas”.


Procedimiento

Dos habitaciones fueron necesarias para llevar a cabo el experimento: una para AP junto a los participantes y otra para JCA. Los participantes fueron evaluados en grupo. Todos los participantes estuvieron presentes junto cuando se manipulaba las muestras de ensayo. AP entregó pequeñas cajas que contenían los pares de muestras a los participantes. Con cada par de muestras ("sagrada" y "control") se suministró una hoja de respuestas incluyendo instrucciones por escrito de la prueba (se les dió instrucciones verbalmente también). Antes de la realización del experimento, todos los participantes pasaron por un ejercicio de relajación de nueve minutos (con la voz de AP). A los participantes se les dijo que estábamos haciendo una prueba de percepción extrasensorial para estimular habilidades extrasensoriales para detectar objetos sagrados, para quienes resultó una experiencia atractiva y desafiante.

Las instrucciones del ensayo para cada participante eran sencillas: AP le pidió a los participantes "permanecer con los ojos cerrados, sentados tranquilos, y esperar las impresiones sobre el objeto durante unos minutos". AP permaneció en la habitación como un observador silencioso durante todo el período de prueba, que duró unos 40 minutos. Cada participante recibió seis pares de muestras para ser tocadas. Después, los participantes indicaron en sus hojas de respuesta cada par si creían que pertenecían a un lugar sagrado (tres de agua y tres de arena) escribiendo el código impreso en la muestra. No escribían sus impresiones sino que simplemente marcaban si el objetivo era el “sagrado.”

El objetivo fue comparar si individuos con habilidades psíquicas podían determinar la naturaleza sagrada del contenido de los recipientes de agua (bendita o común).
El objetivo fue comparar si individuos con habilidades psíquicas podían determinar la naturaleza “sagrada" del contenido de los recipientes de agua (bendita o común).

Una vez que los participantes completaban las hojas de respuestas para cada par de muestras, pasaban las muestras a AP, quien la colocaba en cajas. Después de haber colocado las hojas de respuestas de los participantes en un sobre, JCA pasaba las muestras al próximo participante a AP. Este procedimiento se repitió para cada participante. A los participantes no se les dió ningúna retroalimentación durante el período de prueba, aunque la puntuación total que obtuvo cada participante fue dada al final del taller.


Consentimiento

Los participantes firmaron un consentimiento informado, usando un lenguaje razonablemente comprensible, que especificaba que la persona: (1) tiene la capacidad de consentir, (2) se le comunicó de toda la información significativa relacionada con el procedimiento, (3) tenía libertad para expresar su consentimiento, y que (4) su consentimiento fue adecuadamente documentado (Beahrs y Gutheil, 2001). La pertenencia a los grupos fue voluntaria y los resultados de cada participante se trataron como confidenciales.


RESULTADOS

Se analizó si los participantes eran capaces de identificar correctamente por impresión extrasensorial la muestra extraída de un sitio sagrado cuando se presenta junto con una muestra de control idéntica, pero no tomada de un sitio sagrado. Si los participantes puntuaban dentro de los niveles de azar, entonces deberían puntuar en torno al 50%. Aunque las puntuaciones globales dieron ligeramente por encima del azar, no fueron estadísticamente significativas: para Agua t(152)= 1,18, p= 0,12; para Arena t(152)= 0,54, p= 0,29; para ambos combinados, t(152) = 1,07, p= 0.14 (ver Tabla 1).

Se analizó si había diferencias en el número de aciertos totales en general para los psíquicos (n= 25) y los no psíquicos (n= 122). Dadas las diferencias en los tamaños de muestra se utilizó el test t de Welch de igualdad de medias. No se encontraron diferencias significativas (t= 0,31; p= 0,58).

También se examinó si los aciertos difieren según se trate de arena o agua utilizados como objetivo. Las puntuaciones de los participantes fueron comparados en ambas condiciones. Para ello, se utilizó un ANOVA de medidas repetidas. No se obtuvo ninguna diferencia significativa [F1,15= 0,26; p= 0,61).

Por otra parte, se analizó si la variabilidad de los resultados diferían significativamente de lo que se esperaba teóricamente. Para este cálculo, se utilizó el número total de aciertos obtenidos por cada participante en los seis ensayos (ambos, agua y arena). La variabilidad de las puntuaciones obtenidas resultó significativamente mayor de lo esperado por azar F1,153= 1,51; p < 0,01].

TABLA 1.
MEDIA Y DT DEL NÚMERO DE IDENTIFICACIONES CORRECTAS DE LAS MUESTRAS SAGRADAS POR TIPO DE MUESTRA (SAGRADA/CONTROL)
CATEGORÍA DE PARTICIPANTE (PSÍQUICO/NO-PSÍQUICO)

Tipo de muestra Psíquicos No psíquicos Total
Agua (3 ensayos)
Arena (3 ensayos)
Total (6 ensayos)
1,68 (1,06)
1,60 (1,15)
3,28 (1,88)
1,59 (,96)
1,48 (,90)
3,06 (1,39)
1,59 (0,99)
1,54 (0,96)
3,13 (1,50)


Análisis secundarios

Nos pareció que era interesante confirmar si la diferencia en la variabilidad entre los grupos, que se obtuvo mediante la prueba de la igualdad de la varianza de Levene (F1,145= 7,09; p= 0,009), preservaría el MCE. Hubo una diferencia significativa en la variabilidad entre ambos grupos F1,122= 1,85; p < 0,05). Aunque se obtuvo una diferencia significativa en la variabilidad, es claro que los resultados podrían deberse al Error Tipo 1, o tal vez consecuencia de grandes diferencias en el tamaño de la muestra. Por lo tanto debemos tratar este hallazgo significativo con precaución.


CONCLUSIONES

El objetivo fue comparar un grupo de psíquicos y gente común (no psíquicos) utilizando objetos "sagrados" como objetivos para determinar si el número de aciertos difería significativamente de la media esperada por azar (MCE), si los participantes serían capaces de distinguir entre objetivos “sagrado” vs. “control”, y probar si había una diferencia significativa entre las puntuaciones psi de ambos grupos. Las puntuaciones de los participantes fueron comparados bajo ambas condiciones. No se obtuvo ninguna diferencia significativa cuando también se usó arena o agua como objetivo. Se puede concluir que aquellos participantes que afirmaban tener una habilidad psi (específicamente, ser capaz de captar impresiones de un objeto al estar en contacto físico con éste) mostró mayor variabilidad en sus aciertos psi (aciertos por significativamente por encima del azar y aciertos significativamente por debajo del azar).

Al igual que en estudios anteriores (Parra y Argibay, 2007a, 2007b, 2007c, 2008), el análisis de los datos también revelaron diferencias alta variabilidad entre los dos grupos. La variabilidad fue mayor para el grupo “psíquico” que para el grupo “no psíquicos”, por lo que los participantes que tuvieron experiencias psi espontáneas (pero sin habilidades) tenían mayor variabilidad en sus resultados psi. La diferencia entre los dos grupos podría ser debido a que el grupo de “psíquicos” (es decir, participantes que afirmaban tener habilidades psi) interpretan mejor la información disponible que quienes no tenían habilidades psi, considerando que algunos participantes que decian tener experiencias psi tuvieron entre “altos” puntajes psi, otros obtuvieron altos puntajes de muy bajos (psi-missing). Una interpretación es que el grupo de psíquicos obtuvo mejores resultados generales interpretando constantemente la “señal” psi, mientras que sólo algunos del grupo de “no psiquicos” decodificaron adecuadamente la señal, tal vez debido a la falta de adecuado entrenamiento psi con sus clientes, o como consecuencia de la falta de comprensión de sus propias formas de operar psi.

Finalmente, la psicometría podría entenderse sin renunciar a nuestras ideas convencionales sobre la memoria y la mente. La mente está de alguna manera “impregnada” en el medio ambiente. Puesto que el medio se compone de objetos animados e inanimados, se podría argumentar que la mente también está integrada en estos objetos también. Esto significa que los objetos tienen “mente”, así como propiedades materiales lo cual aumenta la posibilidad de que tal propiedad pueda ser explorada y comprendida; por ejemplo, Bohm (1980) considera a la memoria como un caso singular de este proceso. Roll (1965, 1979) ha propuesto que los objetos contienen 'campos psi' o huellas de la memoria impersonales de eventos físicos y mentales, y Pagenstecher (1922) sugirió que los objetos que no han estado implicados en eventos traumáticos producen imágenes de acontecimientos primarios. Posiblemente, sería mejor intentar provocar psi con este tipo de objetos sagrados, pero sería muy difícil, y más allá de las limitaciones del diseño del presente experimento hay que tener en cuenta todos los indicios exclusivamente dados por el uso de objetos sagrados en comparación con objetos no sagrados (control).


AGRADECIMIENTOS

A la Fundación BIAL por el apoyo financiero de este proyecto de investigación. También a la generosa colaboración de Ethel Rudecindo, que nos proporcionó la arena de Egipto.


Referencias
Beahrs, J.O & Gutheil, T. G. (2001). Informed consent for psychotherapy. American Journal Psychiatry 158, 4 10.

Bentley, W.P. (1961). Research in “psychometry” in the US and England. International Journal of Parapsychology, 3, 75-103.

Bohm, D. (1980). Wholeness and the Implicate Order. London: Routledge.

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* Doctor en psicología graduado en UCES. Es profesor en psicología en la Universidad Abierta Interamericana (UAI) y psicoterapeuta en la práctica privada. Fue editor de la Revista Argentina de Psicología Paranormal. Actualmente es presidente de la Instituto de Psicología Paranormal, Asoc. Civil y coordinador de la Agencia Latinoamericana de Informacion Psi (www.alipsi.com.ar). Es autor de Fenómenos paranormales: Una introducción a los eventos sorprendentes (Kier, 2003), Sueños: Como interpretar sus mensajes (Kier, 2006), y El Mundo de los Sueños (Kier, 2009). Ha ganado becas para participar en simposios y congresos de parapsicología en los Estados Unidos y varios países de Europa.



** Psicólogo de orientación clínica cognitivo-conductual graduado por la Facultad de Psicología de Universidad de Buenos Aires. Actualmente es doctorando en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Es docente en Metodología de la Investigación y Estadística en la Facultad de Psicologa de la Universidad de Buenos Aires. Sus areas de interés son el estudio científico de la personalidad, ideas obsesivas, depresión, conductas de temor, y la conducta sexual, y el desarrollo y adaptación de instrumentos psicométricos. Fue miembro del Instituto Argentino de Parapsicología y actualmente es miembro del Instituto de Psicología Paranormal de Buenos Aires, Asoc. Civil.



1 Este estudio se publicó originalmente en inglés y fue traducido al español por Alejandro Parra bajo el título: An experimental study with ordinary people for testing “sacred” objects through psi detection. Journal of the Society for Psychical Research, 73.1 (2009), 41-49. Agradecemos a su editor Chris Roe su permiso para reproducirlo aquí."



Investigación II

RELACIÓN ENTRE ESTILOS PARENTALES, TRAUMA INFANTIL Y EL DESARROLLO DE EXPERIENCIAS PARANORMALES EN LA EDAD ADULTA

Mariana Elizabeth Ugarte*

Mariana Elizabeth Ugarte
Mariana Elizabeth Ugarte
marianaaugarte@gmail.com


INTRODUCCIÓN


¿Aquellos individuos que experimentaron eventos traumáticos en su infancia tienden a desarrollar experiencias paranormales en su vida adulta? Ha habido intentos por encontrar las causas de porqué algunas personas son mas psíquicas que otras, y porqué algunas pueden experimentar fenómenos paranormales mientras que otras no (Hart Wright, 2002, 2009). Entendemos como eventos “paranormales” como sucesos o experiencias poco frecuentes que parecen presentarse al lado de aquellos que ya nos son conocidos y que se comprenden a través de las categorías conceptuales con las que estamos familiarizados (Parra, 2003).

También se ha discutido el hecho de que algunas personas puedan sentirse perturbadas por estas experiencias y necesiten ayuda psicológica (Gómez Montanelli & Parra, 2004; Hastings, 1983; Siegel, 1986; Weiner, 1980). Aunque las experiencias paranormales han sido tema de interés en investigaciones psicológicas y psiquiatritas (Bem & Honorton, 1994; Bull, 1991; Fenwick, 1985; Persinger, 2001; Ross & Joshi, 1992; Thalbourne, 1994; Williams & Irwin, 1991), el hecho de que algunas personas sientan a tales experiencias como perturbadoras y requieran orientación ha sido un tema de discusión en psicología (p. ej. Dean, 1980; Hasting, 1983; Siegel, 1986).

Para mucha gente, una experiencia paranormal puede atemorizar o causar ansiedad; el temor es aparentemente una reacción inicial relativamente común hacia la experiencia paranormal. Otras veces, las personas que han experimentado tales eventos buscan ayuda en amigos o familiares, ayuda profesional como psicólogos o médicos o religiosa por sus experiencias (Gómez Montanelli & Parra, 2004, 2005; Parra, 2003, 2006; Parra & Corbetta, 2012). En este estudio examinaremos la relación entre el trauma infantil, los estilos parentales y las experiencias paranormales.


Trauma Infantil y Experiencias Paranormales

Una línea de trabajo sugiere que las personas que se perciben a si mismos con poco control sobre sus vidas pueden llegar a experimentar fenómenos paranormales debido a que estas creencias los ayudan a alcanzar una mayor sensación de control (Irwin, 2009). Otros autores han propuesto una relación entre las experiencias paranormales y un locus de control externo (Blackmore y Troscianko, 1985; Irwin, 2009). Steiger (1982) entrevistó durante décadas a médiums que afirmaban que casi todos ellos pasaban por una serie de crisis personales en su niñez o en la juventud, y dió como ejemplo, la observación de Gardner Murphy, expresidente de la American Psychological Association, de que una enfermedad severa, o en sentido más amplio, crisis personales, puede conducir al despertar de ciertas experiencias psíquicas.

Algunos psíquicos provenían de hogares autoritarios y agresivo, o tenían padres intolerantes, de mal carácter o temperamentales, que descargaban la furia y violencia que traían de la calle, pero contra sus hijos. Personas que declaraban haber sido víctimas de abuso en su infancia tuvieron significativamente más experiencias paranormales que lo normal. El psicólogo australiano Harvey Irwin observó que individuos cuyos padres eran alcohólicos mostraban mayor frecuencia de experiencias paranormales, lo cual sugiere que el trauma infantil puede conducir al desarrollo de una personalidad propensa experiencias paranormales.
Algunos psíquicos provenían de hogares autoritarios y agresivo, o tenían padres intolerantes, de mal carácter o temperamentales, que descargaban la furia y violencia que traían de la calle, pero contra sus hijos. Personas que declaraban haber sido víctimas de abuso en su infancia tuvieron significativamente más experiencias paranormales que lo normal. El psicólogo australiano Harvey Irwin observó que individuos cuyos padres eran alcohólicos mostraban mayor frecuencia de experiencias paranormales, lo cual sugiere que el trauma infantil puede conducir al desarrollo de una personalidad propensa experiencias paranormales.


Un estudio sobre más de 1400 norteamericanos llevado a cabo en la Universidad de Chicago produjo resultados interesantes respecto a sus experiencias (ver Greeley, 1975), quienes indicaron mayor nivel de tensión familiar durante su infancia, por ejemplo, relaciones difíciles de sus padres entre sí y ellos mismos con sus padres, pero en menor grado entre ellos y sus madres. Greeley (1975) también indicó que el hecho de tener experiencias psíquicas frecuentes parece estar relacionado, en parte, con un aumento del estrés familiar en la infancia.

A principio de los años ochenta e inicios de los noventa, varios psicólogos observaron que las personas que habían soportado estrés severo en la niñez eran más propensos a tener experiencias psíquicas en la adultez (Wilson & Barber, 1983; Rao, 1992). Concluyeron entonces que una niñez traumática compele a estas personas a disociar; esto es, desviar su foco consciente del “aquí y ahora” reposicionando su atención en fantasías. Lawrence et al. (1995) demostraron que existía un lazo más fuerte entre el trauma y la experiencia psíquica, que entre el trauma y la fantasía, y que existe un vínculo directo del trauma infantil con la experiencia paranormal. Incluso personas con niveles bajos de fantasía en la niñez, también pueden tener experiencias paranormales porque han tenido eventos traumáticos en sus vidas.

Ring (1984, 1995) ha observado que muchos adultos que tienen experiencias cercanas a la muerte, y otras experiencias paranormales, son especialmente propensos a haber sido más vulnerables a los abusos y a otros eventos traumáticos en su infancia. Sin embargo, sostiene que algunas personas han sido fortalecidas por estas duras experiencias tempranas y son más perceptivos a realidades alternativas. Un niño que está expuesto a una situación de amenaza a la violencia física, abuso sexual, o a otros traumas severos, estará más fuertemente motivado a “desconectarse” selectivamente de estos aspectos de su mundo físico y social, disociando. De esta manera, es más probable “sintonizar con otras realidades alternativas.”

La médium norteamericana Eileen Garrett (Garrett, 2002) describió con precisión esta conexión entre su propia niñez traumática, acompañada de una entrada positiva de lo paranormal en su vida, y el desarrollo de sus habilidades como médium. Desde su niñez, Garrett soportó las situaciones de abuso casi cotidianos de su tía. Cuando Garrett tenía cuatros años, sintió la presencia de lo que luego serían sus “amigos imaginarios”. Pronto tuvo la habilidad de ver el aura, e incluso la visión de un pariente que había muerto, cuando aquella información era totalmente desconocida en su casa en aquel momento.

Sylvia Hart Wright entrevistó a personas para conocer antecedentes familiares de mediums y psíquicos, con qué personas y cómo pasaron sus primeros años de vida. En el curso de sus entrevistas semi–estructuradas preguntó a sus entrevistados si en sus familias había creencias religiosas tradicionales y si los adultos tenían algún interés o creencia en lo paranormal.
Sylvia Hart Wright entrevistó a personas para conocer antecedentes familiares de mediums y psíquicos, con qué personas y cómo pasaron sus primeros años de vida. En el curso de sus entrevistas semi–estructuradas preguntó a sus entrevistados si en sus familias había creencias religiosas tradicionales y si los adultos tenían algún interés o creencia en lo paranormal.

Hart Wright (2009) en un estudio de corte cualitativo, entrevistó a 120 personas acerca de sus experiencias de comunicación después de la muerte bajo la forma de una sensación de contacto con familiares o amigos fallecidos. Tales experiencias no involucraron médiums y, a diferencia de las experiencias cercanas a la muerte, ocurrieron por lo general cuando el sujeto estaba perfectamente lúcido. En este estudio se buscó conocer además los antecedentes familiares, con qué personas y cómo pasaron sus primeros años de vida. Todas las entrevistas fueron grabadas y luego se desgrabaron para su análisis. En el curso de las entrevistas semi–estructuradas y abiertas, se preguntó a los entrevistados si en la familia donde habían crecido había creencias religiosas tradicionales y si los adultos tenían algún interés o creencia en lo paranormal.

Se encontró que más de la tercera parte de los entrevistados habían tenido o tenían uno o dos padres alcohólicos o un pariente alcohólico actual, un tío o un abuelo en el hogar. Muchos hijos/as de alcohólicos dijeron haber sufrido golpizas frecuentes, o ver u oír a otros de sus familiares alcoholizados. Incluso donde no había ningún caso de abuso físico significativo, había más probabilidad de encontrar otros problemas en su infancia. Por otra parte, casi un tercio de los entrevistados, principalmente de padres no alcohólicos, provenían de hogares predominantemente autoritarios, o agresivos/abusivos, en donde se les exigía una dependencia y obediencia total, o tenían padres intolerantes, de mal carácter o temperamentales, que descargaban la furia y violencia que traían de otros ámbitos, pero contra sus hijos.

Ress (1971) sugiere que hay factores que pueden hacer que algunos cónyuges en proceso de duelo tengan más probabilidad de experimentar experiencias espontáneas de comunicación después de la muerte. Rees entrevistó a 66 viudos y 227 viudas y encontró que la mitad de los viudos y el 46% de las viudas habían tenido algún tipo de sensación de presencia o de contacto de su compañero/a fallecida/o. Los sujetos de la muestra que tuvieron experiencias espontáneas de comunicación después de la muerte no estaban deprimidos ni estaban aislados a nivel social; por el contrario, su matrimonio había sido duradero y feliz.

Ross & Joshi (1992) también confirmaron una relación existente entre las experiencias paranormales, trauma y disociación. Encontraron que las personas que declaraban haber sido victimas de abuso en su infancia tuvieron significativamente más experiencias paranormales que lo normal. Irwin (1992) encontró una correlación significativa entre las creencias paranormales y el trauma. Además demostró que las creencias paranormales estaban conectadas con el control interpersonal. Irwin (1994) replicó estos resultados en individuos cuyos padres eran alcohólicos y posteriormente desarrolló el Modelo de Factores de la Infancia, en el cual las experiencias paranormales están vinculadas con la propensión a la fantasía y una fuerte necesidad de control intrapersonal. Esto sugiere que el trauma infantil puede conducir al desarrollo de una personalidad propensa a la fantasía, y luego a desarrollar creencias y experiencias paranormales. Watt, Watson y Wilson (2007) encontraron los mismos resultados que Irwin (1994) agregando que esta necesidad de control podría estar asociada con la ansiedad y el control percibido en la niñez.

Lawrence et al. (1995) trataron de replicar el modelo de Irwin (1994) mediante el estudio de la asociación entre trauma en la infancia, fantasía infantil, experiencias paranormales y creencias paranormales y confirmaron que las experiencias paranormales estaban correlacionadas con el trauma durante la infancia y fantasía. Además demostraron correlaciones entre creencias paranormales y fantasía. Ellos proponen un modelo en el que el trauma provoca fantasía y experiencias paranormales con un enlace directo desde el trauma hacia la experiencia paranormal, de modo que existen dos “rutas”, una directa y otra indirecta, desde el trauma hacia las experiencias paranormales y las creencias paranormales serían la consecuencia de las experiencias paranormales, en lugar de una causa.

Para evitar cualquier confusión metodológica asociada a este método de evaluación, French y Kerman (1996) desarrollaron un protocolo para asegurar que dichas correlaciones no sean consecuencia del hecho que los sujetos con personalidades propensas a la fantasía pudieran haber sido más honestos en sus respuestas, o tener mayor tendencia a confundir la realidad y la fantasía acerca de los eventos de su infancia. Encuestaron a adolescentes que asistían a unidades de tratamiento hospitalario como víctimas de abuso (sexual, psicológico y/o emocional en su temprana infancia). Cuando se comparó a este grupo con una muestra del grupo control, encontraron diferencias significativas, siendo los adolescentes maltratados quienes exhibieron creencias paranormales más fuertes, y encontraron que las correlaciones entre el trauma en la infancia, personalidad propensa a la fantasía y creencias paranormales, eran válidas.

La médium irlandesa Eileen Garrett, estudiada por el parapsicólogo alemán Hans Bender. Cuando tenía cuatro años, sintió la presencia de amigos imaginarios; pero ya adulta tuvo la visión de un pariente que había muerto, cuando nadie en su casa lo sabía.
La médium irlandesa Eileen Garrett, estudiada por el parapsicólogo alemán Hans Bender. Cuando tenía cuatro años, sintió la presencia de "amigos imaginarios"; pero ya adulta tuvo la visión de un pariente que había muerto, cuando nadie en su casa lo sabía.

Más recientemente, Perkins y Allen (2006) estudiaron la asociación entre abuso físico en la infancia y creencias paranormales. Este estudio se centró específicamente en el correlato de abuso físico en la infancia y experiencias paranormales. Las creencias paranormales proveen una fuente de significados y seguridad; el trauma durante la infancia parece ser común también entre creyentes en extraterrestres (Ring & Rosing, 1990) y gente que de repente experimenta una conversión religiosa o se afilia a una secta (Ullman, 1982).

Según Irwin (2009) las experiencias paranormales podrían ser consecuencia de experiencias más tempranas que reaparecen en la adultez luego de un evento negativo de la vida. Las experiencias paranormales podrían ser consideradas desde este punto de vista como una forma de “vestigio” de la primer relación con la madre, que podrá “retornar” luego de experiencias de vida negativas. Este tipo de relación primaria reaparecerá especialmente luego de situaciones de separación e incrementará las interacciones con el entorno siendo interpretado como “poco común” en un intento de conservar la conexión con los otros. Así cuando el aparato psíquico se encuentra ante dificultades, invocará a estas primeras estructuras psicológicas y reactivará algunas “imperfecciones”. El aspecto realista de estas percepciones proviene del hecho de que afectará los estratos más arcaicos. Esas reflexiones provienen de muchos de los pacientes, que describen una duración muy temprana, o corta, de la niñez en la que su madre estaba particularmente ausente, indiferente o depresiva.

Tales marcas tempranas durante la infancia conducirán luego a tres formas en que la modalidad de relaciones tempranas y traumas podrían simbolizarse con experiencias paranormales. Se sugiere llamar a la primera la “forma de control”. Las creencias paranormales serán un sistema de representaciones que permitirán dar un sentido al tema, y luego la impresión de ser capaz de controlar eventos perturbadores. La consecuencia de estos traumas también seria para generar “formas de fantasía”. Finalmente, Irwin (2009) propone una tercer forma que conduce al desarrollo de las experiencias paranormales, que llamamos “formas de transmisión”. La causa dinámica en el origen de las experiencias paranormales se transmite de padres a hijos que causa la herencia de ciertas características psicológicas.

Rabeyron y Watt (2010) encontraron que las personas que habían tenido experiencias paranormales durante el último año habían tenido más eventos negativos durante ese mismo año. Aquí se propone la noción de una experiencia paranormal “inaugural”, dado que en un gran número de casos tener una primer experiencia paranormal lleva muchas veces a experimentar otras. A menudo se observa también un sorprendente incremento de la creatividad (por ejemplo, una paciente mejoró sus habilidades para la pintura artística después de una experiencia cercana a la muerte). Esta primera experiencia pertenece a lo que Rabeyron y Watt (2010) llaman la “solución paranormal”, esto es, una estrategia de afrontamiento que da orígen a diferentes experiencias paranormales como reacción original a los eventos negativos de la vida. Pero esta estrategia no es tan obvia para el paciente, y la mayor parte del tiempo los pacientes no hablan espontáneamente de sus eventos negativos, o no ven inicialmente una conexión entre este evento y sus experiencias paranormales.

Kenneth Ring encontró que muchos adultos han sido más vulnerables a los abusos en su infancia y que tuvieron experiencias cercanas a la muerte y experiencias OVNI.
Kenneth Ring encontró que muchos adultos han sido más vulnerables a los abusos en su infancia y que tuvieron experiencias cercanas a la muerte y experiencias OVNI.

Es importante comprender por qué estas personas han tenido experiencias paranormales en la adultez. En el estudio de Rabeyron y Watt (2010) también se ha observado que no es el trauma en si mismo lo que parece importante sino más bien la forma en que éste se procesa a nivel emocional, y la forma en que el entorno ayudará al niño eventualmente a afrontarlo. También se propone que las experiencias excepcionales podrían ser consecuencia de experiencias más tempranas, que podrían ser consecuencia de otros eventos que reaparecen en la adultez luego de un evento negativo en la vida.

Taulí (2009) encontró correlaciones entre el trastorno disociativo y la presencia de acontecimientos traumáticos en la infancia, especialmente la existencia de abuso sexual en la infancia. En una muestra clínica de 36 pacientes que padecían trastornos disociativos se evalúo retrospectivamente si estos pacientes habían padecido eventos traumáticos durante su infancia. Mediante este estudio se evidenció que el trastorno disociativo se asocia con la presencia de acontecimientos traumáticos en la infancia (58%), y antecedentes de abuso sexual (28%) y que la presencia de acontecimientos traumáticos en la infancia estaba asociada con la gravedad del cuadro clínico disociativo.

Fisher y Fisher (1992) sostienen el necesario rol de las convicciones paranormales en mejorar el bienestar psicológico, actuando como una protección contra la difícil realidad en el que se encuentra inmerso el individuo. Terr (1997) demostró que es posible que una sola experiencia traumática pueda tener un impacto menos extremo o menos duradero en la creencia paranormal. Para ello, entrevistó a niños en edad escolar que en 1986 habían presenciado la explosión del trasbordador “Challenger” en donde murieron varios astronautas, incluyendo su maestra. Cuando se realizaron pruebas psicológicas en niños unas pocas semanas después del incidente traumático, mostraron evidencia de pensamiento paranormal, pero esa tendencia se disipó al año siguiente.

Thalbourne (1994) plantea que cualquier sufrimiento agudo y severo puede convertir los pensamientos de una persona hacia lo paranormal. En cualquier caso, ya sea una historia del trauma en curso o en una serie de diferentes traumas pueden contribuir a desarrollar creencias paranormales. Irwin (2009) ha especulado que la creencia en lo paranormal puede surgir tras hacer frente a la percepción de “falta de control” creado no sólo por los acontecimientos relativamente raros de una infancia traumática sino también por ciertas formas más comunes de la experiencia infantil asociada a la falta de control, como tener padres autoritarios. Las experiencias traumáticas de la infancia formarían un subconjunto de un conjunto más amplio de experiencias infantiles asociadas a una falta de control. Irwin sugiere que no todas las personas traumatizadas avalan las creencias paranormales, asi como tampoco la gente traumatizada se vuelve creyente en lo paranormal. El trauma podría ser uno de un gran número de factores que pueden evocar la necesidad del sentido de control y de ahí, la atracción por las creencias paranormales.


Estilos parentales y Experiencia paranormal

El concepto de estilos parentales ha sido ampliamente utilizado en la investigación psicológica a lo largo de los últimos años. Se han elaborado diversas definiciones desde distintas perspectivas, aunque una de las más aceptadas es la de Darling y Steinberg (1993), quienes definen los estilos parentales como:
“una constelación de actitudes hacia el niño que le son comunicadas y que, tomadas en conjunto, crean un clima emocional en el cual se expresan las conductas de los padres. Estas conductas incluyen tanto las dirigidas a objetivos concretos, como gestos, expresiones faciales, cambios en el tono de voz, o expresiones espontáneas de una emoción” (p. 488).
La psicóloga escocesa Shari Cohn ha llevado a cabo un estudio detallado acerca de las patrones familiares de psi en una serie de estudios de clarividencia.
La psicóloga escocesa Shari Cohn ha llevado a cabo un estudio detallado acerca de las patrones familiares de psi en una serie de estudios de clarividencia.

Los hijos de padres autoritarios poseen dificultades a nivel emocional, baja autoestima y una escasa confianza en sí mismos que a su vez pueden desencadenar síntomas depresivos. En cambio, los adolescentes que crecen en hogares permisivos, aunque no suelen mostrar baja autoestima, presentan comportamientos antisociales. El padre permisivo –en el otro polo– impone pocas o ninguna restricción a sus hijos. Es poco exigente respecto a una conducta madura, casi no utiliza el castigo y permite que el niño regule su propia conducta. Tiene una confianza total en sus hijos y ejerce una democracia plena en la relación padres-hijos. Los hijos disponen de gran libertad y poca conducción. Los padres esperan que el niño tenga un comportamiento maduro, y no establecen límites a la conducta, fomentan la independencia y la individualidad. En muchas ocasiones, estos padres son considerados “indulgentes”. En algunos casos, los niños tienden a ser impulsivos, agresivos, rebeldes, así como socialmente ineptos e incapaces de asumir responsabilidades (para una revisión, ver Diez & Peirats, 1997; Hindman, 1977). En otros casos pueden ser independientes, activos, sociables y creativos, capaces de controlar la agresividad con un alto grado de autoestima. Maccoby y Martin (1983) postulan cuatro estilos parentales conformados por la combinación de dos dimensiones de respuesta y demanda: (1) estilo autoritario, caracterizado por alta demanda y baja respuesta, el permisivo, baja demanda y alta respuesta, (3) el negligente que se manifiesta con baja demanda y baja respuesta, y por último (4) el autoritativo de alta demanda y alta respuesta.

Hay relativamente pocos estudios que examinen el vínculo parental y el desarrollo de creencias/experincias paranormales. Farias & Granqvist (2007) examinaron un sistema de creencias que incluye aspectos de espiritualidad no teísta, filosofía oriental, psicología humanista, desarrollo personal, medicina alternativa y de la metafísica (un concepto más amplio que solamente creencias en fenómenos paranormales) en el noroeste de Inglaterra. Se correlacionaron el estilo parental negligente de los padres, abuso físico, sexual y emocional, parentificación y amenazas de rechazo, abandono y castigo durante la infancia, y cómo estas experiencias pueden ser predictoras de la emergencia de experiencias paranormales, creencias, temores y una orientación de la Nueva Era. Los resultados demostraron que el abuso sexual infantil tiene efecto significativo directo sobre experiencias anómalas en la adultez. También se encontró una relación entre el abandono en la niñez, el abuso sexual, emocional y parentificación respecto a creencias y experiencias paranormales.

Incluso algunos padres se oponen vehementemente a cualquier creencia o práctica asociada al misticismo, la superstición, el ocultismo, o incluso la Nueva Era. Por ejemplo, Cohn (1999) observó que había padres que prohibían en su familia hablar sobre poderes paranormales; en el otro extremo, algunos padres pueden exigir a sus niños cumplir con ciertas creencias esotéricas o participar en sus rituales. Estos ambientes tan contrastantes y la infancia pueden tener diferentes consecuencias a la hora de abrazar o no ciertas experiencias paranormales en la adultez.

Finalmente, Rogers y Lowrie (2015) examinaron el grado en que diversos tipos de maltrato infantil predicen la experiencia paranormal en la adultez. Sus resultados demuestran que el abuso sexual infantil tiene un efecto significativo sobre las experiencias paranormales en la adultez, asi como también abandono infantil, sexual y emocional (“parentificación instrumental”) y, en menor medida, propensión a fantasear. Esto es consistente con la hipótesis psicodinámica de Irwin (2009) que sugiere que la experiencia paranormal de los adultos es un mecanismo adaptativo para afrontar situaciones traumáticas infantiles y aumentar la sensación de control. En consecuencia, este estudio se formula la siguiente pregunta: ¿El estilo parental “modula” de algún modo el impacto de los eventos traumáticos en la niñez, y si es así, de qué forma está relacionada con la experiencia paranormal?

El objetivo de este estudio es evaluar el estilo parental dominante de aquellos que han experimentado eventos paranormales y su relación con eventos traumáticos en su infancia. Más específicamente determinar el estilo parental dominante, la frecuencia y tipo de experiencias paranormales y la medida de eventos negativos de la niñez en la vida adulta, comparar el estilo parental y experiencias traumáticas en la infancia entre aquellos que reportan experiencias paranormales y un grupo control (sin experiencias), y relacionar la medida de experiencias traumáticas durante la niñez y la frecuencia de las experiencias paranormales.

Se hipótetiza aquí que (H1) se encontrará una relación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y el trauma infantil, (H2) se encontrará una relación positiva y significativa entre experiencias paranormales y un estilo parental dominante “negativo”, (H3) individuos que reportan experiencias paranormales tenderán a mostrar mayor frecuencia de experiencias traumáticas en la niñez en comparación con individuos sin experiencias, y (H4) individuos que reportan experiencias paranormales tenderán a mostrar estilos parentales más rígidos en comparación con individuos sin experiencias.


Un estilo parental con poco o totalmente carente de límites y escaso afecto podría estar por detrás del desarrollo de ciertas experiencias paranormales en la vida adulta. Es posible que las experiencias paranormales se desarrollen como una respuesta –aunque no la única– frente un estilo parental negligente, esto es, una forma de responder por fuera de los límites convencionales y producir experiencias anómalas posiblemente para afrontar la indiferencia parental en la niñez.
Un estilo parental con poco o totalmente carente de límites y escaso afecto podría estar por detrás del desarrollo de ciertas experiencias paranormales en la vida adulta. Es posible que las experiencias paranormales se desarrollen como una respuesta –aunque no la única– frente un estilo parental negligente, esto es, una forma de responder por fuera de los límites convencionales y producir experiencias “anómalas” posiblemente para afrontar la indiferencia parental en la niñez.


MÉTODO

Participantes

Grupo “paranormal”: Compuesto por 63 individuos participantes de cursos de psicología transpersonal, parapsicología y disciplinas relacionadas todos creyentes en una variedad de experiencias espirituales/paranormales, 20 (32%) varones y 43 (68%) mujeres entre 18 a 64 años (Media= 31,71, DT= 12,46) de buen nivel cultural (52% secundario completo y 23% universitario), en su mayoría solteros (49%, y casados 30%) de nacionalidad argentina, en su mayoría residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.

Grupo Control (no Paranormal): Compuesto por 53 individuos quienes no indicaron haber tenido experiencias espirituales/paranormales (excepto déjá vu= 30%), 23 (43%) varones y 30 (57%) mujeres entre 18 a 65 años (Media= 31,62, DT= 12,13) de buen nivel cultural (52% secundario completo y 13% universitario), en su mayoría solteros (49%, y casados 30%) de nacionalidad argentina, en su mayoría residentes en CABA y el conurbano bonaerense.

Se aplicó una técnica de muestreo no-probabilística, con lo cual se pareó al grupo paranormal con el grupo “control” de modo que resultó una muestra de mayor homogeneidad (valores de edad, estado civil y nivel educativo son muy semejantes). Ninguno de los participantes de este estudio recibió compensación económica y todos completaron ambas escalas en forma individual.

Si bien recibieron información acerca de los objetivos generales del estudio, no se informó respecto a las hipótesis del estudio. Se invitó a responder los tres instrumentos de forma voluntaria y anónimamente, los cuales fueron entregados en forma contrabalanceada y bajo el pseudotítulo “Cuestionario de Experiencias Psicológicas”, con lo cual se evita sesgar las respuestas. Para los criterios de inclusión/exclusión se excluyeron de la muestra aquellos cuestionarios incompletos o respondidos en forma incorrecta. Todos los participantes completaron un consentimiento informado.


Instrumentos

Encuesta de Experiencias Paranormales (EEP). Es un inventario autoadministrable para reunir información sobre experiencias anómalo/paranormales (Gómez Montanelli & Parra, 2002, 2005). Estudios previos de algunas de estas experiencias han sido publicados en otras revistas (ver Parra, 2006, 2008b, 2008c, Gómez Montanelli y Parra, 2008), El EEP contiene 18 reactivos e incluye experiencias tales como sueños premonitorios, telepatía, ver aura, experiencias fuera del cuerpo, sensación de presencia, mediumnidad, experiencia de sanación (como sanador), déjà-vu, experiencia mística, y apariciones (oír o ver fantasmas), que el participante responde como “Nunca”, “Rara vez” o “Múltiples veces”. Se construyó un índice de experiencias para cada participante en función del número de respuestas afirmativas a sus experiencias. Este índice tendrá un rango de 0 (ninguna experiencia) al 10 (todas las experiencias).

Cuestionario de Experiencias Negativas en la Niñez (CTQ-SF, Bernstein & Fink, 1998) El CTQ es un cuestionario auto-administrable de perfil retrospectivo, que mide el grado de abuso sufrido durante la infancia. Los factores centrales que evalúa son Abuso Físico (reactivos 6, 7, 8, 9 y 10), Abuso emocional (reactivos 1, 3, 4, 5, 11, 12, 15, 18, y 23), Abuso sexual (reactivos 21 y 22), Abandono Físico (13, 14, 16, 19 y 20) y Abandono emocional (reactivos 2 y 17). Otros eventos traumáticos que pueden ocurrir durante la infancia, como la muerte de un padre o una enfermedad grave, no se evalúan. El cuestionario contiene una escala de cinco puntos (0= Nunca, 1= Una vez, 2= A veces= y 3= Casi siempre). Todos los reactivos están altamente correlacionados con sus respectivas sub-escalas. La validez discriminante es satisfactoria y la intercorrelación es altamente significativa. El valor de confiabilidad para toda la muestra (N= 116) fue de .93.

Escala de Estilos Parentales e Inconsistencia Parental Percibida (EPIPP, De la Iglesia, Ongarato, & Fernández Liporace, 2010). Evalúa estilos parentales y la inconsistencia parental percibida en adultos jóvenes, es un inventario autoadministrable para la evaluación de estilos parentales e inconsistencia parental percibida dirigido a adultos jóvenes. La escala está compuesta por 24 ítems que evalúan las conductas maternas y paternas. Transformando la puntuación directa a percentil, podrá valorar el grado de presencia de ambos aspectos del constructor (escalas de respuesta y demanda), identificando mediante su combinación, el estilo parental característico de cada progenitor, lo cual permitirá apreciar la posible inconsistencia interparental en el caso de que padre y madre exhiban estilos diferentes. También se puede analizar la frecuencia de las prácticas contempladas en cada subescala. La escala posibilita considerar el grado de inconsistencia intraparental. La EPIPP está constituida por seis subescalas: Afecto, Diálogo, Indiferencia, Coerción Verbal, Coerción Física y Prohibición. A su vez, estas se agrupan en dos escalas mayores (Respuesta y Demanda) resultantes de un estudio factorial de segundo orden. Por medio de estos se podrá observar el grado de presencia de respuestas y demandas de los padres hacia sus hijos y las tres dimensiones que contiene cada una: Respuesta: Afecto: Ítems 1, 7, 13, 19 y 24. Diálogo: Ítems 2, 8, 14 y 20. Indiferencia: Ítems 3, 9, 15 y 21. Demanda: Coerción Verbal: Ítems 4, 10, 16 y 22. Coerción Física: Ítems 5, 11 y 17. Prohibición: Ítems 6, 12, 18 y 23. Los cuadrantes se forman de acuerdo al siguiente esquema: (1) Autoritario = Alta Demanda/Baja Respuesta, (2) Permisivo= Baja Demanda/Alta Respuesta, (3) Negligente= Baja Demanda/Baja Respuesta, y (4) Autoritativo= Alta Demanda/Alta Respuesta. Los puntos de corte fueron puntuaciones altas (80-99%) y puntuaciones bajas (0-20%) usando las puntuaciones obtenidos de la muestra total (N= 116).


Análisis

Los datos fueron procesados mediante el paquete estadístico SPSS 20 (en español) y fueron evaluados a una cola. Se llevó a cabo una evaluación de la normalidad de la muestra. A partir de los valores obtenidos (Shapiro-Wilks), se asumió una distribución asimétrica en la mayoría de la puntuaciones de los instrumentos, en consecuencia, se empleó estadística no paramétrica para los análisis. Para llevar a cabo comparaciones se empleó el análisis de U de Mann-Whittney, y para correlacionar se empleó el coeficiente de Rho de Spearman (rs).


RESULTADOS


TABLA 1:
FRECUENCIA Y PORCENTAJE DE EXPERIENCIAS PARANORMALES DEL GRUPO “PARANORMAL”

Experiencia Paranormal N %
Sueños psíquicos
Aura
Experiencias fuera del cuerpo
Experiencias Místicas
Sensación de Presencia
Sanar a distancia
Déjà vú
Apariciones
43
24
28
39
52
25
59
38
68,3
38,2
44,4
61,9
82,5
39,7
93,6
60,3

El grupo “Paranormal” presentó con mayor frecuencia sueños psíquicos (68%), Experiencias místicas (62%), Sensación de presencia (82%), y Déjà -vu (93%). Para el Grupo “Paranormal”, se diseñó una suma de las frecuencia de experiencias paranormales/espirituales (una vez= 1, rara vez= 2, y muchas veces= 3) que produjo un “index” cuyo rango es de 3 a 27 experiencias (Rango Esperado= 0 a 27; Media= 12,81; DT= 5,54).


TABLA 2:
CORRELACION ENTRE EL INDEX DE EXPERIENCIAS PARANORMALES
CON TRAUMA INFANTIL (n= 63)

Index
de Experiencias*
Rho Sig.
1. Abuso Físico
2. Abuso emocional
3. Abuso sexual
,12
,09
,29**
,161
,228
,009
4. Abandono físico
5. Abandono emocional
,17
,06
,080
,308
Trauma Infantil (Total) ,18 ,077
* Index= Rango 3-27 experiencias (Rango Esperado= 0 a 27; Media= 12,81; DT= 5,54).

Se llevó a cabo una correlación entre el index de experiencias y trauma infantil (y sus subescalas) empleando el coeficiente de correlación Rho de Spearman. Se encontró una correlación positiva y significativa con Abuso Sexual (rs= 29, Sig=.009), y aunque no se encontró una correlación significativa con la puntuación total de TI, sin embargo, la dirección de correlación es sugestiva (rs= ,18) (ver Tabla 2)


TABLA 3:
CORRELACIONES SIGNIFICATIVAS ENTRE EXPERIENCIAS PARANORMALES CON TRAUMA INFANTIL Y ESTILO PARENTAL (n= 63)1

Abuso Abandono
Físico Emocional Sexual Físico Emocional Trauma Infantil
Sueños psíquicos
Aura
EFC
,200
,216*
,157
,290*
,153
,109
,266*
,264*
,378***
,216*
,312***
,212*
,140
,145
,172
,321**
,248*
,213*
(1) Nunca= 0 a Múltiples veces= 3
* p < .05, ** p < .01; ***p < .001

Con el propósito de determinar qué experiencia correlacionó específicamente con trauma infantil, se llevó a cabo una correlación entre la frecuencia de experiencias y la puntuación de TI. La H1 predice que se encontraría una relación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y el trauma infantil, lo cual se confirmó específicamente para Sueños psíquicos (rs= .13), Aura (rs= 24) y en forma marginalmente significativa Experiencias fuera del Cuerpo (rs= .47) (ver Tabla 3)

TABLA 4:
CORRELACION ENTRE EL INDEX DE EXPERIENCIAS PARANORMALES
CON ESTILO PARENTAL (N= 63)1

Index
de Experiencias*
Spearman´s Rho Sig.
Demanda Padre
Respuesta Padre
-,028
,005
,416
,484
Demanda Madre
Respuesta Madre
-,023
,004
,430
,487
1 Index= Rango 3-27 experiencias (Rango Esperado= 0 a 27; Media= 12,81; DT= 5,54).

Se llevó a cabo una correlación entre el index de experiencias y estilo parental (Demanda/Respuesta de Padre y de Madre) empleando el coeficiente de correlación Rho de Spearman. No se encontraron correlación significativas (ver Tabla 4).


TABLA 5:
CORRELACIONES SIGNIFICATIVAS ENTRE EXPERIENCIAS PARANORMALES
CON TRAUMA INFANTIL Y ESTILO PARENTAL (N= 63)

Telepatía Aura Sanar Apariciones Index
Indiferencia (Padre) Rho
Sig.
,26*
,026
,20
,062
,26*
,023
,23*
,043
,25*
,026
Indiferencia (Madre) Rho
Sig.
,18
,079
,30**
,008
,26*
,019
,21*
,047
,23*
,034


Aunque no se encontraron correlaciones significativas, con el propósito de determinar qué experiencia correlacionó específicamente con estilo parental, se llevó a cabo una correlación entre la frecuencia de experiencias y la puntuación de EP. La H2 predice que se encontraría una relación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y un estilo parental dominante (negativo), lo cual se confirmó específicamente para el index (suma) de experiencias e Indiferencia (Madre/Padre), y algunas experiencias en particular, por ejemplo Apariciones (Madre rs= .47 y Padre rs= .53), Aura (Madre rs= .008), Sanar (Padre rs= .26), y Telepatía (Padre rs = .26) (ver Tabla 5).


TABLA 6:
COMPARACIÓN ENTRE GRUPO PARANORMAL Y NO PARANORMAL
EN TRAUMA INFANTIL Y ESTILO PARENTAL

Paranormal No paranormal
Trauma Infantil Media DT Media DT z Sig.
    Abuso físico
    Abuso emocional
    Abuso sexual
    Abandono físico
    Abandono emocional
Trauma Infantil
2,27
7,49
,44
6,11
1,38
17,70
3,09
6,22
0,87
2,18
1,60
11,62
,25
2,83
,02
4,15
,58
7,83
1,03
2,94
0,13
1,69
0,92
4,32
4,97
4,32
3,72
5,03
2,80
5,23
< .001
< .001
< .001
< .001
,005
< .001
Estilo Parental
    Afecto (Padre)
    Diálogo (Padre)
    Indiferencia (Padre)
    Coerción verbal (Padre)
    Coerción física (Padre)
    Prohibición (Padre)
Demanda Padre
Respuesta Padre

7,32
5,86
5,28
6,00
3,45
6,48
15,37
18,27

4,61
3,44
3,20
3,13
3,34
5,22
6,28
8,60

7,62
6,35
3,75
5,88
3,23
5,71
14,82
17,32

3,09
3,65
2,31
3,07
3,17
3,12
7,49
6,05

0,25
0,71
2,53
0,15
0,26
0,68
0,76
0,55

,798
,473
,011
,876
,789
,492
,445
,577
    Afecto (Madre)
    Diálogo (Madre)
    Indiferencia (Madre)
    Coerción verbal (Madre)
    Coerción física (Madre)
    Prohibición (Madre)
Respuesta Madre
Demanda Madre
8,50
7,29
5,45
7,48
3,66
6,61
21,24
17,76
4,23
3,58
3,03
2,80
3,02
3,14
7,92
5,97
9,65
8,55
3,69
8,10
3,45
7,47
21,88
19,02
2,54
2,71
2,74
2,48
2,84
3,12
4,34
5,86
1,29
1,75
3,15
0,91
0,23
1,54
0,49
0,63
,194
,079
,002
,359
,813
,121
,623
,523


Se llevó a cabo una comparación entre ambos grupos (paranormal vs. no paranormal) en Trauma Infantil y Estilos Parentales (ver Tabla 6). La H3 predice que individuos que reportan experiencias paranormales tenderán a mostrar mayor frecuencia de experiencias traumáticas en la niñez en comparación con individuos sin experiencias, lo cual se confirmó (Paranormal M= 17,70 vs. Control M= 7,83; z= 4,32, p < .001) y en todas las subescalas de TI.

La H4 predice que individuos que reportan experiencias paranormales tenderán a mostrar estilos parentales más rígidos en comparación con individuos sin experiencias. Aunque no pudo determinarse el estilo parental por las antes razones expresadas, sin embargo, no se confirmó la H4. Se encontró una diferencia significativa en las subescalas Indiferencia (Padre p= .011 y Madre p= 002). Un resultado similar al encontrado en la correlación entre frecuencia de experiencias e Indiferencia del grupo Paranormal (ver Tabla 6).

TABLA 7:
COMPARACIÓN ENTRE GRUPO PARANORMAL Y NO PARANORMAL
EN TRAUMA INFANTIL Y ESTILO PARENTAL

Estilos
Parentales
Autoritario
(n= 8)
Permisivo
(n= 4)
Negligente
(n= 7)
Autoritativo
(n= 12)

Media

DT

Media

DT

Media

DT

Media

DT

F

Sig.
Madre Trauma Infantil 28,75 14,5 9,67 4,01 20,17 12,07 13,00 9,33 3,74 ,021
Experiencias Paranormales 12,13 6,64 8,67 9,08 10,08 7,81 6,67 7,23 0,93 ,437
Padre Trauma Infantil 24,50 10,7 9,75 8,18 7,86 2,96 6,92 3,31 12,86 < ,001
Experiencias Paranormales 9,75 6,51 8,25 9,53 6,57 9,07 5,75 6,22 0,50 ,680


Se llevó a cabo un análisis secundario a las hipótesis formuladas debido a las características de la muestra y para evaluar otros resultados no pre-planeados con los datos obtenidos. Se compararon los cuatro estilos parentales que surgen de la combinación de puntuaciones altas/bajas de Demanda/Repuesta en Madre y Padre uniendo ambas muestras (NTotal= 116), ya que no era recomendable hacer esto con una sóla muestra. Debido a que sólo se pudo encontrar 31 (26%) casos que se ajustan a los cuatro estilos parentales, se decidió unir a ambos grupos (paranormal y no-paranormal) que respondieron ambos cuestionarios.

Mediante un ANOVA se comparó la media de los cuatro estilos en Trauma Infantil y el Index (suma) de Experiencias Paranormales, y se encontró una diferencia estadísticamente significativa en Madre/Padre con estilos autoritarios para Trauma Infantil (Madre F= 3,74 p= .021 y Padre F= 24,50 p < .001), pero no para Experiencia Paranormal (ver Tabla 7).


TABLA 8:
CORRELACIÓN ENTRE REACCIÓN PARENTAL POSITIVA/NEGATIVA HACIA LA EXPERIENCIA
PARANORMAL Y EL ESTILO DEMANDA/RESPUESTA (PARA PADRE Y MADRE)

Experiencia Paranormal 1 Demanda
Padre
Respuesta
Padre
Respuesta
Madre
Demanda
Madre
Sueños psíquicos (n= 33) ,287 -,117 -,132 ,107
Telepatía (n= 32) ,435* -,088 -,059 ,272
Aura (n= 20) ,466* -,188 -,108 ,349
Experiencia Fuera del Cuerpo (n= 15) ,702** -,044 -,374 ,199
Experiencia mística (n= 29) ,244 ,057 ,118 -,078
Sensación de Presencia (n= 35) ,292 -,187 -,076 ,164
Sanación a distancia (n= 20) ,284 -,150 -,480* ,124
Déjá vu (n= 31) ,149 -,034 -,220 ,110
Apariciones (n= 27) ,436* -,287 -,112 ,207
1. Entre paréntesis el número de casos que indicó haber tenido la experiencia y –además– comunicó su/s experiencia/s a sus padres (ambos o a sólo uno). La medida corresponde al rango “Su reacción fue muy positiva”= 1 a “Su reacción fue muy negativa”= 5.
* p < .05, ** p < .01; ***p < .001

Se llevó a cabo una correlación entre el reacción parental hacia la experiencia paranormal y el estilo demanda/respuesta (para padre y madre) empleando el coeficiente de correlación Rho de Spearman. Se encontró que Telepatía (Sig.= .013), Aura (Sig.= .038), Experiencia Fuera del Cuerpo (Sig.= .004), y Apariciones (Sig.= .023) correlacionaron positiva y significativamente con Demanda Padre, y Sanación a distancia (Sig.= .032) correlacionó negativa y significativamente con Respuesta Madre (ver Tabla 8).


CONCLUSIONES

Las experiencias más frecuentes son los sueños psíquicos, las experiencias místicas, la sensación de presencia y deja-vu, y estas personas tienden a mostrar mayor experiencia de trauma infantil, en particular abuso sexual (por ejemplo, experiencia de ver el aura o energía que rodea al cuerpo). Esto confirma estudios anteriores (Irwin, 1993; Ring & Rosing, 1990) de una relación entre traumas infantiles y experiencias paranormales/espirituales (en particular, la Experiencia Cercana a la Muerte y la Experiencia Fuera del Cuerpo en una situación de amenaza vital). Una EFC se puede desencadenar por un incidente que es en sí mismo traumático, o que amenaza la vida, por ejemplo, una joven que tuvo una EFC durante un brote de ira hacia su padre (Irwin, 1985, pp. 144-145).

En base a ello, se podría razonablemente argumentar una relación entre, por ejemplo, la EFC y el trauma en la infancia que puede surgir un OBE durante un incidente traumático en lugar de cómo consecuencia de un trauma. Por ejemplo, el abuso sexual intrafamiliar puede surgir como un predictor de la EFC, simplemente porque el niño pudo haber tenido una EFC en el momento en que ocurrió el abuso (Potter, 1994). Por otro lado, mientras que la EFC puede ser una respuesta defensiva inmediata al asalto físico y sexual, debemos considerar si esto aplicaría de manera uniforme a todos los tipos de trauma infantil que permiten discriminar a individuos con o sin experiencias paranormales.

Los datos de este estudio también pueden ser vistos como una indicación de la misma relación, esto es, que los traumas infantiles pueden propiciar a algunos niños a adoptar la disociación como mecanismo de defensa, que a su vez puede hacer que la persona sea propensa a una experiencia de “salir” de su cuerpo en una etapa posterior de su evolución como adulto. En otras palabras, algunas experiencias paranormales no serían otra cosa –en gran medida– que una respuesta inmediata inherente a un trauma o pueden reflejar un estilo de afrontamiento “disociativo” para lidiar contra los efectos devastadores que engendra el trauma infantil en el aparato psíquico.

Respecto al estilo parental, no se encontraron resultados significativos en los cuatro estilos parentales, así como tampoco en Demanda/Respuesta para Padre y Madre. Pero se encontró que aquellos que tendían a mostrar mayor frecuencia de experiencias paranormales (en particular, por ejemplo Apariciones, Aura y Sanar) recibieron de sus padres una respuesta caracterizada por mayor indiferencia (en comparación con quienes no tuvieron tales experiencias (por ejemplo, “a mi padre/madre no le hubiese parecido importante si mis amigos le hubiesen comentado que era buen compañero/a”, o “si hubiese ido siempre a clases, o si me hubiese cuidado de no ir por zonas peligrosas de la ciudad, o si hubiese podido solucionar problemas por mi cuenta”).

Este resultado podría indicar que un estilo parental indiferente o negligente, con poco o totalmente carente de límites asi como de escaso afecto puede estar por detrás del desarrollo de ciertas experiencias paranormales en la vida adulta. Un estilo negligente, de hecho, caracteriza a padres que se concentran en las tensiones de su propia vida y con poco tiempo para sus hijos. Es posible que las experiencias paranormales se desarrollen como una respuesta –aunque no la única– frente un estilo parental negligente, esto es, una forma de responder por fuera de los límites convencionales y producir experiencias “anómalas” posiblemente para afrontar la indiferencia parental en la niñez.

Desde una perspectiva crítica, es importante señalar que la muestra resultó muy pequeña para agrupar un número suficiente de estilos parentales “dominantes”: Autoritario (n= 8), Permisivo (n= 4), Negligente (n= 7) y Autoritativo (n= 12). Hubiera sido necesario tener mayor número de casos que reúna el perfil dominante (que suge del cuadrante Demanda–Respuesta de Madre y de Padre). En consecuencia, aquí se evaluaron las subescalas primarias Demanda/Respuesta de Madre y Padre (y sus subescalas secundarias que componen D/R para Padre y Madre). Aunque sin relación con la experiencia paranormal, sin embargo, un resultado directamente relacionado con el trauma infantil es la correlación que refleja que un estilo autoritario parece potenciar de alguna manera, el “peso” de la situación traumática.


DISCUSIÓN

Los resultados de esta investigación apoyan la hipótesis psicodinámica de Irwin (2009) según la cual las experiencias paranormales en la vida adulta de un sujeto son una respuesta adaptativa para hacer frente a la necesidad de control del impacto emocional del abuso infantil y en consecuencia, tales experiencias podrían surgir un mecanismo de defensa o una respuesta de afrontamiento. De acuerdo a estos resultados, se observó en primer lugar, que el abuso sexual infantil está fuertemente relacionado con las experiencias paranormales. Además, estos datos apoyan hallazgos previos que vinculan el abuso sexual infantil con la aparición de experiencias paranormales en la vida adulta (French & Kerman, 1996; Lawrence et al., 1995; Irwin, 1992, 1994; Ross & Joshi, 1992).

Estas tendencias son consistentes con la evidencia que vincula la aparición de experiencias paranormales en la vida adulta con un estilo de crianza por parte de padres negligentes e incluso alcohólicos (Hindman, 1977; Irwin, 1994). En línea con la teoría psicodinámica de Irwin (2009), parece que las experiencias paranormales en la vida adulta surgen para compensar un dolor residual sobrante de haberse sentido no deseado, ni amado y sin importancia cuando era niño (Santander & Becker–Lausen 1995). Idénticas conclusiones también se pueden hacer para el abuso emocional; la aparición de experiencias paranormales en la vida adulta surgen para compensar el dolor a causado por ser insultado, ridiculizado, agredido diariamente y/o culpado injustamente por los padres durante la infancia (Kent & Waller, 1998).

Summitt (1983) concluye su estudio diciendo que aquellos que creen tener “poderes” o ser “iluminados”, es decir, tener extraordinarias capacidades extrasensoriales y/o habilidades de médium son otra manera en que los adultos aprenden a lidiar con el trauma, el abuso sexual infantil y su resultante impotencia, presumiblemente generando una ilusión de control sobre las personas, los objetos y/o acontecimientos del futuro.

Futuros estudios deberían examinar variables moduladoras que sugieren interacciones predictivas entre el estilo parental, el trauma infantil y la experiencia paranormal, como por ejemplo, la propensión a la fantasía adulta, la estimulación parental en la niñez, los estilos de afrontamiento (en particular a eventos traumáticos), y los mecanismos de defensa. También deberían complementarse estos estudios con un abordaje más introspectivo, por ejemplo, entrevistas en profundidad o estudios clínicos que permitirán comprender mejor los mecanismos de tales experiencias como una posible contribución a la intervención clínica.


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* El presente estudio es la version abreviada de la tesis para obtener el grado de Licenciado en Psicología otorgado por la Universidad Abierta Interamericana, en 2015.

** Mariana Ugarte es psicóloga egresada por la Universidad Abierta Interamericana. Actualmente está cursando un posgrado en Psicología transaccional (UAI) y Clínica y Tratamiento en Psicopatología y Psicoterapia Cognitiva (Universidad Favaloro). Sus áreas de interés incluyen el estudio científico de aspectos de la personalidad pasivo-agresivo, procesos de duelo, estrategias de afrontamiento y el desarrollo, relación entre Eje I y Eje II, y situaciones de violencia familiar y abuso, y trastornos psiquiátricos mayores (depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia e intervenciones sobre síntomas psicóticos).




Investigación III

ABORDAJE MULTIMODAL DE UN EFECTO MECÁNICO ANÓMALO SOBRE UNA MESA TRÍPODE

Juan Gimeno* & Darío Burgo**

Juan Gimeno
Juan Gimeno
jgimeno54@yahoo.com.ar

Darío Burgo
Darío Burgo
dburgo1@gmail.com

ANTECEDENTES

Los sujetos que podían producir fenómenos psi ostensibles más o menos a voluntad, llamados sujetos especiales, dotados, sujetos psi o psíquicos, fueron la materia prima imprescindible de los primeros investigadores del siglo XIX. Luego, su estrella declinó cuando J.B. Rhine decidió cambiar de estrategia y diseñar experimentos con personas comunes. De todas maneras, la búsqueda e investigación de psíquicos, con sus ventajas y desventajas, sigue ocupando un lugar estratégico para un sector minoritario de la comunidad parapsicológica. Si bien los psíquicos auténticos son muy escasos y de difícil reconocimiento en general, lo son mucho más los especializados en fenómenos físicos. Estos parecen desafiar en un grado mayor el sentido común y las leyes naturales conocidas, aunque en rigor no le van en saga los fenómenos subjetivos, por ejemplo, la precognición. Teniendo en cuenta estas consideraciones, no resultará extravagante admitir que han sido pocos e imperfectamente estudiados los sujetos especiales PK.

Uno de los casos emblemáticos es Nina Kulagina, una ama de casa rusa que fue visitada por investigadores occidentales (Benson, 1972, 1973; Cassirer, 1974; Keil y Fahler, 1976; Keil, Herbert, Ullman y Pratt, 1976; Pratt y Keil, 1973), quienes aseguraron haber observado movimientos de pequeños objetos a distancia y el desvío de la aguja de una brújula de hasta 70°. Pero la Guerra Fría no permitió un mayor acercamiento desde Occidente. Otro caso prometedor, aunque también fallido en lo referente a la experimentación, fue Felicia Parise, una colaboradora de Charles Honorton. Luego de observar los films de Kulagina, Parise logró repetir alguna de sus proezas en condiciones informales (Honorton, 1993). Aunque en una posterior visita a la Foundation for Research of the Nature of Man pudo desviar la aguja de una brújula y alterar la señal de un detector de metales (Walkins y Walkins, 1974), no estuvo dispuesta a continuar por sentirse incómoda con el modo de trabajo propuesto, según reveló en una entrevista reciente (Pilkington, 2015).

Otros sujetos han colaborado de manera más entusiasta, aunque la época que les tocó vivir no ofreciera una tecnología acorde. Eusapia Paladino podía levitar mesas apoyando sus manos sobre ellas, mover objetos a distancia y hasta producir ectoplasmas; fue estudiada por medio centenar de investigadores, como Albert de Rochas (1909), Enrico Morselli (1908) o Hereward Carrington (1913), por citar a algunos, y también por científicos e intelectuales ortodoxos, quienes firmaron la autenticidad de los fenómenos observados en la llamada Comisión Milán (Aksakof et al., 1893), y luego de las numerosas sesiones realizadas en el Institut Général Psychologique de París (Courtier, 1908). Uno de los primeros sujetos excepcionales quien aceptó de buen grado ser investigado fue Daniel Dunglas Home. Fue William Crookes quien, mediante un trabajo puntilloso y valiente, diseñó diversos aparatos para certificar y registrar la reducción de peso y el desplazamiento de objetos. Crookes invirtió todos sus esfuerzos en documentar el fenómeno, aunque a la postre sus colegas se negaron a incluir sus nombres en los informes finales. En cambio, a la hora de diseñar hipótesis explicativas, se limitó a proponer que: “Estos experimentos parecen establecer de una manera concluyente la existencia de una fuerza ligada de un modo desconocido a la organización humana y que, para mayor facilidad, se puede llamar fuerza psíquica” (Crookes, s/f, p. 18).

La primera investigación sistemática para avanzar sobre los mecanismos intervinientes en la psicokinesis se debe al ingeniero William Crawford (s/f), quien organizó un grupo de mesas parlantes en un círculo familiar espiritista que contaba con una adolescente excepcional: Kathleen Goligher. A partir del año 1915 y en más de un centenar de reuniones, diseñó ingeniosos experimentos que le permitieron postular que una “vara psíquica”, del mismo material que el ectoplasma, salía del cuerpo del sujeto y se adhería a los objetos que eran desplazados. Si bien sus conclusiones resultaban inapelables, sus experimentos nunca fueron replicados. Otro caso que impresionó a los investigadores fue el del austríaco Rudi Schneider, estudiado por Eugéne Osty y su hijo Marcel Osty (1931) en el Institut Métapsychique International de París, donde no sólo consiguió mover un objeto a distancia sino interferir en el recorrido de un rayo infrarrojo.

Entre los más cercanos, puede mencionarse el caso de Mattew Manning, quien luego de ser protagonista de un episodio poltergeist durante su adolescencia (Manning, 1976), logró doblar metales y desviar la aguja de una brújula a voluntad (Braud, Davis y Wood, 1979; Tart y Palmer, 1979). La mayor esperanza contemporánea estuvo cifrada en Uri Geller, quien popularizó el doblado de metales y también logró modificar los registros de un contador de radioactividad y desviar la aguja de una brújula. Si bien está rodeado de polémica y denuncias de fraude, entre 1973 y 1975 aceptó trabajar con diversos investigadores independientes (Cox, 1974; Feola, 1993; Hasted, 1976; Mitchell, 1974) y consiguió que la prestigiosa Nature publicara un informe con las experiencias realizadas en el Stanford Research Institute (Russel y Puthoff, 1974) y otro en el Birkbeck College de la Universidad de Londres (Hasted, Bohm, Bastin, Regan y Taylor, 1975). Lamentablemente, cuando los resultados alentaban a otros científicos a continuar, retiró su colaboración definitivamente.


El Grupo Luces Rojas

Actualmente hay poco interés en buscar e investigar sujetos con habilidades PK. Muchos de ellos surgen, igual que en el pasado, a partir de la actividad de los llamados grupos de mesas parlantes. Kenneth Batcheldor (1966) fue quien rescató esta actividad de lo anecdótico para darle la misma entidad que otras líneas de investigación prometedoras, con sus propias hipótesis y hojas de ruta (Batcheldor, 1984). Siguiendo sus consignas y las de otros proyectos exitosos de las últimas décadas (Owen y Sparrow, 1976; Storm y Mitchell, 2003; Williams y Lang, 2002; Wilson, Williams, Harte y Roll, 2012), se desarrolló un grupo con una fuerte coherencia interna y fe en que era posible mover una mesa.

A partir de abril de 2013 comenzó a funcionar el Grupo Luces Rojas en la Ciudad de Buenos Aires (Gimeno, 2014). La consigna era que los nueve integrantes se reunieran una vez por semana al menos durante tres meses. La actividad se reducía a sentarse con las manos sobre el tablero de la mesa, con buena iluminación, mientras el coordinador instaba: “Si hay alguien presente que pueda mover la mesa, producir raps u otros fenómenos físicos, lo invitamos a que lo intente ya que estamos aquí para eso.” Desde la primera reunión se observaron movimientos de la mesa que no podían atribuirse a causas habituales. Estos movimientos se fueron incrementando hasta resultar intensos e ingobernables. Llamamos a este fenómeno bajo el nombre de “Movimiento Anómalo de la Mesa” (MAM). En uno de los últimos encuentros se diseñó una estrategia para identificar al responsable de los MAM. Para ello se fueron retirando cada uno de los asistentes, y la mesa dejó de moverse sólo cuando uno de ellos se ausentó: Ariel Farías (AF). Ante las posibilidades excepcionales que mostraba AF y su deseo por colaborar en una investigación a largo plazo, se decidió organizar formalmente un diseño experimental para examinar este evento anómalo en torno a la mesa. En el siguiente informe se detalla el trabajo realizado durante ese período.


DEL GRUPO INFORMAL AL DISEÑO DE UN EXPERIMENTO

Las reuniones del Grupo Luces Rojas se habían desarrollado bajo una fuerte motivación, la que se incrementó aún más cuando los MAM se atribuyeron, aunque sin pruebas exigentes, a la acción del pariente fallecido de uno de los presentes, un “espíritu” que aceptó colaborar con las investigaciones, accediendo en alguna medida a los pedidos para realizar determinados MAM. Si se hubiera insistido en que se trataba de una comunicación “con el más allá”, el entusiasmo ascendente hubiera permitido incrementar los fenómenos y tal vez llegar hasta la levitación total de la mesa; pero la identificación de AF como el único imprescindible para que se produjera el fenómeno desmoralizó a la mayoría de sus compañeros que deseaban estar en su lugar, comenzando las inasistencias injustificadas y otras situaciones desagradables.

Una alternativa fue organizar un nuevo grupo que acompañara a AF con las mismas consignas; pero también se había hecho evidente que la propia dinámica de esas reuniones complicaba la documentación del fenómeno y la eliminación de la hipótesis del fraude. Por lo tanto, se tomó la decisión de diseñar un apropiado estudio experimental, en el que AF trabajara solo y con la presunción de que la fuerza que moviera la mesa residiría en su propia persona, aunque aumentaban los riesgos de que el fenómeno comenzara a declinar hasta desaparecer si no se podían reemplazar las antiguas motivaciones del grupo por otras nuevas, o si se incrementaban los temores que antes habían quedado confinados a los espíritus.


Diseño Experimental

El equipo fue integrado por ambos autores (DB y JG) y los encuentros con AF tuvieron lugar en el Instituto de Psicología Paranormal de Buenos Aires. Las mediciones se tomaron en un recinto de 24 m2 para el trabajo general y otro de 16 m2 para usar como depósito de equipos y para reuniones especiales. Los recursos económicos necesarios fueron aportados mayoritariamente a través del otorgamiento de la beca Gilbert Roller 2014, destinada a financiar exclusivamente proyectos de investigación en el campo de la macro-PK otorgada por la Parapsychological Association.

Se construyó una estructura de soporte cúbica de 2 metros de lado, destinada a sostener los equipos de medición y registro. Las reuniones se grababan con un equipo de video marca PCBOX, modelo PCB-DVR9004K de 4 cámaras, con iluminación autónoma e infrarroja, un disco rígido de 500 GBytes que permitió gran capacidad de almacenamiento digital y la observación simultánea de las imágenes provenientes de todas las cámaras. A este equipo se le adaptó un micrófono de gran sensibilidad para captar el sonido ambiente. También se usaron 2 cámaras personales para filmar y sacar fotografías y grabadores de audio independientes.

Se construyó un Registrador de Variables de 16 canales, que recibía las distintas señales y las ingresaba en una planilla de cálculo de la computadora. Se adaptaron balanzas para medir el peso del sujeto y de los objetos que se intentara levantar. Se construyeron dos sensores de temperatura y uno de ritmo respiratorio y se idearon sistemas indirectos para detectar campos magnéticos y eléctricos. También se contó con un RNG (Generador de Eventos Aleatorios marca Psyleron), un equipo emisor láser y mediciones EEG.

Se llevaron a cabo en total 26 reuniones, entre el 1° de julio de 2014 y el 18 de diciembre de 2015; 23 de ellas con la presencia de AF, para intentar producir diversos MAM y tres sin su presencia, para mensurar las posibilidades de producir los mismos movimientos con la fuerza muscular normal. Como observadores independientes asistieron a las reuniones Sergio Matteucci (una vez), Aníbal Melgar y Andrea Romano (dos veces), Naum Kliksberg (dos veces), Alejandro Parra (tres veces) y Stephen Braude (tres veces).

Imagen 1: En el centro, Ariel Farías. Se puede observar la estructura de soporte de madera. Hay cámaras en la columna de la izquierda, por encima del sujeto y cerca de su pierna izquierda. También hay otra cámara sobre un trípode externo, a la derecha. Un micrófono en la columna de la derecha. Detrás uno de los investigadores (JG) monitoreando las imágenes generadas por las videocámaras a una PC.
Imagen 1: En el centro, Ariel Farías. Se puede observar la estructura de soporte de madera. Hay cámaras en la columna de la izquierda, por encima del sujeto y cerca de su pierna izquierda. También hay otra cámara sobre un trípode externo, a la derecha. Un micrófono en la columna de la derecha. Detrás uno de los investigadores (JG) monitoreando las imágenes generadas por las videocámaras a una PC.

Descripción del Fenómeno Principal

Se utilizó como objeto principal una mesa de madera de 3 patas, de 14 kg de peso y un tablero circular de 105 cm. de diámetro. Esta mesa era casi idéntica a la utilizada en las reuniones del Grupo Luces Rojas, con la que AF se sentía familiarizado. Durante las reuniones realizadas sin la presencia de AF, se había observado que todos los movimientos horizontales inducidos sobre la mesa eran fáciles de producir con fuerza muscular. Lo mismo ocurría para levantar las patas de la mesa más alejadas del sujeto (patas 2 y 3), que se conseguía con solo presionar con las manos hacia abajo sobre el borde del tablero. Si se excluía la levitación total (nunca lograda), el único movimiento imposible de producir mediante fuerza muscular era levantar la pata más cercana al sujeto (pata 1), ubicada entre sus piernas aunque sin ser tocada por ellas, apoyando las manos sobre el tablero. Simultáneamente se observaría que el rozamiento de cada pata contra el piso fuera mínimo, y que las patas 2 y 3 no quedaran trabadas por las juntas de la cerámica del piso ni por ningún otro objeto (se entenderá la importancia de esto último más adelante).

Bajo estas condiciones y con buena iluminación, AF intentó, mediante un esfuerzo de voluntad, que la pata 1 se elevara, separándose del piso. Este efecto anómalo fue conseguido desde el principio y luego repetido numerosas veces (ver Video 1). En las reuniones positivas el sujeto necesitaba 5-6 minutos para conseguirlo, en otras lo intentaba durante una hora o más, y también había algunas en que no podía lograrlo a pesar de intentarlo durante varias horas con descansos intermedios.


Video 1: https://youtu.be/Stoi27PugKI
Ariel Farías levantando una de las patas de la mesa. Se observa una cámara a su izquierda, arriba, y otra debajo de la mesa. El micrófono está ubicado sobre la columna de la derecha. En el fondo, la pantalla de la izquierda muestra los datos del Registrador de Variables, y la pantalla de la derecha las imágenes de las 4 cámaras que están grabando. Reunión # 21 (Diciembre 14, 2015).

A medida que transcurrieron las reuniones, se fueron adicionando nuevos elementos. Primero, se incorporó una balanza (B1) bajo la pata 1 con un monitor sobre el tablero para que AF pudiera observar de qué manera se iba reduciendo el peso: desde aproximadamente 4,8 kg hasta llegar a cero, en el mejor de los casos. Esto también permitía detectar reducción de peso en reuniones en las que la pata 1 no lograba separarse del piso. Se esperaba que los valores del monitor digital de la balanza también actuara como un efecto de “retroalimentación” para AF de modo que encontrara una mejor disposición física y psicológica para lograr su objetivo. Luego, se agregaron balanzas por debajo de las patas 2 (B2) y 3 (B3), y otra (B) debajo de AF. Al principio, los valores de las balanzas se grabaron con dos de las cámaras de video y posteriormente se copiaban manualmente, a razón de un valor por segundo. Luego, cuando el Registrador de Variables quedó operativo, esa tarea se realizó en forma automática, de modo de registrar dos valores por segundo en una planilla de cálculo en la computadora. De este modo, las cuatro cámaras de video quedaron exclusivamente destinadas a documentar las reuniones: una cenital para controlar las manos de AF, otra tomando en primer plano la pata 1, y otras dos con planos largos registrando toda la escena desde ángulos opuestos (ver Video 2).



Video 2: https://youtu.be/rdTBwRkypqo
Dos cámaras simultáneas captan la elevación de la pata de la mesa. Una panorámica y otra en primer plano para las manos y brazos. Reunión # 13 (Diciembre 2, 2014).

La balanza B destinada a registrar el peso del sujeto se dispuso en primera instancia para replicar algunos experimentos de William Crawford (1916, 1919), pero inesperadamente sumó una nueva y decisiva utilidad: podía detectar de manera indirecta cuándo la pata 1 se elevaba por fuerza muscular y cuándo se elevaba por una causa anómala. Durante las reuniones de simulación sin la presencia de AF, se observó que la pata 1 se podía elevar por fuerza muscular aprovechando el alto rozamiento de las manos apoyadas sobre el tablero, sobre todo si transpiraban luego de algunos intentos. Con las manos apoyadas sobre el tablero, se comprobó que si se ejercía fuerza muscular con los brazos extendidos en forma horizontal hacia el centro del tablero, descendía el valor de la B1 hasta 2 kg aproximadamente; sin embargo, esta maniobra podía ser detectada por la B, que descendía 4 kg y más aún (ver Gráfico 1). De todas maneras, si el sujeto continuaba incrementando la fuerza de sus brazos, antes que la B1 llegara a cero, la mesa se desplazaba hacia adelante al vencer el rozamiento contra el piso, quedando en evidencia visual la maniobra. Por este motivo, era importante reducir al mínimo el rozamiento entre las patas y el piso, y que las patas 2 y 3 no estuvieran trabadas por ningún obstáculo, situación que equivalía a un rozamiento infinito entre patas y piso.

Gráfico 1: Línea azul: Peso del sujeto tratando de levantar la pata 1 mediante fuerza muscular (escala modificada para visualizar el efecto). Línea roja: Peso de la pata 1. En los primeros 15 segundos se intenta levantar la pata 1 haciendo fuerza horizontal hacia el centro del tablero con las manos. La pata pierde hasta 2 kg, pero el peso del sujeto desciende hasta 4 kg haciendo evidente la maniobra. Luego, entre el segundo 15 y el 17, la mesa termina desplazándose hacia delante, volviendo todo a comenzar. En el segundo 39, la mesa vuelve a desplazarse hacia delante. Con esta maniobra, la pata 1 nunca puede separarse del piso, o sea, que la línea roja nunca llega a cero. Reunión # 11 (Noviembre 4, 2014).
Gráfico 1: Línea azul: Peso del sujeto tratando de levantar la pata 1 mediante fuerza muscular (escala modificada para visualizar el efecto). Línea roja: Peso de la pata 1. En los primeros 15 segundos se intenta levantar la pata 1 haciendo fuerza horizontal hacia el centro del tablero con las manos. La pata pierde hasta 2 kg, pero el peso del sujeto desciende hasta 4 kg haciendo evidente la maniobra. Luego, entre el segundo 15 y el 17, la mesa termina desplazándose hacia delante, volviendo todo a comenzar. En el segundo 39, la mesa vuelve a desplazarse hacia delante. Con esta maniobra, la pata 1 nunca puede separarse del piso, o sea, que la línea roja nunca llega a cero. Reunión # 11 (Noviembre 4, 2014).

En cambio, si AF apoyaba las manos sobre el tablero sin ejercer fuerza muscular, mientras la B1 llegaba progresivamente a cero, su peso descendía apenas entre 0 y 2 kg., valores equivalentes a la masa de su cuerpo que se alejaba de la balanza B al inclinarse levemente hacia delante (ver Gráfico 2); a su vez, sus manos permanecían inmóviles lo mismo que la mesa. Estos elementos indican una fuerte presunción de que la pata 1 no se elevaba debido por fuerza muscular, sino por una causa anómala.


Gráfico 2: Línea azul. Peso de Ariel Farías durante la elevación anómala de la pata 1 (con escala modificada). Línea roja: peso de la pata 1. Se observa el proceso de descenso del peso de la pata 1 hasta elevarse del suelo, en el segundo 126. Mientras tanto, el peso del sujeto varía menos de 2 kg. Reunión # 8 (Septiembre 16, 2014).
Gráfico 2: Línea azul. Peso de Ariel Farías durante la elevación anómala de la pata 1 (con escala modificada). Línea roja: peso de la pata 1. Se observa el proceso de descenso del peso de la pata 1 hasta elevarse del suelo, en el segundo 126. Mientras tanto, el peso del sujeto varía menos de 2 kg. Reunión # 8 (Septiembre 16, 2014).

Un error habitual en los experimentos es relegar el protagonismo del sujeto, a la postre único factor imprescindible para que el fenómeno se produzca. En este caso, desde el principio, se trató de formar entre AF y los investigadores un grupo amistoso, que conversaba largamente sobre temas variados antes de iniciar cada reunión. Tampoco faltaban numerosos encuentros fuera del Instituto, tanto para organizar las tareas como para confraternizar. Además, todas las decisiones eran consensuadas previamente con AF Este clima puede percibirse en los videos de cualquiera de las reuniones, donde se observa el ambiente distendido y divertido durante los ensayos experimentales.

Con respecto a las condiciones para producir el fenómeno, el sujeto es voluntarioso y poco exigente; puede trabajar con distintos grados de iluminación y no le molestan eventuales ruidos del ambiente o las interrupciones de los investigadores para poner a punto cámaras o dispositivos. No necesita ningún ritual previo (oraciones, invocaciones, posturas corporales específicas, etc.), sólo desprenderse de anillos y pulseras por comodidad. Puede comenzar parado o sentado, apoyando una mano o las dos en el tablero, y le alcanza mantenerse en silencio, a veces cerrando los ojos. Una vez que la pata de la mesa se eleva, puede comenzar a hablar y reír sin inconvenientes, manteniendo esta situación durante largos minutos.

El riesgo de no encontrar nuevas motivaciones que reemplazaran las utilizadas en el grupo de mesas durante el 2013 no fue suficientemente resuelto. Se trató, a riesgo de pecar de exageración, de subrayar la importancia de la investigación en curso para el avance de la parapsicología y de la ciencia en general; se organizaron actividades de divulgación, como la publicación de artículos en revistas, conferencias después de las cuales AF contestaba preguntas de los presentes, y también se preparó un documental el cual puede verse en internet (ver https://www.youtube.com/watch?v=99hpf2ryQ-w). Sin embargo, surgieron preguntas tales como ¿qué vamos a hacer con todo esto? o ¿para qué va a servir tanto esfuerzo? denotando la falta de perspectivas a futuro. De hecho, la frecuencia de las reuniones más productivas en términos de MAM fue disminuyendo con el tiempo al igual que su intensidad. Por último, la noticia de que AF sería papá por primera vez en febrero de 2015 hizo que se evaluara definitivamente la fecha de finalización de la investigación, sólo postergada por la visita de Stephen Braude, en diciembre de 2015.

El único factor que pudo invertir momentáneamente esa curva descendente fueron las visitas de personas destacadas. AF podía percibir claramente cómo influía en su estado de ánimo la actitud del visitante. Estaban los magos profesionales, miembros de la comunidad científica o los mal llamados “escépticos” seguidores de la estrategia del CSI (Committee for Skeptical Inquiry), quienes no conocían la literatura parapsicológica o la usaban de manera arbitraria, que llegaban con la idea preconcebida de que sólo se trataba de un fraude o de errores de observación, y que muy pronto descubrirían “la verdad” del truco empleado. Este grupo producía en el sujeto una presión negativa que lo inhibía, así que esas invitaciones se fueron postergando indefinidamente. En cambio, cuando el visitante valoraba las evidencias de macro-PK del pasado y venía a presenciar un hecho extraordinario creyendo en la buena fe del grupo, aún manteniendo su mirada crítica para ayudar a detectar y erradicar debilidades del diseño, AF lo consideraba un desafío positivo, y era cuando se producían las reuniones más productivas en términos de MAM.


RÉPLICA A LAS HIPÓTESIS DE CRAWFORD

Las experiencias realizadas por William Crawford, quien trató de probar la teoría de que una “vara psíquica” salía del cuerpo del dotado, se apoyaba sobre los objetos y los desplazaba, incluía la utilización de marcadores, como “negro de humo” (pigmento de color negro con base de carbón amorfo) debajo del tablero de la mesa y en las patas, concluyendo que: “Dondequiera que las estructuras tocaban, dejaban la marca en el hollín” (Crawford, 1916, p. 344).

En nuestro estudio, durante la reunión # 12 del 18 de Noviembre de 2014 se intentó replicar ésto con métodos y materiales actuales. Se utilizó la mesa de madera, forrada debajo del tablero con una tela, y ésta a su vez cubierta con espuma moldeable autoportante en aerosol, como puede verse en las imágenes 2, 3 y 4. Antes de comenzar el trabajo se tomaron varias fotos de la mesa y en particular, de las formas irregulares de la espuma, de modo de cotejarlas al final. Se colocaron tres cámaras de video monitoreando directamente la superficie cubierta por la espuma y otras dos para monitorear el panorama general y de las manos (ver Video 3). AF se concentró por más de una hora, produciendo MAM en varias oportunidades (sobre una pata de la mesa, ver la imagen con espuma sobre su superficie). Al final, se tomaron nuevamente varias fotos de toda la superficie en la que se había esparcido la espuma. Luego de un minucioso análisis in situ y posterior de los videos y fotografías, no se encontró ninguna marca que pudiera atribuirse al apoyo de una “vara psíquica” sobre la superficie con espuma.



Video 3: https://youtu.be/UoeoIznGjvk
Ariel Farías levantando la pata de la mesa con espuma. Además intentó levantar la pata de la mesa con otras partes de su cuerpo que no fueran las manos. Reunión 12.


De izq. a der. Tela soporte de la espuma bajo el tablero de la mesa. Mesa impregnada de la espuma. Mesa en posición de trabajo. Ariel Farías se sentó próximo a la pata que tiene espuma.
Imagen 2

De izq. a der. Tela soporte de la espuma bajo el tablero de la mesa. Mesa impregnada de la espuma. Mesa en posición de trabajo. Ariel Farías se sentó próximo a la pata que tiene espuma.
Imagen 3

De izq. a der. Tela soporte de la espuma bajo el tablero de la mesa. Mesa impregnada de la espuma. Mesa en posición de trabajo. Ariel Farías se sentó próximo a la pata que tiene espuma.
De arriba hacia abajo. Imagen 2: Tela soporte de la espuma bajo el tablero de la mesa. Imagen 3: Mesa impregnada de la espuma. Imagen 4: Mesa en posición de trabajo. Ariel Farías se sentó próximo a la pata que tiene espuma.


EFECTO DE CAMPO: INFLUENCIA ANÓMALA SOBRE UN RNG

Con la aparición de los modernos generadores de números aleatorios (RNG), en principio, imposibles de modificar mediante factores externos, se ha tratado de encontrar correlaciones entre determinadas situaciones o conductas humanas y desviaciones poco probables de sus series de eventos. Esto se ha conseguido durante la ocurrencia de acontecimientos masivos de gran fuerza emocional (Bierman, 1996) pero también durante experiencias parapsicológicas, como curaciones no ortodoxas (Crawford et al., 2003) o directamente tratando de modificar el RNG mediante la voluntad (Bierman y Houtkooper, 1975), incluso un meta-análisis con una gran cantidad de casos (Bösch, Steinkamp y Boller, 2006). También un estudio reciente con un grupo de mesas parlantes ha introducido un RNG en una de sus reuniones, con resultados no significativos (Wilson, William, Harte y Roll, 2012).

Durante catorce reuniones, se dejó correr un RNG modelo Psyleron© v.1.64d. En alguna de ellas, las diferencias entre los momentos con y sin MAM fueron evidentes a simple vista, como puede observarse en los gráficos 3 y 4.

Gráfico 3: Curva previa a la llegada del sujeto. Todos los valores dentro del área de la Media Esperada por Azar (Mean Chance Expectation). Reunión # 7 (Septiembre 2, 2014), desde las 16:12 a 18:12hs.
Gráfico 3: Curva previa a la llegada del sujeto. Todos los valores dentro del área de la Media Esperada por Azar (Mean Chance Expectation). Reunión # 7 (Septiembre 2, 2014), desde las 16:12 a 18:12hs.


Gráfico 4: Curva durante la actuación de Ariel Farías operando sobre la mesa. Desplazamiento persistente de los valores fuera de la area de MCE. Reunión # 7 (Septiembre 2, 2014) de 18:13 a 19:11hs.
Gráfico 4: Curva durante la actuación de Ariel Farías operando sobre la mesa. Desplazamiento persistente de los valores fuera de la area de MCE. Reunión # 7 (Septiembre 2, 2014) de 18:13 a 19:11hs.

Sin embargo, en la mayoría de las reuniones se alternaban momentos de MAM y no-MAM, por lo que fue necesario un análisis más riguroso. Para ello se seleccionaron los segmentos con MAM mayores a 5 minutos, obteniéndose 7 en total (el más extenso es de 26 minutos). Luego, se identificaron al azar segmentos similares en cantidad y extensión para ser utilizados como grupo control con dos características: (1) AF presente, pero sin actuar sobre la mesa y (2) AF ausente. Con los valores z de cada segmento se obtuvo su sumatoria a través de la z de Stouffer para cada condición (ver Tabla 1).


TABLA 1:
ACTIVIDAD DEL RNG DURANTE LAS SESIONES EXPERIMENTALES DE MOVIMIENTO ANÓMALO DE LA MESA CON ARIEL FARÍAS BAJO TRES CONDICIONES

Condición z de Stouffer p (a una cola)
1. Actividad del RNG durante MAM* –1,87 0,03
2. Actividad del RNG “control” (sin MAM*). –1,25 0,11
3. Actividad del RNG con AF (en descanso) –0,66 0,25
         * MAM (Movimiento Anómalo de la Mesa)

Teniendo en cuenta que cualquier variación, negativa o positiva, tendría igual significación, el valor de z (Stouffer) no era representativo, ya que en su cálculo se respetan los signos de cada valor de z individual, y eventualmente los signos positivos y negativos se neutralizan en lugar de sumarse. Para evitar este sesgo, se calculó el valor de X2 para obtener la variabilidad de cada condición, obteniendo la tabla 2, donde se puede observar que la condición A que recoge la variabilidad de los segmentos corridos por el RNG durante los momentos de MAM, tiene una probabilidad de ocurrencia muy lejos de los valores del azar, mientras que los dos grupos de control, tanto los obtenidos en ausencia del sujeto como en su presencia pero en reposo, poseen una variabilidad dentro de los valores esperables para un RNG.


TABLA 2:
ACTIVIDAD DEL RNG DURANTE LAS SESIONES EXPERIMENTALES DE MOVIMIENTO ANÓMALO DE LA MESA CON ARIEL FARÍAS BAJO TRES CONDICIONES

Condición X2 gl p (a una cola)
1. Actividad del RNG durante MAM* 17,64 6 0,008
2. Actividad del RNG “control” (sin MAM). 6,95 6 0,22
3. Actividad del RNG con AF (en descanso) 4,50 6 0,47
         * MAM (Movimiento Anómalo de la Mesa)


ESTUDIOS CEREBRALES

Existen antecedentes de mediciones EEG durante presunta actividad psi. En Argentina, el médico Orlando Canavesio (1951) aseguraba haber detectado un patrón original que llamó “estado metapsíquico”, similar al “estado alfa”; también Motoyama (1964) observó la llamada “función en rampa”, característica del sueño profundo, en sujetos despiertos durante pruebas de PES, incluso el psíquico británico Matthew Manning durante pruebas informales de doblado de metales (Owen, 1974). Por otra parte, Russell y Puthoff (1974) declaran haber realizado el mismo estudio a Uri Geller durante ensayos de PES, aunque no reportaron los resultados.

En nuestro caso, se llevó a cabo una medición EEG de “base” el 2 de Septiembre de 2014 con el sujeto en reposo, bajo excitación lumínica, auditiva, hiperventilando y recuperándose de la hiperventilación (ver imagen 5), y durante el MAM, el 16 de Septiembre de 2014 (ver Imagen 6 y Video 4). El primero no detectó ninguna anormalidad clínica (ver imagen 7), de acuerdo al siguiente informe:
“Trazado Normovoltado, con buena reactividad. Actividad alfa a 8 ciclos/segundo en áreas posteriores. Durante el trazado se evidencia actividad de punta onda en áreas bifrontales, con focalización fronto temporal izquierda. Firmado: Dr. Lucio Huayhua, neurocirugía, M.N. 88351”.
La medición EEG tomada durante el MAM detectó curvas y valores que en principio no pudieron ser explicados como artificios (ver Imagen 8).

Imagen 5: Sujeto en reposo, con los electrodos conectados y siguiendo las indicaciones de Aníbal Melgar durante el EEG Base.
Imagen 5: Sujeto en reposo, con los electrodos conectados y siguiendo las indicaciones de Aníbal Melgar durante el EEG Base.


Imagen 6: Sujeto concentrado, de espaldas, tratando de levantar la pata de la mesa, con los electrodos fijados a su cabeza a través de un adminículo diseñado por Aníbal Melgar (en primer plano) y Andrea Romano especialmente para este caso.
Imagen 6: Sujeto concentrado, de espaldas, tratando de levantar la pata de la mesa, con los electrodos fijados a su cabeza a través de un adminículo diseñado por Aníbal Melgar (en primer plano) y Andrea Romano especialmente para este caso.


Arriba Imagen 7: Fragmento del Electro-encefalograma de base. Sujeto quieto, con ojos cerrados e hiperventilando. Valores normales.
Imagen 7: Fragmento del Electro-encefalograma de base. Sujeto quieto, con ojos cerrados e hiperventilando. Valores normales.


Abajo Imagen 8: Fragmento del Electro-encefalograma durante la producción de MAM. Sujeto quieto, con los ojos cerrados, las manos sobre el tablero de la mesa e hiperventilando. A la derecha se observa una notable perturbación eléctrica, mientras la balanza indicaba una reducción de peso de la pata de la mesa de 2,6 kg (peso total de la pata: 4,8 kg.) 19 segundos después la pata de la mesa se levantaba.
Imagen 8: Fragmento del Electro-encefalograma durante la producción de MAM. Sujeto quieto, con los ojos cerrados, las manos sobre el tablero de la mesa e hiperventilando. A la derecha se observa una notable perturbación eléctrica, mientras la balanza indicaba una reducción de peso de la pata de la mesa de 2,6 kg (peso total de la pata: 4,8 kg.) 19 segundos después la pata de la mesa se levantaba.



Video 4: https://youtu.be/KjfAmN-_9iI
Registro EEG de Ariel Farías durante el MAM.


VARIACIONES DEL FENÓMENO PRINCIPAL

Luego de conseguir que se produzcan MAM en presencia de AF (elevación de una de las patas de la mesa), y que este movimiento pudiera ser correctamente registrado y diferenciado de otro similar en apariencia pero producido mediante fuerza muscular, se propusieron variaciones para mejorar lo conseguido. Se intentó producir la levitación completa de la mesa, sólo logrando por momentos la elevación de la segunda pata. También se intentó levitar una mesa mucho más liviana, de 5 kg. de peso, construida íntegramente con poliestireno expandido, de medidas y aspecto similar a la original de madera, y otros objetos como pequeñas planchas de madera ubicadas sobre la mesa o colgadas.

Por otra parte, se colocaron hojas de papel entre las manos y el tablero de la mesa, ya que en algunas reuniones del Grupo Luces Rojas, la mesa había continuado moviéndose a pesar de la inclusión de este tipo de barreras. Sin embargo, para todas estas condiciones, no se consiguieron resultados consistentes, sólo reducciones de peso inferiores a los 300 gr. Con respecto al movimiento sin contacto, en una ocasión se preparó un recipiente con agua y se colocó dentro un pequeño objeto de 10 gr. de peso flotando. AF intentó moverlo colocando sus manos a 20 cm. de distancia, sin resultado alguno.

La invitación a producir variaciones del fenómeno principal era recibida por el sujeto con entusiasmo; sin embargo, a los pocos minutos sin resultados, prefería usar la mesa de madera. Era evidente que se sentía mucho más confortable operando con la mesa en lugar de intentar actividades nuevas. Consultado al respecto, comentó lo que ya había manifestado durante las reuniones del Grupo Luces Rojas: que los pequeños movimientos lo entusiasmaban, pero cuando se incrementaban o se enrarecían aparecía un “temor al descontrol de la situación”, y eventualmente a que se repitiera en su hogar el poltergeist que tanto lo había angustiado en su pubertad. Esto llevó a organizar una serie de entrevistas entre AF y Alejandro Parra, quien es un psicólogo especializado en el tratamiento de alteraciones y síntomas originados en la observación de diversos fenómenos psi; pero lamentablemente tales entrevistas no se puderon completar. Parra, sin embargo, administró una serie de medidas psicológicas que serán oportunamente reportadas.


OTRAS VARIABLES ASOCIADAS AL FENÓMENO PRINCIPAL

Entre las variables psicológicas no mencionadas puede considerarse el estado de ánimo general del sujeto. Era evidente, aunque no sorprendente, que su desempeño mejoraba en los días en que se lo veía lejos de preocupaciones personales o laborales, además de sentirse estimulado por el avance de la investigación y las opiniones favorables de terceros. Pero lo que más influyó para mejorar su actividad fue sin duda la visita de personas destacadas. La reunión #14 del 18 de Diciembre del 2014 fue muy exitosa y unió ambos estímulos. Asistió Alejandro Parra para que AF intentara MAMs bajo estado cuasi-hipnótico, algo que sólo se consiguió superficialmente, ya que los tests previos indicaron que era refractario a los procedimientos sugestivos; sin embargo, la novedad de la técnica sumada a la calidad del visitante debe haber influido favorablemente. Finalmente, la mejor reunión de todas se produjo durante la visita de Stephen Braude, el 14 de Diciembre del 2015, reconocido por todo el grupo como una autoridad en la materia, quien había viajado especialmente desde Estados Unidos. (ver Imagen 9).


Imagen 9: De izq. a derecha: Stephen Braude junto a Ariel Farías, Juan Gimeno y Darío Burgo, en el Instituto de Psicología Paranormal.
Imagen 9: De izq. a derecha: Stephen Braude junto a Ariel Farías, Juan Gimeno y Darío Burgo, en el Instituto de Psicología Paranormal.

Con respecto a los parámetros fisiológicos, AF habitualmente señalaba sentir un intenso calor en sus manos, antes y durante la producción del fenómeno. Para poner a prueba ésto se diseñaron sensores de temperatura de masa despreciable, que se adhirieron a cada palma de la mano y se conectaron al Registrador de Variables. Con una temperatura ambiente de 19,5°C, la temperatura de las palmas se estabilizó durante todo el ensayo en 32,7°C para la izquierda y en 33,1°C para la derecha, lo que hace presumir que se trataba de una sensación subjetiva. También pudo verificarse la sudoración de las manos, en principio debido al esfuerzo que experimentaba durante la actividad. Otras sensaciones más difusas que comunicaba eran un aturdimiento mental leve, y contracturas en sus hombros hasta el día siguiente de la reunión; también son interesantes algunas vivencias que expresaba cuando se lo consultaba por lo que sentía.

Además de anticipar unos segundos –de manera intuitiva– el inicio de la MAM, expresaba que en el momento que se movía la mesa sentía sensaciones parecidas a las de un pasajero cuando su avión despega; y una vez que la pata de la mesa estaba elevada expresaba que “es parecido a cuando alguien se coloca un zapato: al comienzo se siente la diferencia entre la piel desnuda y la piel cubierta, pero a los pocos instantes uno se olvida y parece natural”, describiendo la acción inversa a descalzarse cuando la fuerza desaparecía y la mesa caía. Con respecto a éstos y otros aspectos autobiográficos, AF está preparando un informe más extenso y detallado.

El proceso fisiológico que pareció más ligado causalmente al fenómeno fue la hiperventilación, que AF había comenzado a practicar espontáneamente y continuó utilizándola en momentos claves a raíz de que su práctica aceleraba la reducción de peso de la pata 1. Para cuantificar esta variable, al principio se identificó el ritmo respiratorio a través de un micrófono, pero después se construyó un instrumento que se adosaba al pecho del sujeto, que enviaba al Registrador de Variables un pulso en el momento de cada inspiración, de manera de poder relacionarlo con el ritmo de descenso del peso de la pata 1, según puede verse en el Gráfico 5.

Gráfico 5: La curva roja expresa el peso de la balanza 1, debajo de la pata de la mesa más cercana al sujeto, en función del tiempo transcurrido. Los picos de la curva azul muestran los momentos en que el sujeto exhala. Reunión # 6 (Agosto 26, 2014).
Gráfico 5: La curva roja expresa el peso de la balanza 1, debajo de la pata de la mesa más cercana al sujeto, en función del tiempo transcurrido. Los picos de la curva azul muestran los momentos en que el sujeto exhala. Reunión # 6 (Agosto 26, 2014).

Con respecto a las variables físicas, la intensidad de la luz no pareció influir de ninguna manera. Se verificó la posible existencia de campos eléctricos mediante dos procedimientos: se armó un electroscopio ad-hoc, compuesto de una varilla aislante de la que colgaban segmentos delgados de hilo de algodón, semejando un peine. Éste se acercó al cuerpo de AF y a distintos lugares de la mesa mientras se movía, sin observarse ningún cambio de orientación en los hilos; además se colocaron sobre el tablero cientos de fragmentos circulares de papel de 5 mm de diámetro, los que deberían moverse ante la variación de un campo eléctrico, algo que tampoco ocurrió. Para los campos magnéticos, se acercó una brújula a las manos de AF y cerca de su cabeza, no observando ningún cambio en la orientación de la aguja; luego, durante varias reuniones, un cassette de audio, grabado con música, permaneció debajo del tablero de la mesa, cerca de las manos del sujeto, sin que su contenido se haya alterado, indicando la ausencia de campos magnéticos considerables. El resultado negativo de estos ensayos informales desalentó mediciones más sofisticadas, algo que igualmente las posibilidades económicas no hubieran permitido. Tampoco se consiguió desviar un láser proyectado a las manos de AF, mientras se producía un MAM sobre una de sus patas.


CONCLUSIONES

La investigación finalizó el 18 de Diciembre de 2015, luego de un período de 18 meses. Durante ese tiempo, se pudo diseñar un estudio experimental con poco dinero y escasos recursos humanos, aunque con gran entusiasmo, dedicación y muchas veces apelando a medios poco convencionales para disimular algunas insuficiencias. Si bien han quedado un número de objetivos incumplidos, es notable que un sujeto con aparentes “habilidades PK” se pusiera a disposición de los investigadores durante un tiempo extenso, aceptando de buen grado las condiciones rigurosas y poco atractivas de los ensayos. Se consiguió que ese mismo sujeto lograra repetir a voluntad los MAM, si bien poco espectaculares, al menos lo suficientemente ostensibles como para ser examinados.

Se logró documentar y registrar fehacientemente un evento físico anómalo, de tal manera que otros investigadores e interesados –lejos en el espacio y en el tiempo– podrán ampliar las observaciones y emitir sus propias consideraciones. Se replicó por primera vez un experimento que realizó William Crawford hace un siglo, aunque sin coincidir en el resultado. Finalmente fue posible interesar a una parte de la comunidad parapsicológica local e internacional, como el caso de la visita del experto Stephen Braude.


AGRADECIMIENTOS

Este estudio fue posible gracias al Premio Gilbert Roller otorgado por la Parapsychological Association a Alejandro Parra en 2014, y llevada a cabo por los autores del presente artículo. Por su parte, los autores agradecen a Irma Caputo por su hospitalidad y por brindar el espacio en la ejecución de la serie experimetnal durante el bienio 2014-2015 en el Instituto de Psicología Paranormal. También a Sergio Matteucci, Aníbal Melgar, y Andrea Romano por sus sugerencias y aliento permanente.

Por último, a Stephen Braude, quien se interesó en nuestro trabajo, nos alentó a seguir y creyó en esta investigación. Todo el material obtenido durante esta investigación queda a disposición de quien lo requiera, lo mismo que cualquier tipo de aclaración o ampliación de la información aquí expresada.


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* Profesor especializado en educación de adultos e investigador en parapsicología. Se ocupa del área de Investigación Histórica del Instituto de Psicología Paranormal de Buenos Aires. Ha escrito numerosos artículos en la Revista Argentina de Psicología Paranormal, Cuadernos de Parapsicología y Comunicaciones en Parapsicología. Sus áreas de interés son la historia de la parapsicología, investigación de la supervivencia, y los efectos físicos de la mediumnidad. Recientemente publicó Cuando Hablan los Espíritus: Historias del movimiento kardeciano en la Argentina (en co-autoría con Juan Manuel Corbetta y Fabiana Savall) (Dunken, 2010) y El buscador de maravillas: tras los pasos de clarividentes, psíquicos, curanderos (y farsantes) de la Argentina reciente (Edición del autor, 2014).

** Ingeniero Electrónico graduado por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, es Jefe del Área Protecciones AT/MT y Laboratorio en la empresa EDESUR y Delegado por el Departamento Protecciones de Edesur para realizar ensayos de aceptación y otras tareas en laboratorios de Argentina, Portugal, España y Alemania. Ha sido participante y expositor en numerosos congresos y seminarios nacionales e internacionales de su área específica. Diplomado en Generación Eoloeléctrica por la Universidad de Flores en Buenos Aires y por la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”.


Ensayo

UN ANÁLISIS HISTÓRICO Y TEÓRICO DE LA EXPERIENCIA DE LUCIDEZ TERMINAL: POSIBLES IMPLICANCIAS PARA LA PARAPSICOLOGÍA*

Michael Nahm**

Michael Nahm
Michael Nahm
michaelnahm@web.de

Llamamos “lucidez terminal” al inusual retorno de la claridad mental y la memoria poco antes de la muerte en pacientes que sufren de trastornos psiquiátricos y neurológicos graves presente en la literatura médica en los últimos 250 años, pero que no ha recibido mucha atención. Revisamos una serie de casos de lucidez terminal con el fin de estimular la investigación de los mecanismos implicados y sus posibles penetraciones tanto en neurociencia de la memoria y la cognición al final de la vida como en el tratamiento de una enfermedad terminal. Algunos ejemplos incluyen casos de pacientes que sufren de accidentes cerebrovasculares, tumores, meningitis, demencia o enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia y trastornos afectivos. Varios de estos relatos sugieren que durante la lucidez terminal, la memoria y las capacidades cognitivas funcionan por procesos neurológicos diferentes de los del cerebro normal. El estudio de la lucidez terminal también podría facilitar el desarrollo de nuevas terapias. Además, el aumento de la conciencia de experiencias inusuales al final de la vida podrían ayudar a médicos, enfermeros, terapeutas y familiares en duelo a prepararse para este tipo de experiencias y ayudar a las personas a afrontarlas.

En un estudio anterior (Nahm y Greyson, 2009), hicimos una descripción del inesperado retorno de la lucidez mental y la memoria poco antes de la muerte en pacientes que sufren de trastornos mentales graves. Nos referimos a esta inesperada remisión de síntomas al final de la vida conocida como ''lucidez terminal''. El retorno de la claridad mental ocurre a veces en los últimos minutos, horas o días antes de la muerte de un paciente. La observación de este fenómeno no ha recibido hasta ahora suficiente atención entre los psiquiatras y otros médicos. En nuestro estudio, presentamos los resultados de una revisión de casos publicados en la literatura de lucidez terminal en los últimos 250 años, y se incluyeron casos de pacientes con enfermedades terminales que sufrían de Alzheimer y esquizofrenia crónica.

Esperamos que este estudio estimule la investigación futura de la psicopatología y la neuropatología en pacientes con enfermedades mentales que sufren de una enfermedad somática adicional. Estos estudios podrían facilitar el desarrollo de nuevas terapias, y podrán contribuir a una mejor comprensión de los factores que regulan la interacción cuerpo/mente, así como la cognición y el procesamiento de la memoria.

La lucidez terminal –el inusual retorno de la claridad mental y la memoria poco antes de la muerte en pacientes que sufren de trastornos psiquiátricos y neurológicos– era bien conocida, sin embargo, las discusiones y los casos han ido disminuyendo hacia fines de siglo y están casi ausentes en la literatura médica moderna.
La lucidez terminal –el inusual retorno de la claridad mental y la memoria poco antes de la muerte en pacientes que sufren de trastornos psiquiátricos y neurológicos– era bien conocida, sin embargo, las discusiones y los casos han ido disminuyendo hacia fines de siglo y están casi ausentes en la literatura médica moderna.

En el presente artículo, voy a presentar más resultados de este estudio y también casos nuevos. La lucidez de los pacientes terminales no se limita a aquellos que sufren de Alzheimer y esquizofrenia, sino que también hay casos de pacientes con abscesos cerebrales, tumores, meningitis, accidentes cerebrovasculares y trastornos afectivos.


Prevalencia de la lucidez de terminal

En la actualidad, se han identificado 83 casos de lucidez terminal en la literatura de los últimos 250 años, y se han recogido otros testimonios similares no publicados. Los casos publicados corresponden a 55 diferentes autores, en su mayoría profesionales que trabajan en un entorno médico. De los casos que contenían una descripción del curso de la enfermedad, 22 de los pacientes eran mujeres y otros 32 eran varones. Además de esas referencias de casos particulares y descripciones, se identificaron 18 afirmaciones generales de los médicos o cuidadores que declararon haber sido testigos de la lucidez terminal en trastornos mentales, pero no dieron detalles de sus observaciones.

En nuestro estudio de la literatura, pudimos encontrar sólo dos estudios que estimaban la frecuencia de lucidez terminal en pacientes con trastornos mentales. El primero se presenta en un libro publicado en 1844 por Julius, que realiza estadísticas actualizadas de Thurnam en pacientes de un asilo en Gran Bretaña (Julius, 1844). En el libro, Julius presenta cambios del estado mental en 139 pacientes terminales que murieron en el asilo entre 1796 y 1841. En el 13% de los casos, el estado mental mejoró considerablemente al momento en que los pacientes murieron. La mayor frecuencia de remisión de síntomas al final de la vida estuvo representada en pacientes con diagnóstico de manía (16%) y melancolía (17%). Julius menciona algunos casos de lucidez terminal en pacientes que murieron de muerte repentina, por ejemplo, un accidente cerebrovascular, pero no incluía las descripciones de los casos en su libro. En sólo el 2% de pacientes, la condición mental del terminal empeoraba considerablemente, en el 63% se mantuvo sin cambios, y en el 22% mejoró, por ejemplo, de manía a melancolía (Julius, 1844).

La segunda publicación que contiene información cuantitativa de la prevalencia de lucidez terminal fue una investigación reciente de experiencias en terminales. En este estudio, siete de cada diez enfermeros de un hogar de ancianos en los últimos cinco años, observaron pacientes con demencia y confusión alcanzar la lucidez días antes de su muerte (Brayne et al., 2008). Aunque hay pocos estudios cuantitativos de la prevalencia o el grado de la lucidez terminal, una reciente encuesta del personal de la clínica informó que ''los entrevistados de todas las unidades reportaron relatos de primera mano de residentes que previamente padecían confusión mental y que de repente se mostraban lo suficientemente lúcidos en los últimos días de su vida como para reconocer y despedirse de sus familiares y enfermeros'' (Fenwick et al., 2010).


El retorno de la claridad mental ocurre a veces en los últimos minutos, horas o días antes de la muerte de un paciente. La observación de este fenómeno no ha recibido hasta ahora suficiente atención entre los psiquiatras y otros médicos.
El retorno de la claridad mental ocurre a veces en los últimos minutos, horas o días antes de la muerte de un paciente. La observación de este fenómeno no ha recibido hasta ahora suficiente atención entre los psiquiatras y otros médicos.


Causas y diagnóstico de los trastornos mentales

En los casos del siglo XIX, los diagnósticos psiquiátricos de los pacientes por lo general eran anticuados, inadecuados, o estaban ausentes. Los diagnósticos más frecuentes eran manía y melancolía. Del mismo modo, los diagnósticos en los casos de todo el siglo XX estaban ausentes o eran inadecuados. Sin embargo, hay varios casos que contienen distintos diagnósticos entre las descripciones. Entre éstos, se encuentran casos de abscesos cerebrales, tumores, accidentes cerebrovasculares, Alzheimer y otras demencias, meningitis, esquizofrenia y probables trastornos afectivos.

Respecto a la demencia o Alzheimer, hemos recogido, además, ocho declaraciones generales de médicos y enfermeros que afirman haber observado casos de lucidez terminal, pero que no dieron mayores detalles. Respecto a la esquizofrenia, tres médicos también hicieron confirmaciones similares. En la siguiente sección, se describirán casos de lucidez terminal que pertenecen a diferentes categorías de diagnóstico, aunque algunos de estos casos, particularmente los anteriores, los diagnósticos deben considerarse especulativos. Reconocemos que algunos de estos casos, en particular aquellos por fuera del entorno médico, podrían contener “embellecimientos” por el paso del tiempo, o que en algunos casos la mejoría en el estado mental podría haber coincidido quizá en forma accidental con la proximidad a la muerte. Sin embargo, no era la opinión de los que reportaron los casos. Parece muy probable que la lucidez de terminal de hecho, se produzca bajo una variedad de circunstancias.


CASOS DE LUCIDEZ TERMINAL

Abscesos cerebrales

En un caso publicado en 1822, un niño de 6 años había caído sobre un clavo que penetró en su frente. Evolucionó lentamente con crecientes dolores de cabeza y trastornos mentales. A la edad de 17 años, padecía de dolores constantes, era muy melancólico, y comenzaba a perder su memoria. Fantaseaba, parpadeaba de forma continua, y miraba durante horas objetos específicos. Cuando comenzó a vomitar, quedó internado en un hospital; no era capaz de sentarse o levantarse de la cama. Permaneció en el hospital en ese estado durante 18 días. En la mañana del día 19, de repente se levantó de su cama y parecía muy lúcido, alegando que estaba libre de todo dolor y de los síntomas de la enfermedad. Quería abandonar el hospital al día siguiente. Un cuarto de hora después que el médico que lo atiendía lo vió, perdió el conocimiento y murió a los pocos minutos. La parte frontal de su cerebro tenía dos bolsas llenas de pus del tamaño de un huevo de gallina (Pfeufer, 1822).

En otro caso publicado en 1820, una monja se mudó a la casa de su hermana cuando su monasterio fue clausurado. Después que ella parecía recuperarse de fiebre escarlatina, cayó en un delirio, ''loca de atar'', y quedó internada en un asilo. Estaba obsesionada con la convicción de que el monasterio todavía existía, e insistía violentamente en volver allí. Todos los tratamientos para mejorar su condición fracasaron; vivía bajo el cuidado de una enfermera personal en una habitación individual específicamente para ella, y era visitada regularmente por su hermana. Después de tres años, padeció de fiebre crónica causada por un gran absceso. Cuanto más se reducía su fuerza física, se calmaba cada vez más. Tres semanas antes de su muerte, todos los síntomas de su locura desaparecieron por completo. Cuando su hermana la visitó, le agradeció afectuosamente por todo lo que su hermana había hecho por ella. Recordaba todos los detalles de sus delirios y conductas, y se lamentaba. Recibió el sacramento de la extremaunción y oró hasta que murió en paz en brazos de su cuñado. Cuando removieron su cráneo para una autopsia, se pudo ver la hinchazón del tejido cerebral. Los vasos sanguíneos se habían llenado de sangre, y el propio tejido cerebral estaba muy blando. No se pudo cerrar el cráneo de nuevo debido a la gran hinchazón del tejido cerebral. La duramadre se había unido junto con la superficie interna del hueso del cráneo (Vering, 1820).


Tumores cerebrales

Morse y Perry (1990) presentaron el caso de un niño de 5 años que había estado en coma durante tres semanas y murió a causa de un tumor cerebral maligno, tiempo durante el cual estaba casi constantemente rodeado por su familia. Por último, siguiendo el consejo de su ministro religioso, la familia le dijo al niño en estado de coma de que lo iban a perder y que tenía su permiso para partir. De repente y de forma inesperada, el niño recuperó la conciencia, dió gracias a su familia por dejarlo ir, y les dijo que moriría pronto. De hecho, murió al día siguiente.

Haig (2007) recuerda el caso de un joven que murió de un cáncer de pulmón que se había extendido hasta su cerebro. Al final de su vida, un escáner cerebral mostró poco tejido cerebral izquierdo, los tumores con metástasis que tenía no sólo dejaban de lado el tejido cerebral normal, sino que incluso lo había destruído. En los días previos a su muerte, perdió toda capacidad de hablar o de moverse. Según una enfermera, una hora antes de su muerte, despertó y se despidió de su familia, hablándoles durante unos cinco minutos antes de perder la conciencia nuevamente y morir.

El pediatra americano Melvin Morse conoció el caso de un niño de 5 años que había estado en coma durante tres semanas y murió a causa de un tumor cerebral maligno. De repente y de forma inesperada, el niño recuperó la conciencia, dió gracias a su familia por dejarlo ir, y les dijo que moriría pronto. Al día siguiente, murió.
El pediatra americano Melvin Morse conoció el caso de un niño de 5 años que había estado en coma durante tres semanas y murió a causa de un tumor cerebral maligno. De repente y de forma inesperada, el niño recuperó la conciencia, dió gracias a su familia por dejarlo ir, y les dijo que moriría pronto. Al día siguiente, murió.

En un caso que nos llegó recientemente, un broker de 42 años tuvo una convulsión ''de la nada''. Aunque su EEG mostraba una desaceleración generalizada, las imágenes por resonancia magnética parecían normales. Dos meses más tarde, sin embargo, una resonancia magnética mostró un glioblastoma multiforme del tamaño de una ciruela. En el momento en que fue operado, dos semanas después, el tumor se había duplicado en tamaño y se había formado un segundo en su centro del habla. Después de dos extracciones quirúrgicas, radiocirugía con bisturí de rayos gama, quimioterapia intrarraquídea, y esteroides, pudo volver al trabajo a medio tiempo. Sin embargo, el tumor pronto se repitió, y después de una prueba fallida con un agente quimioterápico oral experimental, se negó al tratamiento adicional, y recibió cuidados paliativos en su casa. Quedó postrado en cama, ciego de un ojo, padecía incontinencia, y tenía un discurso cada vez más incoherente y conductas bizarras. Parecía ser incapaz de darle sentido a su entorno, y cuando su familia lo tocó hizo una palmada como si tuviera un insecto. Con el tiempo dejó de dormir, y tenía delirios nocturnos.

Después de varias semanas, de repente apareció una noche muy relajado, hablando coherentemente, y luego se durmió tranquilamente. A la mañana siguiente, estuvo coherente y conversó con su esposa, hablando por primera vez de una muerte inminente. Sin embargo, ese día dejó de hablar y quedó inmóvil en su cama, no comió ni bebió durante dos semanas después de lo cual expiró de varias horas después en estado epiléptico.


Accidentes cerebrovasculares (ACV)

Noyes (1952) describió el caso de una mujer de 91 años de edad que había sufrido dos accidentes cerebrovasculares (ACV). El primero paralizó su lado izquierdo y la privó de hablar claro. Al cabo de unos meses, un segundo ACV la dejó completamente paralizada y sin habla. Tenía una hija que se ocupaba de ella. En cierta ocasión, una exclamación de la mujer llamó la atención de su hija, y vio a la anciana sonriendo alegremente, aunque su expresión facial se había congelado desde el segundo ACV. La mujer volteó su cabeza y se sentó en la cama sin esfuerzo, levantó sus brazos y exclamó –con buen ánimo– el nombre de su marido. Sus brazos cayeron, se echó en la cama y falleció. Había experimentado una visión de su marido fallecido (Osis, 1961; Osis y Haraldsson, 1977), pero, innegablemente, recuperó su capacidad para usar su cuerpo y el habla durante aquella experiencia.

Hay otro ejemplo de lucidez terminal que involucra ACV (Daumier, 1865). Después que un hombre sufriera un ataque, quedó casi en su totalidad paralizado por 11 años. También había perdido su capacidad para leer o hablar. Tres años después aprendió a reconocer a determinadas personas y recuperó el habla de nuevo, pero sus facultades mentales no se desarrollaron más. Siete días antes de su muerte sufrió un segundo AVC después del cual recobró casi totalmente el conocimiento. Era capaz de decir oraciones completas y comprender largos pasajes del discurso. Aunque había sido ateo toda su vida, pidió ver a un ministro y murió en paz.


Enfermedad de Alzheimer y otras demencias

En un estudio previo (Nahm y Greyson, 2009), se recogieron casos de lucidez terminal en pacientes con enfermedad de Alzheimer citados por Brayne et al. (2008) y Grosso (2004). Este último, describió un segundo caso de un paciente con demencia con buen estado mental, reconocía a su familia, y hablaba con coherencia poco antes de morir. Osis (1961) menciona a otro paciente demente que recuperó su claridad mental normal también antes de morir. Varios relatos de lucidez terminal que implican demencia aparecen en la literatura médica del siglo XIX. Marshall (1815) tuvo el caso de un paciente demente y violento que padecía de pérdida de la memoria al grado que ni siquiera recordaba su nombre de pila. Cuando cayó gravemente enfermo después de más de diez años en el asilo. El día antes de morir, estaba más racional y pidió ver a un cura. Parecía escuchar atentamente al ministro y estaba esperanzado de que Dios se apiade de su alma. Aunque Marshall (1815) no describe el estado mental del paciente con más detalle, el informe sugiere que el hombre podía recordar bien algunos eventos de su vida.

Recientemente, encontré tres relatos personales de casos lucidez terminal que implicaban enfermedad de Alzheimer. El primero se refiere a una mujer que sufrió la enfermedad durante 15 años al cuidado de su hija. La mujer no respondía desde hacía años, y no mostraba ningún signo de reconocer a su hija o a cualquier otra persona. Sin embargo, minutos antes de su muerte, comenzó una conversación normal con ella, una experiencia inusual para ella y que la dejó totalmente confundida.

El segundo caso de Alzheimer fue notablemente similar. En este caso, la abuela de una mujer que no había hablado ni reaccionado a sus familiares durante años hasta la semana antes de su muerte, cuando de repente comenzó a charlar con su nieta, preguntando por varios familiares, y dando consejos a su nieta. Su nieta dijo que ''era como hablar con Rip Van Winkle'' (N. del T: alguien que duerme por un largo período, o que no está al tanto de lo que ha sucedido). El tercer caso de Alzheimer era de una mujer de 81 años que había estado demente durante mucho tiempo y estaba viviendo en una casa de retiro en Islandia. Su familia se turnaba para visitarla, a pesar de que no había reconocido a ninguno de ellos ni hablado con nadie durante un año. En una ocasión, su hijo Lydur estaba sentado a su lado resolviendo un crucigrama, cuando de repente se incorporó, lo miró directamente a la cara, y le dijo: ''Mi Lydur, te voy a recitar una poesía”. Luego recitó en voz alta y con claridad el siguiente verso, traducido al inglés (sin rima): “Oh, padre de la luz, ser adorado. Danos vida y salud a mí, a mi padre y a mi madre. Ahora me incorporo, porque el sol está brillando. Envíame tu luz ¡Oh, Dios, qué bueno eres!” Luego apoyó su cabeza en la almohada y quedó inmutable, y así permaneció hasta que murió un mes más tarde. Su hijo escribió el verso, pensando que era la poesía de su madre; pero más tarde supo que era la primera estrofa de un salmo de un poeta islandés.


Meningitis

Osis y Haraldsson (1977) publicaron el caso de una mujer de 30 años que sufría de meningitis, estaba gravemente desorientada, somnolienta, y hablaba incoherencias casi hasta su muerte. Pero minutos antes de morir volvió en sí; estaba lúcida, respondía a las preguntas, sonreía, y estaba ligeramente eufórica. Además de otros patológías a nivel psicológico y anatómico-cerebral, el siguiente caso del siglo XIX también padecía de meningitis crónica. Una viuda y madre de cinco niños vivían en pobreza extrema. Con el tiempo, desarrolló tendencias suicidas y crecientes signos de trastorno mental. Después de haber pasado sus días en estado apático, de repente se agitaba, rasgando sus ropas y caminando por los campos aledaños. Posteriormente fue trasladada a un asilo en Noviembre de 1844. Allí se quejaba de vértigo. No tenía ningún recuerdo de su pasado, hablaba de forma incoherente, y afirmaba que nunca había tenido hijos. En Diciembre, sufrió severos ataques de vértigo que a veces la dejaban inconsciente, fría y rígida. Incluso en los intervalos en los que era capaz de levantarse de la cama, nunca reconocía donde estaba. En el verano de 1845, sufría ataques que la dejaban cada vez más insensible. Los síntomas que la acompañaban apuntaban a algún tipo de congestión cerebral. Después de su última convulsión a fines de Septiembre, ya no respondió los cuatro meses posteriores. Después de esto, su estado mental comenzó a mejorar a medida que su cuerpo siguía debilitándose. Antes de morir, en Febrero de 1846, recuperó los recuerdos de toda su vida; sabía dónde estaba, y agradecía íntimamente a sus enfermeras por todo lo que habían hecho por ella. Murió plenamente conciente.

La autopsia reveló la presencia de una afilada pieza de hueso de unos dos centímetros de diámetro en la superficie interna del cráneo, y meningitis crónica. Los vasos sanguíneos se llenaron de sangre y la piamadre se encontraba hinchada de ampollas. También se encontraron estas ampollas en otras regiones del cerebro, así como un exceso de líquido en los ventrículos, que resultaron en un aumento patológico de su volúmen normal (Leubuscher, 1846).


Esquizofrenia

En un estudio anterior más breve (Nahm y Greyson, 2009), se analizó tres casos de lucidez terminal en esquizofrénicos crónicos (Turetskaya y Romanenko, 1975). Los tres pacientes fueron hospitalizados de forma continua durante 11, 20 y 27 años y no se encontraron intervalos de lucidez durante muchos años, uno de ellos pasó sus últimos 17 años en un estado catatónico profundo. Aparte de las idiosincrasias específicas, los tres pacientes eran casi normales poco antes de morir. Osis (1961) cita otro caso relacionado con esquizofrenia severa que había estado fuera de contacto con la realidad por dos años, pero que recuperó su mentalidad normal, poco antes de morir.


Posibles Trastornos Afectivos

Brierre de Boismont, neurólogo y psiquiatra francés autor del libro Des hallucinations (1862), describió el caso de un paciente psicótico que durante 52 años no articulaba palabra alguna, hasta que pocas semanas antes de su muerte, de repente comenzó a responder preguntas.
Brierre de Boismont, neurólogo y psiquiatra francés autor del libro Des hallucinations (1862), describió el caso de un paciente psicótico que durante 52 años no articulaba palabra alguna, hasta que pocas semanas antes de su muerte, de repente comenzó a responder preguntas.

En un caso publicado en 1840, una mujer de 30 años diagnosticada con melancolía “errante” (Melancholia errabunda) fue internado en un asilo, y poco después, se volvió maníaco. Durante cuatro años, vivió exclusivamente en un estado mental confusional e incoherente. Cuando enfermó con fiebre, se negó vehementemente a tomar cualquier medicamento, y en consecuencia, su salud se deterioró rápidamente. Pero cuanto más débil se tornaba su cuerpo más mejoraba su estado mental. Dos días antes de su muerte, estaba totalmente lúcido. Hablaba con una erudicción y claridad que parecía superar su propia educación, se interesbaa por la vida de sus parientes, y con lágrimas lamentaba su inflexibilidad anterior hacia sus medicamentos. Poco después murió (Butzke, 1840). En 1832, un hombre de familia normal y aparentemente feliz, se enfermó de tifus. Parecía haberse recuperado, pero posteriormente sufrió cada vez más dolores abdominales. Finalmente, se tornó cada vez más melancólico y desconfiado de sus propia familiares, lloraba mucho y se negaba a comer. A mediados de 1834, su estado se iba deteriorando y lo trasladaron a un asilo. Estaba completamente apático, abúlico, y sin reacción, continuamente de pie o sentado siempre en el mismo lugar y mirando al suelo si no era movido por sus enfermeros. Después de ocho meses en el asilo, comenzó a sufrir de una infección intestinal acompañada de disentería severa, lo que lo llevó a la muerte. A pesar del sufrimiento corporal, su enfermedad mental fue desapareciendo durante aquella última semana. Su claridad mental había retornado y perduró hasta su muerte. En la autopsia cerebral no se pudieron detectar disfunciones orgánicas (Jacobi, 1837).

En otro caso (Bergmann, 1829), un joven sentado en una silla por varios años, mirando de forma continua el suelo, estaba muy rígido y tenía grandes dificultades con el más mínimo movimiento de sus extremidades. Apenas podía caminar, no hablaba una sola palabra, y nunca se alimentó por sí mismo durante aquellos años. Finalmente, enfermó de tifus. Un día, experimentó una lucidez intensa y comenzó a cantar algunas canciones religiosas, como la famosa Freut euch des Lebens [Sé feliz por estar vivo].

Al día siguiente falleció en paz. En otro caso del siglo XIX, un hombre de 22 años quedó aterrado por una máscara de oso en un baile de máscaras, y posteriormente se volvió psicótico. Durante los próximos 52 años, imitaba constantemente la conducta del oso balanceando su cuerpo y profiriendo sonidos guturales como si fuera un oso. No articulaba palabra alguna durante estas cinco décadas. Pocas semanas antes de su muerte, como su enfermedad terminal que avanzaba, comenzó a responder preguntas. A pesar que sus capacidades mentales estaban limitadas al grado de responder solamente ''si'' o “no”, reaccionó de manera precisa y entendía las preguntas que se le hacían (Brierre de Boismont, 1862; Griesinger, 1876).


DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Para los médicos del siglo XIX, la lucidez terminal era bien conocida, sin embargo, las discusiones y los casos han ido disminuyendo hacia fines de siglo y están casi ausentes en la literatura médica moderna. La publicación de estos casos continuó en gran medida fuera del entorno médico. Los únicas publicaciones sobre lucidez terminal que encontramos en las últimas décadas fueron sobre tres esquizofrénicos (Turetskaya y Romanenko, 1975), y una breve mención más reciente de lucidez terminal en pacientes con demencia (Brayne et al., 2008). Dada la fenomenología intrigante de algunos de estos casos, consideramos que la investigación de la lucidez terminal es una tarea importante. Algunos de los casos presentados, sobretodo aquellos que implican la destrucción del tejido cerebral causado por tumores, accidentes cerebrovasculares o la enfermedad de Alzheimer, plantean dificultades a a los modelos explicativos actuales de la fisiología del cerebro y el funcionamiento mental.

En la actualidad, creemos que no es posible formular mecanismos definitivos para explicar la lucidez terminal, de hecho, la lucidez terminal en diferentes trastornos mentales podría resultar de diferentes procesos, dependiendo de la etiología de las enfermedades. Por ejemplo, la caquexia en pacientes con enfermedades crónicas probablemente podría provocar la contracción del tejido cerebral, aliviando la presión ejercida por las lesiones intracraneales y permitiendo el fugaz regreso de algunas funciones cerebrales. Ya en 1826, se describían dos maneras distintas en que se podía manifestar la lucidez terminal (Burdach, 1826).

En primer lugar, el grado del trastorno mental puede disminuir lentamente junto con la disminución de la vitalidad corporal. Los casos de esquizofrenia y otros casos más antiguos pertenecen a esta categoría. En segundo lugar, la claridad mental total puede aparecer de repente justo antes de morir. Los casos presentados implican tumores cerebrales y enfermedad de Alzheimer que pertenecen a esta segunda categoría. Estas observaciones sugieren que puede no haber un mecanismo único para explicar la lucidez terminal.

Esperamos que este fenómeno sea lo suficientemente interesante para estimular la investigación de la psicopatología y la neuropatología implicadas en los estados cercanos a la muerte. El estudio de la lucidez terminal podría ayudar a dilucidar los factores que regulan la peculiar relación entre la mente y el cerebro, y especialmente lo que se deteriora en el cerebro (Fenwick et al., 2010); y podría facilitar el desarrollo de nuevas terapias. En este sentido, un ejemplo histórico está representado por la investigación de Wagner-Jauregg (1887).

Después de observar que los síntomas del trastorno mental a veces se reducían con fiebres altas, se desarrolló la terapia febril para la parálisis general. En 1927, Julius Wagner-Jauregg recibió el Premio Nobel de Medicina por ello (Nahm y Greyson, 2009). En la última década se ha acumulado evidencia de que los déficits cognitivos de la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas pueden deberse no sólo a la pérdida neuronal irreversible, sino quizá en parte a alteraciones funcionales potencialmente reversibles que implican especulativamente ajustes complejos en las moléculas, cascadas de señales, modificaciones sinápticas, actividades neuronales o interacciones en red (Palop et al, 2006; Savioz et al., 2009). Aunque estos mecanismos reversibles puede dar cuenta de las fluctuaciones de las funciones cognitivas en algunos pacientes en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer (Gleichmann y Mattson, 2010), no está claro si podrían explicar la remisión completa de los déficit cognitivos que ocurren en los casos de lucidez terminal (Barton y Albright, 2008; Savioz et al, 2009). Del igual modo, algunos pacientes en los que se ha retirado el soporte vital podrían manifestar un inexplicable aumento de la actividad electroencefalográfica, como la pérdida inmediata de la presión arterial antes de la muerte (Chawla et al., 2009). A pesar que estos pacientes no muestran ninguna evidencia clínica de cognición, estos hallazgos sugieren que la neurociencia de los estados terminales puede ser más compleja de lo que tradicionalmente se creía.

La investigación de la lucidez terminal puede conducir a una mejor comprensión de los procesos implicados en la memoria y la cognición. El inesperado regreso de las facultades mentales plantea preguntas sobre el procesamiento cognitivo al final de la vida, especialmente en enfermedades que implican la degeneración de las regiones del cerebro responsables de la cognición compleja, y puede sugerir nuevos modelos neurocientíficos para la memoria y la cognición en enfermedades terminales. Además, el aumento de la conciencia de las experiencias inusuales en pacientes al final de la vida podría ayudar a médicos, enfermeras y familiares a prepararse para ser testigos de este tipo de fenómenos, y por lo tanto, afrontarlos mejor.


Referencias

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Brayne, S., Lovelace, H., & Fenwick, P. (2008). End-of-life experiences and the dying process in a Gloustershire nursing home as reported by nurses and care assistants. American Journal of Hospital Palliative Care, 25, 195–206.

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* Este artículo se escribió con las contribuciones de Bruce Greyson, Emily Williams Kelly, y Erlendur Haraldsson. Publicado originalmente en Archives of Gerontology Geriatric, 2012 July-August 55(1), pp. 138-42. doi: 10.1016/j.archger.2011.06.031. Agradecemos a Elsevier su permiso para reproducir el articulo en español.

** Michael Nahm ha estudiado zoología, botánica, genética y paleontología, y obtuvo su doctorado con una tesis sobre la fisiología de los árboles. Durante los últimos años, ha iniciado y coordinado proyectos de investigación en ciencia forestal. Una segunda línea de investigación explora las fronteras de la biología (humana) y diversos aspectos de la investigación psíquica. Su sitio de internet es www.michaelnahm.com, presenta una visión general de este último campo de estudio y sus publicaciones.


Revista de libros
Gaona Cartolano, José Miguel (2015). El Límite: Una profunda investigación sobre la consciencia, el cerebro y las experiencias cercanas a la muerte. Madrid: La Esfera de los Libros. Pp. 700. ISBN: 9788490604564.

“Tras un accidente de moto grave y el diagnóstico de fractura de cráneo, en el hospital salí de golpe de mi cuerpo con una fuerza que me arrojó hacia la pared. Allí me quedé flotando, girando lentamente. Comencé a subir por ella muy despacio, luego más deprisa. Sentía miedo. Me preguntaba si no sería todo un puro sueño. Vi la cama muy abajo y a mi madre sentada en la cabecera. Sabía que era ella, pero yo solo distinguía las sombras y los colores, su rostro no. Entonces me di cuenta de que subía hacia una luz que parecía una puerta redonda y se iba haciendo más grande. Yo pensaba: si entro en esa luz, no voy a encontrar la salida. Era un ser de luz, llevaba capucha, como un hábito. No tenía cara y quería darme la mano para pasar. Entonces sentí terror y grité: “¡Mamá!”. En ese momento caí y volví a entrar en mi cuerpo, que se cerró herméticamente.” Esta y otras docenas de experiencias aparecen en el libro El límite del psiquiatria español José Miguel Gaona, autor de otro libro anterior (Al otro lado del túnel, (ver http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/E-BOLETIN%20PSI_Vol.9_No.1_Enero_2014.htm#tit11), que lleva a cabo un pormenorizado un análisis de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) y la consciencia. Gaona explica en su libro cómo se construye la realidad dentro del cerebro, una de las claves para entender el universo que nos rodea, desde líneas de trabajo vanguardistas como la micro-PK, es decir, la influencia de la consciencia sobre el mundo atómico y subatómico, y ofrece explicaciones que la ciencia en relación a otros apasionantes temas como la reencarnación, visitas antes de fallecer, experiencias de muerte compartidas, sin excluir las importantes investigaciones sobre el enlazamiento entre consciencias.

Gaona, doctor en Medicina (cum laude), y psiquiatra graduado por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en los últimos años en el campo de la neuroteología, área que estudia los fenómenos místicos y espirituales desde una perspectiva neurológica. En efecto, las ECM tienen tanto aspectos materiales como transmateriales, esto significa que, en el aspecto material, una persona con una ECM percibe el fenómeno en el mundo físico y "material", a veces cerca o en su propio cuerpo físico, mientras que en otras, carente de percepción corporal, o estando incluso “lejos” de éste. En el aspecto transmaterial, una ECM se percibe en su dimensión trascendental, más allá del mundo físico. Según algunos de los más destacados miembros de la International Association of the Near Death Studies (IANDS), la expresión "aspecto” en lugar de "fase" implica una secuencia, mientras que las personas con ECM a menudo describen su percepción antes, durante y después de su percepción transmaterial. La percepción “verídica” de una ECM se refiere a cualquier percepción, sea visual, auditiva, cinestésica, olfativa, etc., que una persona dice haber experimentado durante su propia ECM y que posteriormente corrobora porque se corresponde a una realidad material o transmaterial.

Respecto a una realidad material, un ejemplo es el de aquella persona que dice que mientras su cuerpo estaba inconsciente, vió a su padrastro comprar una barra de chocolate de una máquina expendedora con la intención comerla a escondidas a pesar que ella siempre supo que era muy riguroso en su dieta. Cuando ella recuperó la conciencia, le contó a su madre lo que había visto, y su madre confirmó la exactitud de la percepción de su hija. Por otra parte, un ejemplo de dominio transmaterial es el caso de alguien que, tras recobrar la conciencia, durante su ECM, dijo haber ido a un “reino” (transmaterial) donde se encontró con un familiar fallecido de quien esta persona creía que aún vivía, y poco después, supo la noticia de que aquella persona había muerto poco antes de su episodio de ECM. Muchos autores han utilizado el término percepción “verídica" para describir o dar a entender que el conocimiento adquirido que no pudo haber sido percibido por los sentidos normales o deducidos por inferencia lógica. Naturalmente quedan excluidas todas aquellas sensaciones subjetivas o emocionales –muchas veces transformadoras– que involucran percepciones de otras cosas que no se pueden cotejar con la realidad física.

El autor recoge tres años de investigación en España y otros países, ha entrevistado a Michael Persinger, Sam Parnia, Raymond Moody, y Bruce Greyson, entre otros. Precisamente, colabora con Persinger en la Universidad Laurenciana de Sudbury (Ontario), en Canadá, y es cofundador del grupo Transnational Anomalies Research junto a un selecto grupo de profesores y doctorandos del departamento de Neurociencias de dicha universidad. En esta línea, dirige el Proyecto “Túnel”, un sitio de encuentro para personas que han sufrido experiencias cercanas a la muerte y que desean compartir dichas experiencias y abordarlas desde un punto de vista terapéutico. Esta obra es fundamental para entender las experiencias cercanas a la muerte así como casos terminales, y para todas aquellas personas que sufran o se estén preparando un duelo.



Kokubo, Hideyuki (2015). Ki or Psi: Anomalous remote effects of mind-body systems. Biophysical approach to unknown power. New York, NY: Nova Science Publishers. Pp. 208. ISBN: 978-1634829540.

Se dice que los seres humanos tienen un poder conocido conocido como ki (bio-psicokinesis o bio-PK). El Ki, a diferencia de otras formas de bioenergía, es un equivalente al Prana en la antigua India, o psi en la parapsicología moderna. El autor también hace referencia a la medicina energética, la sanación espiritual y la terapia por la oración, prácticas que han sido aplicadas a lo largo de diferentes momentos en la historia y en otros países en todo el mundo. La medicina energética se ha empleado recientemente en hospitales, sin embargo, hay muchos problemas sin resolver con esta bioenergía. El objetivo de este libro es presentar el estudio biofísico del autor sobre los fenómenos anómalos que produce la bioenergía. En el Capítulo 1, el autor describe el concepto de Ki en el Japón moderno, el concepto de bio-sensores para detectar la energía anómala implícita. Los biosensores son importantes para la parapsicología moderna, y se han realizado muchos estudios exitosos mediante biosensores. En el Capítulo 2, el autor resume los resultados obtenidos a través de sus estudios mediante el uso piezas de pepinos. A través de un método único y original, el autor observó diferentes propiedades del Ki.

Su hallazgo más importante es que el Ki sigue las mismas leyes de la física. El autor evalúa la distribución espacial del “campo ki”, que se genera alrededor del cuerpo humano. El autor demuestra en este libro la primera medición cuantitativa campo ki-campo. En los Capítulos 3 y 4, el autor explica en detalle cómo utilizar los pepinos como bio-sensores de la bioenergía; algunos ejemplos de estos métodos son el uso de gas, biofotones, y la medición de la fluorescencia. Kokubo describe estos estudios para aquellos estudiantes y principiantes estudiosos del ki interesados en replicar sus resultados. Además, el autor describe los estudios parapsicológicos llevados a cabo en China. Hideyuki Kokubo estudió biofísica en la Universidad de Nagoya University, en Japón, y ha sido editor de libros de ciencia, química y matemática para Sanseido (1981 a 1996), una conocida editoral en Japón. Desde 1996, se incorporó al Laboratorio de Bio-Emisión del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas con el propósito de desarrollar proyectos para el gobierno japonés, gracias al cual comenzó a llevar a cabo varios proyectos de investigación parapsicológica. Actualmente, ofrece un seminario de parapsicología en la Universidad de Meiji, entre otras universidades del Japón, y es Director de la Sociedad Japonesa de Parapsicología.



Broderick, Damien (2015). Knowing the unknowable: Putting psi to work. Vancleave, MS: Surinam Turtle Press. Pp. 274. ISBN: 978-1605438610.

Damien Broderick, escritor de ciencia ficción australiano que editó más de setenta libros y graduado en Estudios Literarios de la Deakin University en Australia, ofrece una descripción lúcida, atractiva y desafiante de cómo podemos aumentar el nivel de "señal-ruido" de la clarividencia, telepatía, telequinesis, y los efectos de la precognición de modo que puedan ser puestos en práctica en beneficio de la humanidad. Cualquier persona que trabaje en la investigación psi o sus aplicaciones debería leer este libro. Knowing the unknowable es una valiosa adición a la biblioteca de cualquier estadístico, psicólogo, historiador de la ciencia, o estudiante de parapsicología motivado por aprender más sobre su historia o entender cómo responde la variabilidad humana y cómo psi se puede utilizar para ayudar a aumentar el tamaño del efecto derivado de cualquier conjunto de datos del comportamiento. En esta obra, Broderick comienza con un mensaje claro: aquí no nos ocuparemos de historias fantásticas de experiencias psi, por el contrario, nos proporciona detalles de una serie de experimentos casi olvidados que provocaron gran cantidad de conjeturas. Antes de llegar allí, sin embargo, Broderick procesa su información con rigor científico.

Broderick nos plantea la pregunta: "¿Qué problemas podríamos resolver si psi tuviera aplicaciones útiles?” Un ejemplo de ello es que podríamos comunicarnos con presos políticos en aislamiento, localizar depósitos minerales subterráneos con precisión y sin costosos equipos, o predecir un ataque terrorista. Sin embargo, Broderick señala con razón que hay tanta variabilidad en los datos psi que estos resultados prácticos y deseables parecen fantásticos. El punto esencial del libro es que no debemos dejar que esta variabilidad y "ruido" nos disuadan; debemos aislar el efecto que nos interesa mediante el uso de participantes calificados previamente testeados o tamaños de muestras masivos, y eliminar de manera efectiva todo sesgo de respuesta conocido que contribuya a tal ruido usando procedimientos de normalización.

Broderick describe en detalle varios grandes experimentos, uno de ellos, el experimento de telepatía durante un programa radial en 1928 que recibió 123.295 respuestas de 24.659 participantes que estaban tratando de adivinar los objetivos que están siendo observados por un grupo de "emisores." Entre 1937 a 1938, la radioemisora Zenith llevó a cabo un experimento de telepatía masiva utilizando símbolos como objetivos y recibió más de 150.000 respuestas. Desde 1954 y durante más de un año, dos investigadores reunieron más de 35.716 respuestas de un experimento de telepatía utilizando imágenes de horarios marcados por agujas de reloj como objetivos (cartas reloj) y todas las respuestas en este último experimento se enviaron por correo postal.

La obra termina con una nota de esperanza: una receta de aplicaciones psi del estilo “hágalo-usted-mismo”. La primera sugerencia en la lista es pre-seleccionar a los participantes de acuerdo a una persona con habilidades psi. Broderick lo explica señalando que se podrían conseguir muchas personas con habilidades psi y pedirles hacer repetidas pruebas de psi. Pero la receta completa, como un todo, aún no existe. Hay dos problemas conceptuales menores: Aunque la visión remota se discute en un primer momento como una forma de dar crédito a la hipótesis de que psi es real y más tarde con más detalle, la mayor parte del libro se centra en el análisis de conjuntos de datos de respuesta forzada en el que se conoce el objetivo por ser uno de dos o más opciones. Broderick admite que incluso después de usar una técnica de normalización, los resultados de experimentos de elección forzada probablemente no sean tan buenos como los experimentos de visión remota con psíquicos altamente calificados.



Grosso, Michael (2016). Man who could fly: Saint Joseph of Cupertino and the mystery of levitation. Lanham, MD: Rowman. Pp. 264. ISBN: 978-1442256729.

El autor es profesor de humanidades y filosofía en el Marymount Manhattan College de la City University of New York, y examina las experiencias espirituales de San José de Cupertino (1603-1663), un fraile italiano nació en Italia bajo el nombre de José María Desa, por cuyas hazañas se lo recuerda como el “hombre que podía volar”. En una época de su vida, llegaron a ser tan frecuentes estos fenómenos que sus superiores tuvieron que excluirle del coro porque en contra de su voluntad, interrumpía las ceremonias de la comunidad con sus “vuelos” cuando se encontraba en estado de éxtasis. Después de presentar los portentos que ocurrieron en torno a la vida de San José, el autor lleva a los lectores a la vida pública y privada de San José, detallando muchos eventos sobrenaturales que aparentemente rodearon su vida: levitación, telequinesias, poltergeists, inanición, “olor a santidad” y materialización. El autor se pregunta por qué y cómo es posible. Los lectores interesados en el misterio que rodea a estas figuras históricas, a veces rechazados por la Iglesia Católica, tendrán mucha información respecto a esta fascinante personalidad torturada por estas experiencias. El trabajo de Grosso es exhaustivo; la obra es una exploración emocionante que nos permite comprender la evolución de la conciencia y las habilidades humanas, está bien escrita y argumentada, y es un potente antídoto contra los efectos “asfixiantes” de la ideología materialista de nuestro tiempo.

El libro esta dividido en tres partes: La “Introducción” discute el peculiar desafío de escribir sobre un hombre que podía volar, la Primera parte es sobre el hombre y sus extraños talentos, la vida de José y sus tiempos turbulentos; un capítulo describe el testimonio de los testigos de sus levitaciones, y otro sobre su vida y prácticas místicas. Los éxtasis están causalmente vinculados a ciertos movimientos anómalos: su cuerpo flotando, levitando o volando hacia atrás. De hecho, fue nombrado patrono de los cosmonautas por su don de la levitación, y de los estudiantes en exámenes, a quienes se encomiendan cuando tienen dificultades a causa de las suyas propias, que el santo debió atravesar en sus estudios teológicos como monje franciscano.

En la descripción de los fenómenos, el autor compara éstos con relatos similares de otros santos y médiums. En la Segunda parte, pone el caso de José en un marco más amplio de significado y sugiere posibles explicaciones, presentando estudios sobre el éxtasis y la conexión mente-cuerpo; la sensibilidad barroca de la contrarreforma; José como artista de performance en el arte, la música y la arquitectura como conducente al éxtasis místico; y un capítulo sobre las posible explicaciones físicas de la levitación. La última parte del libro es la sección de “Conclusiones”. A la luz de los fenómenos de San José, se habla de una “parapsicología de la religión”. El autor es por si mismo un profundo estudioso de casos y experiencias de situaciones “extremas”, como las experiencias cercanas a la muerte, las coincidencias, la inspiración artística, el trance chamánico, la muerte por prácticas vudú, los placebos que “funden” tumores, sugestiones hipnóticas que curan enfermedades congénitas (como la ictiosis), médiums que materializan, estigmas que nunca se infectan y exudan extraños perfumes, y, por supuesto, la estrella de todas estas anomalías: la levitación. Algunos de sus libros son The Final Choice: Playing the Survival Game (1985); Frontiers of the Soul: Exploring Psychic Evolution (1992), The Millennium Myth: Love and Death at the End of Time (1995), Soulmaking: Uncommon Paths to Self-Understanding (1997), y Experiencing the Next World Now (2004). Grosso está afiliado a la Division of Perceptual Studies en la Universidad de Virginia, y es parte del Consejo Consultivo de la American Philosophical Practitioner’s Association, y editor de la revista de esa asociación.



De Foe, Alexander (Ed.) (2016). Consciousness beyond the body: Evidence and reflections. Melbourne Centre for Exceptional Human Potential: Melbourne, Australia (Amazon Digital Services LLC). File Size: 5697 KB. ASIN: B01BM1SMS2.

Se define una experiencia fuera del cuerpo (EFC) como una experiencia en la que el "yo", o en el centro de la conciencia, parece ocupar temporalmente una posición espacialmente alejada del cuerpo. El autor ha dedicado la mayor parte de su carrera al estudio de la investigación psi y los fenómenos psíquicos. Este libro que sirve como una metáfora de la situación actual de este campo, es decir, los esfuerzos de los investigadores psi para trascender y ampliar la comprensión principal de los sistemas vivos. Este libro es diferente a todo en la literatura parapsicológica. Los capítulos del libro se han publicado como ensayos de diferentes autores. Sin embargo, los lectores encontrarán tres secciones, cada una incluye cuatro capítulos.

El primer capítulo (Teorías de la Experiencia Extracorporal) se pregunta “¿Qué es una experiencia extracorporal?” de Nelson Abreu. Las experiencias fuera del cuerpo a veces son precedidas por una serie de sensaciones durante o después de una serie de estados alterados que incluyen quedarse dormido o despertar, mientras se está bajo la influencia de la anestesia o ciertas sustancias psicodélicas o enteógenos, como resultado de la privación sensorial, del sueño, de la comida o el agua, debido a estimulación electromagnética externa o fuerzas gravitacionales o mecánicas. Las EFCs se presentan en las más diversas culturas a lo largo del tiempo. En el capítulo dos, Luis Minero se pregunta “¿Hay más de nosotros de lo que parece? o ¿puede la EFC darnos una perspectiva diferente de la conciencia y el yo? Minero explica la EFC como un fenómeno objetivo y la EFC como una extensión de uno mismo. Sostiene que el ser humano posee cuatro vehículos de manifestación que son conocidas en la literatura EFC clásica: el cuerpo físico, y el cuerpo energético (también cuerpo etérico, “energosoma”, cuerpo bardo, cuerpo bioplásmico, Pranamayakosha, u otros), la psicosoma o cuerpo astral, mentalsoma (también cuerpo intelectual, cuerpo mental, u otros). Esta terminología fue originalmente formulada por el dentista brasileño y líder espírita Waldo Vieira (1932-2015), quien desarrolló una disciplina que acuñó como "Projeciologìa" (la ciencia de la EFC).

Ed Kellogg realiza un enfoque fenomenológico de las experiencias fuera del cuerpo y los sueños lúcidos, comparando los sueños lúcidos y las experiencias fuera del cuerpo, sin embargo, Kellogg no considera a las experiencias fuera del cuerpo como una especie de sueño lúcido, aunque la diferencia entre la experiencias fuera del cuerpo y los sueños depende en gran medida de cómo se los defina. Ryan Hurd teorizó la psicología evolutiva de las experiencias fuera del cuerpo y sus correlatos neurológicos. Según él, los investigadores han sido capaces de precisar las áreas del cerebro que están asociadas las con experiencias fuera del cuerpo mediante el estudio clínico de la actividad cerebral de personas que tienen experiencias fuera del cuerpo espontáneas, aquellos que han sufrido daños cerebrales, así como la creación de una variedad de situaciones en laboratorio que pueden dar lugar a tales experiencias. Este capítulo también incluye las características de experiencias fuera del cuerpo a través de culturas.

La segunda sección: Evidencia verificable del viaje fuera del cuerpo) contiene cuatro capítulos. Robert Peterson muestra evidencia acerca de si el alma abandona el cuerpo, experimentos de EFC en laboratorio y la evidencia anecdótica de las EFC espontánea, la colección de casos de EFC de Robert Crookall, y el viaje de S.R. Wilmot, y la experiencia cercana a la muerte de Eben Alexander. Preston Dennett exploró analizó la evidencia anecdótica de los efectos psi. Sostiene que uno de los efectos más interesantes y desconcertantes de la EFC es la activación de un facultades psi y potencialidades mentales no físicas, es decir, individuos que se han convertido en dotados de clarividencia, precognición, telepatía, y muchos otros fenómenos, como Robert Monroe, Sylvan Muldoon, Marilynn Hughes, entre otros.

La perspectiva de Graham Nicholls es particularmente interesante. Se concentra en las experiencias fuera-de-cuerpo y la percepción no local. Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) experiencias y experiencias fuera del cuerpo podría ser la clave para la conciencia, y la conciencia de sí mismo podría haber más de una función cerebral localizada; pero estas experiencias no tienen por qué tener algo que ver con la religión y las creencias. Nicholls explora estos temas en un esfuerzo por salir de la carga emocional e ideológica impulsada por el tema. Jurgen Ziewe llevó a cabo una serie de experimentos sobre la percepción durnate una EFC en los años setenta, cuando empezó a tener experiencias fuera del cuerpo regulares. Inicialmente comenzó a observar su entorno fuera del cuerpo en busca de signos que más tarde pudo comprobar en estado de vigilia. Como otros autores han argumentado, la mayoría de los científicos que nunca han tenido una experiencia fuera del cuerpo (EFC) son propensos a descartar la experiencia como una fantasía alucinatoria, distorsión de la percepción, o describirla como debido a una interrupción temporal en la integración multisensorial. Sin embargo, desde el momento en que despertamos y abrimos los ojos por la mañana son las imágenes que entran en nuestro mundo interior las que son manipuladas y ensambladas por el cerebro en algo que se conforma como una realidad coherente. Acerca de los beneficios personales de la exploración fuera de cuerpo (Tercera Sección), Clare Johnson analiza las experiencias fuera del Cuerpo felices y creativas. Una EFC puede ser aterradora para alguien que nunca ha oído hablar de esta experiencia y mucha gente neófita cree que se está por morir, o que se pierde y nunca podrá regresar a sus cuerpos. Robert Waggoner sostiene una progresión práctica desde el sueño lúcido a los estados extracorpóreos. En este capítulo, el lector puede aceptar la posibilidad de que un cierto porcentaje de los estados de la experiencia se superponen.

Preston Dennett explora la curación en los asi llamados mundos astrales, pero el autor utiliza la palabra plano astral en referencia a la EFC-mundana que a veces entran en contacto con una experiencia humana que existe por fuera de la dimensión física. Por último, Alexander De Foe concluye con reflexiones de la nueva emergencia de la conciencia. De Foe expresa que la experiencia fuera del cuerpo es consideradoaa veces como un cambio de perspectiva visual y espacial de la persona. La EFC puede ampliar nuestra comprensión de sí mismos y nos conecta con otra más amplia. Aunque el OBE estaría relacionada con procesos cognitivos asociados a la alucinación visual y táctil y la propensión a la fantasía, sin embargo, éstas son parte de la experiencia humana y, como tal, merecen y necesitan ser estudioadas para relacionar sus posibles componentes paranormales.

Es un libro necesario para entender cómo y por qué estas experiencias se viven de forma diferente, por ejemplo, los factores que causan la experiencia de otra personalidad como opuesta a otra y qué factores causan esta experiencia de uan doble identidad como presente en el cuerpo en lugar de externamente. De Foe escribe de una manera amena. Espero que haya traducciones en español para que los lectores puedan disfrutar de los “vuelos” que este libro describe en forma tan elegante. Alexander De Foe es un psicólogo académico que ha pasado varios años de investigación en el laboratorio de Estudios Psicológicos de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia. Alexander ha producido varias publicaciones científicas y conferencias sobre temas como la percepción, los estudio de la conciencia.

 

* Jorge Villanueva fue redactor en Jefe de la Revista Argentina de Psicología Paranormal (1990-2004), Secretario del Instituto de Psicología Paranormal, Asoc. Civil, y becario de la Fundación BIAL. Es autor y traductor de artículos sobre historia de la parapsicología, investigación ganzfeld, y psychomanteum publicados en la RAPP y Journal of the Society for Psychical Research. Ha sido expositor en varias conferencias de parapsicología en Buenos Aires. Es miembro de la Asociación Iberoamericana de Parapsicología. Tiene particular interés en el estudio de los psíquicos y sus estrategias para estimular psi bajo condiciones de laboratorio, y la biografía de psíquicos e investigadores. Actualmente colabora en el proyecto SIPSI para crear la más completa base de datos en parapsicología en español.
Jorge Villanueva.
Por Jorge Villanueva*.
jovillanu@yahoo.com.ar
El Límite: Una profunda investigación sobre la consciencia, el cerebro y las experiencias cercanas a la muerte.
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Ki or Psi: Anomalous remote effects of mind-body systems. Biophysical approach to unknown power.
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Knowing the unknowable: Putting psi to work.
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Man who could fly: Saint Joseph of Cupertino and the mystery of levitation.
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Consciousness beyond the body: Evidence and reflections.
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Revistas recibidas
The Skeptical Inquirer. Vol.40, No.1, Enero-Febrero 2016.
The Skeptical Inquirer. Vol.40, No.2, Marzo-Abril 2016.
Zeitschrift für Anomalistik. Vol.15, No.3, 2015.
Australian Journal of Parapsychology. Vol.15, No.2, Diciembre 2015.
Query: La Scienza Indaga i Mysteri. Vol. 6, No.23, Otoño 2016.
MindField: The Bulletin of the Parapsychological Association. Vol.8, No.1, 2016.
Luce e Ombra. Vol.115, No.3, Julio-Septiembre 2015.
Journal of Parapsychology. Vol.79, No.2, Otoño 2015.
Liberabit: Revista de Psicología. Vol.21, No.1, Enero-Junio 2015.
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