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MEMORIA, EMOCIÓN Y PROCESOS RECEPTIVOS DE PSI
Richard Broughton *
En un esfuerzo por comprender al proceso receptivo de psi -o percepción extrasensorial o cognición anómala- los parapsicólogos tradicionalmente tienen en cuenta dos etapas. En la primera, la información de un evento futuro, aislado sensorialmente, ingresa al sistema biológico humano. En la segunda, esta información se procesa en la conciencia y/o emerge una respuesta conductual. De acuerdo con esta conceptualización, la Etapa 1 va a implicar alguna forma de transferencia anómala de información. Por supuesto, hay un intenso debate en torno a ciertos modelos acerca de si el proceso psi implica o no "transferencia" de información; sin embargo, es difícil saber, en términos operacionales, si es realmente el organismo humano el receptor final que responde como si hubiera adquirido información anómala. En cualquier caso, hay razón para suponer que las explicaciones para la Etapa 1 probablemente correspondan más al dominio de la física que al de las ciencias cognitivas.
El investigador británico G.N.M. Tyrrell (1946), propuso por primera vez el modelo de psi receptivo de dos etapas cuando hizo la distinción entre proceso y producto, en lo que llamó "cognición paranormal." El proceso es la "recepción" de lo telepático, o cualquier otra información paranormal, que siempre es inconsciente. El producto es la elaboración de la información en un saber consciente. Tyrrell dice que: "El producto del proceso cognitivo paranormal no es en si mismo paranormal… El producto del proceso cognitivo paranormal es siempre producto de lo cognitivo y otros procesos que no solemos llamar paranormal" (Tyrrell, 1946, p. 68, cursiva en el original).
Tyrrell sostenía que la información adquirida paranormalmente venía de la consciencia a través de "vehículos mediatizadores", como los sueños, las alucinaciones, o las imágenes mentales. Años más tarde, Louisa E. Rhine adoptó un modelo similar para comprender los diferentes tipos de casos espontáneos de su colección (Rhine, 1978), y en gran medida ese modelo ha alcanzado cada vez más aceptación como un punto de partida razonable para otras teorías explicativas. Irwin (1999) llama a estas etapas "etapas de mediación" y "fases experienciales" de psi.
Los experimentos del novelista Upton Sinclair con su mujer Mary Craig fueron un ejemplo de reproducciones llamativamente cercanas al objetivo, como el volcan en erupción (izq.) y el dibujo de una cucaracha (der.)
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La etapa experiencial del proceso psi -decía Tyrrell- no es paranormal. En realidad supone procesos cognitivos y emocionales normales, y varios investigadores sugieren que éstos son los componentes clave del proceso (Stokes, 1997). El desafío es comprender cómo funciona psi y comprender también las operaciones cerebrales normales.
Hace casi dos décadas, propuse que si queríamos saber cómo funcionaba psi, primero teníamos que saber para qué sirve (Broughton, 1988). Debemos tener presente desde el inicio, el proceso mismo que ha permitido que el Homo sapiens sea la especie más exitosa del planeta: la evolución. La evolución tiene una respuesta sencilla para el propósito de la existencia de psi. Psi debería tener un rol concreto, por ejemplo, mejorar la salud, nuestra capacidad de supervivencia, y pasárselo a nuestras próximas generaciones a través de los genes. En resumen, psi debe servir para algo; debe ser útil (Broughton, 1988, 2000).
Una de las características distintivas de la evolución es la economía de los recursos del organismo, en otras palabras, la evolución tiende a evitar "diseños" o sistemas nuevos siempre y cuando existan sistemas anteriores que puedan adaptarse y mejorarse con el objeto de satisfacer nuevas necesidades y conferir nuevas ventajas evolutivas.
Una clave importante para la salud evolutiva del Homo sapiens ha sido su capacidad de adquirir y almacenar información, y utilizarla para planear futuras acciones basadas en la evaluación de los resultados probables. Los humanos somos, en esencia, una especie orientada hacia el futuro. Suponiendo que la evolución nos haya dotado de la capacidad de capitalizar información anómala, entonces sería razonable esperar que esa capacidad se haya ido construyendo e integrando en los sistemas cerebrales amoldándose poco a poco de manera saludable.
MEMORIA Y PERCEPCIÓN EXTRASENSORIAL
Un sistema cerebral así ya se ha identificado: la memoria. Los primeros investigadores de la Society for Psychical Research, cuando se enfrentaron a problemas como "¿Por qué los fantasmas llevan ropa?" o "¿Cómo puede haber apariciones de individuos vivos?" estuvieron de acuerdo en que gran parte de estas experiencias eran alucinaciones, tal vez mediatizadas por la telepatía en algunos casos (Gurney, Myers, & Podmore, 1886; Myers, 1903). Había un reconocimiento, pero no un consenso, de que las experiencias aparicionales eran, en esencia, producto de la mente del percipiente. En otras palabras, una alucinación construída a partir de las imágenes de la memoria del percipiente.
El primer modelo completo de percepción extrasensorial basado en la memoria fue el desarrollado por William Roll (1966), que planteó que las respuestas de percepción extrasensorial consistían de memorias revividas. En su modelo, Roll dice que hay un input o disparador anómalo (la Etapa 1 o fase de mediación), pero luego la experiencia de percepción extrasensorial se basa en contenidos de la memoria existente. Roll lo compara con el input sensorial normal, que es procesado comparándolo con la memoria existente, y la experiencia extrasensorial, que surge únicamente de la memoria. Una vez evocado, según Roll, los recuerdos detonados por percepción extrasensorial quedan sujetos al mismo sistema de procesamiento mental que los recuerdos normales en su manera de acceder a la consciencia.
Irwin (1979), que avanzó hacia un modelo más completo y desarrollado de memoria y percepción extrasensorial, dice que hay dos importantes enfoques para comprender la fase experiencial de la percepción extrasensorial. Uno es cuasi-sensorial (o pseudo-sensorial, usando la terminología de Irwin), incorporado en la noción de "sexto sentido". Schmeidler (1991) propuso un modelo de percepción extrasensorial basado en la idea de que la percepción extrasensorial es un proceso cuasi-sensorial. Sin embargo, al analizar la diferecia entre los casos espontáneos y la investigación experimental (Irwin, 1979, 1980), Irwin concluyó que "… la evidencia existente no es favorable a que la información extrasensorial conlleve los mismos tipos de procesamiento como la entrada sensorial normal" (Irwin, 1999, p. 166). Las características típicas de los estímulos sensoriales, por ejemplo, su discriminabilidad, no tienen un efecto sistemático en las pruebas de percepción extrasensorial. Aunque Irwin no excluye a los modelos sensoriales, cree que el peso de la evidencia apunta a los modelos basados en la memoria que implican lo que este investigador llama procesamiento "ideacional". En el modelo de Irwin, la información de la memoria evocada por percepción extrasensorial, pasa a través de varias etapas de procesamiento inconsciente o preconsciente que determinará si éste surge o no a la consciencia de la misma forma en que la información sensorial se procesaría (Irwin, 1979).
Louisa Ella Rhine encontró que los sueños forman entre un tercio y dos de todos los casos espontáneos, seguidos de experiencias intuitivas y alucinaciones en vigilia.
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No me voy a poner a evaluar el atrevido modelo de Irwin, pero me gustaría señalar que la carencia de datos que caracterizan el procesamiento sensorial podría ser una función de la cantidad de información implicada en la Etapa 1 del proceso. Debido a que ciertos tipos de experiencias extrasensoriales implican a la imaginería, hay una tendencia a creer que la entrada anómala en la Etapa 1 involucra la transferencia de gran cantidad de información. De hecho, la Etapa 1 puede implicar transferencia de muy poca información, pero de cantidad suficiente como para activar los sistemas apropiados que pueden elaborar el mensaje a la consciencia. De este modo, el camino inicial en el sistema de procesamiento de información humano se podría asemejar más a la percepción que al procesamiento sensorial ordinario, como han sugerido algunos investigadores (por ejemplo, Roney-Dougal, 1986; Schmeidler, 1986; Wilson, 2002).
Una de las características obvias de la percepción extrasensorial es que ésta parece proporcionar información nueva al percipiente; algo que el percipiente antes no sabía. Sin embargo, Irwin dice que esto no significa que esa información no esté en la memoria previamente. Una experiencia psi que informa a un individuo que su amigo justo acaba de morir obviamente no activará ningún recuerdo del amigo muerto, sino que probablemente active las redes de recuerdos que implican al amigo, por ejemplo, la muerte en general, y quizá la forma en la que el amigo podría haber muerto. La percepción extrasensorial se activa y encadena distintos componentes que dan orígen a la nueva información en su conjunto. A veces la experiencia viene acompañada por el saber distintivo de imágenes de la memoria que la percepción extrasensorial detona y que se imponen súbitamente en la actividad mental.
Si -en esencia- el modelo de la memoria resulta correcto, se puede justificar entonces el hecho de que la información extrasensorial a veces es lamentablemente incompleta, o se transforma en imaginería indirecta. El percipiente simplemente podría no tener los recuerdos necesarios para completar una imagen realística, o quizá, por el motivo que sea, la percepción extrasensorial detonante es incapaz de causar la vínculos mnémicos necesarios para hacerlo.
Irwin (1979) también toma en cuenta qué tipo de memoria participa en la percepción extrasensorial, y parece claro que el tipo de la memoria implicada en el proceso extrasensorial es la memoria a largo plazo. Los casos espontáneos sugieren que los recuerdos son principalmente visuales, y por lo general más concretos que abstractos. En varios estudios experimentales y cuasi-experimentales es la estructura del objetivo la que parece brillar. Las memorias semánticas, como tales, no parecen activarse, pero si surgiera cualquier información semántica, por lo general éstas surgen en la última etapa, cuando el sujeto intenta interpretar las imágenes que ha experimentado. Los experimentos de telepatía de Warcollier lo condujeron a concluir que: "… no es el significado lo que se transmite, sino la imagen" (Warcollier, 1939, p. 131). Los experimentos de Upton Sinclair con su mujer como sujeto (Sinclair, 1962), son un ejemplo de reproducciones llamativamente cercanas al objetivo, pero que la Sra. Sinclair no podía identificar en absoluto. La investigación actual de la experiencia confirma estas observaciones. Al inicio del programa de experimentación en visión remota, los científicos se dieron cuenta que los dibujos que hacían los veedores remotos eran más útiles y exactos que los esfuerzos del veedor en su vano intento por interpretar sus impresiones verbalmente, lo cual condujo a los experimentadores a pedir a los veedores remotos que procuren recordar, o tan sólo dibujar sus imágenes, no tratar de interpretarlas.
Aunque la evidencia sugiera que esa memoria semántica no cumple ningun rol en la percepción extrasensorial, parece probable que hay mucho elemento estructural implicado. La evidencia, especialmente la proveniente de la investigación PES en sueños y los experimentos ganzfeld, indican que a veces se activan las imágenes completas de objetos, escenas, o individuos, de modo que la memoria elemental de las experiencias cognitivas de percepción extrasensorial pueden ser imágenes primariamente visuales que se integran a los elementos estructurales del modelo de Irwin.
EL SISTEMA EMOCIONAL Y LA PERCEPCIÓN EXTRASENSORIAL
Los modelos basados en la memoria y la percepción extrasensorial, especialmente el modelo de procesamiento de información de Irwin (Irwin, 1979), se dan en un contexto dentro del cual se puede comprender cómo opera psi. Los recientes avances en el estudio del sistema emocional en neurociencias y una mayor comprensión de su rol en la toma de decisiones permite saber cómo el sistema emocional también puede participar en el pasaje de la información anómala a la consciencia humana o al comportamiento humano.
El papel de las emociones tiene una larga historia en parapsicología, aunque debemos notar que en este contexto el foco no es el contenido afectivo de los objetivos ni las relaciones entre las personas implicadas en una experiencia psi. Si bien estos factores pueden tener cierta importancia, el foco está en los sistemas neurales de la emoción humana, ampliamente definidos, de la misma forma en que los modelos psi implican la red de circuitos corticales que hace posible la memoria.
La hipótesis del Marcador Somático del neurofisiólogo portugués Antonio Damásio indica que el sistema emocional es un componente fundamental en el rol que la memoria desempeña en seleccionar las imágenes a las que prestamos atención, que concierne a la amenaza y la supervivencia.
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En un contexto evolutivo, el sistema emocional es el fundamento de la mayor parte de los sistemas adaptativos de supervivencia, una respuesta de combate, y -a través de las operaciones de la amígdala- detectar amenazas y peligros e iniciar respuestas automáticas. Es un sistema evolutivamente viejo que compartimos con todos vertebrados. LeDoux (1996) sostiene que es precisamente la unión de los sistemas emocionales con los cognitivos la que nos ha conferido una ventaja evolutiva inmensa porque nos permite cambiar de una simple reacción automática a acciones planeadas. Damasio (1994) ha demostrado que el sistema emocional cumple el principal papel en la fase de acción-planificación, es decir, influenciando la selección de las imágenes de la memoria que representan aquellas opciones, forzando asi la elección a un rango que el sistema emocional ya ha "preseleccionado". La hipótesis del marcador somático de Damasio (de la que hablaré luego y que ofrece un contexto muy prometedor para estudiar la posible operación de información anómala en la consciencia) está basada en una relación de trabajo muy cercana entre el sistema emocional y la memoria (Broughton, 2002).
El trabajo de la memoria y la emoción en el proceso de percepción extrasensorial se puede ver más claramente en los casos espontáneos, que son una fuente obvia de datos si la percepción extrasensorial fuera vista en un contexto evolutivo. Los casos espontáneos de percepción extrasensorial se pueden clasificar en tres categorías principales, y si bien las proporciones exactas varían entre si, se pueden sacar algunas conclusiones generales. Los sueños forman entre un tercio y dos (en la colección de L.E. Rhine) de todos los casos espontáneos, seguidos de experiencias intuitivas y alucinaciones en vigilia (Stokes, 1997).
Desde siempre se ha visto al sueño como un territorio fértil de estudios de percepción extrasensorial (Ullman, Krippner, & Vaughan, 1989). El sueño parece especialmente conveniente para facilitar el acomodamiento y combinación de imágenes de la memoria en nuevas pautas y episodios. Esta característica es fundamental para la teoría psicoanalítica, y es un componente conocido y valioso en creatividad y en el terreno de la resolución de conflictos. Tampoco vamos a hacer un gran descubrimiento al estudiar a los sueños como un campo de trabajo ideal en el cual cierta forma de input extrasensorial influye sobre las diversas imágenes de la memoria necesarias para presentar una información nueva y potencial importante para la consciencia.
Las imágenes del sueño se extraen de la memoria, y se puede clasificar a los sueños como simbólicos porque distan de una representación del acontecimiento relacionado. Sólo podemos especular en cuanto a por qué algunos sueños son simbólicos. Algunos teóricos han planteado que la naturaleza simbólica quizá sea a causa de una forma de disminuir el impacto de las "malas noticias" o ser resultado de mecanismos de represión o defensa de su contenido emocionalmente perturbador.
La relación entre la memoria y el sueño es un área que ha generado mucha investigación y debate en la actualidad (Hobson, Pace-Schott, & Stickgold, 2000; Stickgold, Hobson, Fosse, & Fosse, 2001). Dormir y soñar parecen parecen gozar de una relación bidireccional con la memoria. La memoria es obviamente la fuente del contenido de los sueños, pero los sueños, y más generalmente, el dormir, cumple un rol en la consolidación y el refuerzo de la memoria a largo plazo (Walker & Stickgold, 2004), especialmente cuando está implicado un contenido emocionalmente excitante (Hu, Stylos-Allan, & Walker, 2006).
Según el parapsicólogo W.G. Roll, los recuerdos que la PES dispara quedarían sujetos al mismo sistema de procesamiento que los recuerdos normales en su manera de llegar a la consciencia.
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Cuáles son precisamente las fuentes de esos recuerdos al soñar, y cómo se seleccionan estos recuerdos son todavía dos preguntas sin respuesta. Hay cada vez más investigadores que estudian los sueños ya no simplemente como resultado de un proceso más o menos aleatorio del cerebro, sino como una forma de procesamiento significativo de la memoria (Paller & Voss, 2004; Revonsuo, 2000). Hay evidencia creciente de que el sistema emocional cumple un rol importante. La investigación reciente demuestra que durante el sueño REM la corteza prefrontal dorsolateral se desactiva y la formación del hipocampo procesa salida mínima, lo cual significa que las memorias episódicas estructuradas no están implicadas, mientras que el área de asociación visual y las proyecciones paralímbicas asociadas operan en forma separada de la entrada sensorial exterior (Braun et al., 1998). Las huellas de la memoria episódica participan, pero de manera extraña y aparentemente imprevisible (Nielsen & Stenstrom, 2005). También, durante el REM (Rapid Eye Movement), el núcleo central de la amígdala y las estructuras límbicas del procencéfalo están activas contribuyendo a la entrada sustancial del sistema emocional (Stickgold, Hobson, Fosse, & Fosse, 2001). Stickgold et al. dicen que "… aunque las emociones parecen jugar un rol importante en la selección de las memorias que se incorporan en los sueños, los sueños en sí mismos muestran poco o ningún contenido emocional (p. 1056)." La actividad cerebral que ocurre durante sueños puede ser atribuida a la actividad creativa y a la resolución de problemas asociados con el dormir y el soñar (Wagner, Gais, Haider, Verleger, & Nacido, 2004; Paseante, Liston, Hobson, & Stickgold, 2002), y pueden proporcionar la tela conveniente sobre la cual se pudieron pintar las imágenes de la memoria al transmitir la información anómala necesaria.
El segundo tipo de percepción extrasensorial, en la mayor parte de las colecciones de casos espontáneos, es la impresión intuitiva, representando un poco más de un cuarto de los casos. Las impresiones intuitivas a veces se presentan como una corazonada repentina o un conocimiento inesperado de que ha ocurrido algo con consecuencias desagradables (por lo general, en conexión con alguien con quien la persona tuvo la experiencia). Los casos se describen como "justo sabiendo" y no están acompañados por ningún razonamiento o procesamiento de imágenes. Un ejemplo típico de un caso de impresión sería una madre que de repente "sabe" que algo le ha sucedido a su niño y conduce hasta la escuela, donde ella sabe que su niño ha tenido un accidente en el patio de recreo. Muchas de estas impresiones están acompañadas por sensaciones emocionales fuertes, a menudo ansiedad o temor. Un gran número de casos implican sólo sentimientos, sin contenido cognitivo que pueda explicarlos. Stevenson (1970) ha investigado varios casos en los que sólo sensaciones intuitivas resultaron en modificaciones significativas en la planificación de actividades u otras respuestas comportamentales que en última instancia también terminaron beneficiosas.
A simple vista, los casos intuitivos pueden representar un problema para los modelos de la memoria, ya que no parecen implicar ni a la memoria ni a las imágenes. En determinado momento, los contenido de la conciencia son imágenes, pero algunas imágenes ingresan por las entradas sensoriales mientras que otras provienen de la memoria. Durante los períodos baja entrada sensorial, las imágenes de la memoria son dominantes. Estas imágenes se almacenan en la memoria de trabajo por períodos de un instante a varios segundos. El mecanismo de atención básica retiene una imagen en particular en la memoria de trabajo, más o menos hasta la exclusión de otras. Como parte de su hipótesis de marcador somático, Damasio (1994) dice que el sistema emocional, trabajando en armonía con las estructuras prefrontales del cerebro, cumple un rol importante al generar las imágenes particulares que pasan por la conciencia y determinan que imágenes van a ser el centro de nuestra atención. Cuando este proceso inconsciente lleva a conclusiones o decisiones repentinas, se sentirá como una intuición porque la solución o la decisión dará toda la sensación de haber "aparecido" en la mente. De hecho, un interjuego sutil entre experiencia emocional aprendida y memoria estará por detrás del proceso, pero todo esto quedará oculto a la consciencia.
Una característica particularmente interesante de muchos casos intuitivos es que éstos implican fuertes sensaciones emocionales. Damasio (1994), LeDoux (1996), y otros han demostrado que además de la memoria declarativa, una persona tiene memoria emocional. Estas son las memorias que pueden poner el cuerpo en los estados físicos -los sentimientos- asociados con las experiencias pasadas. Estas memorias de sentimientos son los marcadores somáticos que apuntalan la toma de decisiones y la planificación en la teoría del marcador somático de Damasio.
Para Irwin una experiencia psi en torno a un amigo que ha muerto en ese momento no activa ningún recuerdo del amigo muerto, sino que probablemente active las redes de recuerdos que implican al amigo, por ejemplo, la muerte en general, y quizá la forma en la que el amigo pudo haber muerto.
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El último de los tipos de casos espontáneos es la de la alucinación en vigilia, o imagen cuasi-sensorial. Las alucinaciones que con frecuencia involucran a personas, a veces muertas, aunque también a personas vivas, y a animales no son casos raros. Hay casos alucinatorios que transmiten información útil, como advertencias o noticias de ocurrencias desgraciadas, como muertes o enfermedades de familiares o amigos, y a veces también alucinaciones relativamente triviales. Hay un ejemplo de un soldado norteamericano de la Segunda Guerra mundial, que mientras conducía un coche con varios oficiales durante una visita de inspección, tuvo la siguiente experiencia: Poco antes que retornaran, otro soldado le indicó un atajo para regresar a la base. Cuando lo encontró, comenzó a conducir cuesta abajo cuando de repente, vio a un amigo suyo que lo detuvo y le dijo que retornara por donde había venido. Sin pensarlo demasiado, dio marcha atrás, y tuvo la precaución de esquivar a un camión lleno de marinos que también esperaban bajar por ese mismo sendero. Cuando estaba próximo a retornar a la base, supo que el amigo que había lo desviado del sendero había muerto pocas semanas antes. Al día siguiente, el conductor también se enteró que el camión con los marinos que había evitado chocar, había cruzado por un campo minado en el que todos habían perdido la vida.
Las alucinaciones, por supuesto, implican imágenes de la memoria, pero enmascaradas bajo la forma de un input sensorial. Las imágenes son en su mayoría normalmente visuales, pero también pueden ser auditivas o implicar otros sentidos. Las alucinaciones que comprenden casos espontáneos son también bastante diferentes de las alucinaciones recurrentes asociadas con condiciones clínicas o neurológicas. Por lo general en individuos normales son eventos aislados.
El etiología de las alucinaciones en poblaciones clínicas y no-clínicas son también tema de mucha investigación y debate (Collerton, Perry, & McKeith, 2005). Por lo general, los modelos que aplican las alucinaciones implican deficiencias o fallas en la atribuición de orígen de las imágenes en la memoria a corto plazo (Bentall, 2000; Collerton, Perry, & McKeith, 2005). De acuerdo a estos modelos, las imágenes de fuentes internas se atribuyen incorrectamente al mundo externo, o a una entrada sensorial externa. Más recientemente, se cree, cada vez más fuertemente, que las alucinaciones en vigilia pueden tener su orígen en los mismos mecanismos subyacentes del sueño (Gottesmann, 2005; Ingle, 2005; Mahowald, Woods, & Schenck, 1998; Pace-Schott, 2005).
En las alucinaciones "parapsíquicas", ¿qué parte del sistema selecciona las imágenes de la memoria que va a transmitir el mensaje? Hasta aquí la respuesta a esta pregunta sólo puede ser especulativa, aunque, una vez más, la hipótesis del marcador somático de Damasio nos ofrece algunos indicios interesantes. Un componente fundamental de su modelo es el rol que desempeña el sistema emocional en seleccionar las imágenes a las que prestamos atención. Las raíces evolutivas de este sistema están en esa parte del cerebro que concierne al descubrimiento de la amenaza y las reacciones de la supervivencia. Este sistema tiene mecanismos evolutivos para desviar e influir los recursos atencionales que activamos a las imágenes que representan nuestras opciones de acción (Damasio, 1994, 1996). Una vez más, y volviendo al contexto evolutivo, si la evolución ha otorgado a los humanos un sistema diseñado para un procesamiento automático de la información relacionada con la supervivencia, ¿no tendría sentido para el sistema integrar una información psi cuando sea necesario? La evolución simplemente pudo haber encontrado que la mejor manera de presentar información psi en el estado de consciencia ordinaria es mediante una "superposición" de información en la memoria del procesamiento sensorial normal.
PERCEPCIÓN EXTRASENSORIAL Y COMPORTAMIENTO
La principal característica de la mayoría de las colecciones de casos espontáneos es que éstas parecen proporcionar información, aunque en muchos de estos casos la información resulte en cambios en el comportamiento subsecuente, lo cual ha llevado a la razonable presunción de que el propósito primario de la percepción extrasensorial es transmitir información anómala a la conciencia. Sin embargo, se puede decir que, desde una perspectiva evolutiva, la principal función de la percepción extrasensorial quizá sea guiar o cambiar el comportamiento de un individuo de manera adaptativa y orientada hacia la supervivencia (Broughton, 1988). La versión más ampliamente desarrollada de esta perpectiva es el modelo de la Respuesta Instrumental Mediatizada por Psi (o modelo PMIR) (Stanford, 1974, 1990).
El modelo PMIR parte de la premisa fundamental de que psi opera a un nivel inconsciente para satisfacer las necesidades humanas, preparando a un individuo mediante respuestas adaptativas a situaciones del entorno basadas en la adquisición de información relevante a través de un canal no-sensorial. Este modelo considera a psi como un componente activo de la conducta humana que utilizará cualquier información pertinente que pueda ser asequible al servicio de las necesidades del organismo. En este sentido, psi funciona de igual manera que nuestro sistema sensorial, es decir, las necesidades que Stanford ve en psi al servicio del individuo son las mismas necesidades por las que el organismo respondería si la información sensorial estuviera perceptualmente accesible (Stanford, 1990). Dentro del modelo PMIR, psi puede alcanzar su objetivo en una variedad de maneras, implicando cambios en la excitación motivacional o emocional, o focalizar la atención, y esto ocurre inconscientemente, sin saber que nada extraordinario suceda.
Aunque el PMIR está basado en presunciones, todas muy razonables en tanto la premisa básica sea que aceptemos que psi tiene como resultado final ser evolutivamente útil, Stanford también ha presentado una gran cantidad de evidencia experimental y anecdótica que apoya su modelo (Stanford, 1990). En aquel entonces, era difícil concebir a un sistema cerebral mediante el cual la información psi interactúe para lograr tan amplia gama de comportamientos. Hoy día Antonio Damasio (1994) y otros afirman que un sistema cerebral podría hacer ese trabajo muy efectivamente: el sistema emocional.
En la hipótesis del marcador somático, siempre que se puedan encontrar estímulos apropiados en el entorno, la memoria de este encuentro incluye no sólo los aspectos sensoriales y cognitivos, sino también el estado del cuerpo (principalmente las vísceras) que estaba asociado con la reacción emocional de este encuentro. Este es el marcador somático para ese dato mental. Un encuentro con una serpiente probablemente esté asociado con un estado somático que incluye todas las formas de una respuesta de temor (sudoración en las palmas, corazón palpitando, náuseas), mientras que un encuentro con un individuo de interés romántico posiblemente produzca un conjunto diferente de respuestas emocionales positivas en el cuerpo. Cuando el individuo recuerda las imágenes de ese encuentro, del mismo modo también lo hacen los marcadores somáticos (aunque probablemente no en forma consciente). La hipótesis del marcador somático postula que uno de las inputs de la capacidad de razonamiento y la toma de decisiones es una memoria o re-experienciación de los estados emocionales del cuerpo (los sentimientos) y que la experiencia anterior ha quedado asociada con los aspectos específicos de la decisión o el asunto a consideración.
Los marcadores somáticos también sirven para producir orden y prioridad aún en los procesos de razonamiento más sutiles, influenciando el quantum atencional que prestamos a los contenidos de las imágenes que tenemos en la memoria de trabajo, por instantes fugaces, en el proceso. Pero a causa de forzar las opciones disponibles para una determinada decisión, el sistema emocional reduce un potencial número de opciones a una gama que es manejable para un análisis lógico y de relación costo-beneficio. El proceso probablemente sea inconsciente y rápido, y sería sentido como lo más cercano a una intuición.
Esto no significa de ninguna manera que la hipótesis del marcador somático explica de alguna manera la percepción extrasensorial, o que la percepción extrasensorial forma parte del proceso. Es simplemente un modelo basado en un cuerpo creciente de conocimientos acerca del funcionamiento del sistema emocional que propone que las emociones podrían desempeñar un rol al menos importante, como la memoria en el proceso de traducir información anómala a conocimiento útil o comportamientos adaptativos en humanos. Comprender la emergencia de los sistemas emocionales revela que esto cumple un papel clave en la selección de las imágenes de la memoria los cuales podrían formar parte de los casos espontáneos, e igualmente jugar un papel en las decisiones y el comportamiento que representarían a psi operando dentro del modelo PMIR de Stanford.
La operación del sistema emocional es, por supuesto, inconsciente, conformando una de las características comunmente imputadas al proceso psi. Además, es relevante a lo que creemos es uno de los grandes problemas en la investigación: nuestra incapacidad para controlar el uso de la información psi. Los casos espontáneos son sólo eso: espontáneos. Aparecen espontáneamente, uno no puede hacer que sucedan. En el psi del laboratorio es notoriamente evasivo e incontrolable, y esto a veces se atribuye a su naturaleza inconsciente. Desde una perspectiva evolutiva, argumenté que una de las características que podríamos esperar de la capacidades psi sería que éstas no están sujetas al control consciente porque si así fuera sería demasiado fácil de malgastarlas, y de esta manera no serían conducentes para la supervivencia en términos evolutivos (Broughton, 1988). Verdaderamente, parece la naturaleza misma en que opera el sistema emocional, como un sistema de respuesta de supervivencia y un sistema de toma de decisiones, que ésta es inconsciente e independiente de nuestras intenciones. Este es precisamente la forma mediante la cuál la información psi puede satisfacer mejor las necesidades relacionadas con la supervivencia.
EL DESAFIO EXPERIMENTAL
El modelo de Roll (1966) produjo un gran interés experimental para investigar la memoria y la percepción extrasensorial (Palmer, 2006). Estos experimentos probaron las habilidades mnémicas de los participantes usando paradigmas de pruebas estándar de memoria semántica y se los comparó con los resultados de pruebas de PES de respuesta forzada. El análisis de Irwin sugiere que la memoria semántica no parece estar involucrada en el proceso de traer información anómala a la consciencia, de modo que es improbable que muchas de esta primeras investigaciones evalúan la relación funcional entre la PES y la memoria propuesta por Irwin en su informe (aunque James Carpenter lo ha encontrado útil para su reciente modelo del funcionamiento de psi; Carpenter, 2006). Algunas de las relaciones entre la percepción extrasensorial y la memoria provienen de las observaciones de los experimentadores que utilizan la técnica Ganzfeld. A causa de su diseño, las imaginería producida en una sesión ganzfeld surge de la memoria del participante, y de los aciertos observados a causa de la representación nmémica de la imagen que el participante guarda en su memoria que se compara luego con la imagen objetivo (Bem & Honorton, 1994). Entre los objetivos más exitosos en las series de experimentos Ganzfeld de PRL están el de Santa Claus en el anuncio de Coca Cola y la caricatura de Bugs Bunny, dos imágenes muy icónicas para los participantes norteamericanos.
La investigación que toma en cuenta la naturaleza de la experiencia ESP típica basada en imágenes es necesaria para comprensión mejor el papel de la memoria y psi, es decir, las posibles vías que permitan explorar la manipulación o el control de la cualidad icónica (o la familiaridad) de las imágenes objetivo en experimentos de percepción extrasensorial de respuesta libre. Una predicción obvia que surge de los argumentos aquí expuestos sería que las imágenes más familiares o más accesibles para la memoria producirían niveles más altos de éxito. Tal investigación no sería fácil porque controlar la familiaridad de la imagen sería un considerable desafío, como factores tales como la cultura, la edad, y las diferencias regionales dando confusiones potenciales.
En el reino de las diferencias individuales, cuando se revisa la cuestión de los estilos de procesamiento visual y verbal en los individuos desde una perspectiva conductista y, más recientemente, utilizando las técnicas de escaneo cerebral por imágenes, se pueden esperar predictores del alto rendimiento en pruebas de percepción extrasensorial o de la frecuencia de experiencias espontáneas de percepción extrasensorial. La relación de la emoción y la percepción extrasensorial ha estado también sujeta a considerable investigación durante años. Mucha de esta investigación ha tratado con la cualidad afectiva del material objetivo y su influencia en los puntajes de percepción extrasensorial, o en la relación entre participantes en experimentos de percepción extrasensorial. La investigación necesaria para explorar las sugerencias presentadas en este trabajo involucran una perspectiva diferente en el sistema emocional -aquel que focaliza las funciones relacionadas con la supervivencia y el sistema emocional, y su expresión en los humanos contemporáneos tal como influye en la toma de decisiones guiada por la emoción. Las investigaciones sobre el efecto del presentimiento, que sugiere que los componentes emocionales del sistema nervioso autónomo pueden anticiparse a acontecimientos futuros desagradables o amenazantes (Bierman & Radin, 1997; Bierman & Scholte, 2002; Radin, 2000, 2004), ofrecen una prometedora iniciativa en este aspecto, aunque otras interpretaciones alternativas tampoco deberían ser descartadas (May, Paulinyi, & Vassy, 2005).
Explorar las diferencias individuales en la sensibilidad a los sentimientos que influencían inconscientemente las decisiones y los recursos atencionales también pueden sugerir diferencias individuales en e lmodo de funcionamiento de la percepción extrasensorial. El Iowa Gambling Task (IGT) (Bechara, Damasio, Damasio, & Anderson, 1994), usado en la investigación del marcador somático podría también utilizarse para explorar las diferencias individuales en la sensibilidad a sutiles señales emocionales (sentimientos) que facilitan la eficacia en la toma de decisiones (Evans, Kemish, & Turnbull, 2004; Suzuki, Hirota, Takasawa, & Shigemasu, 2003). Si el sistema emocional desempeña un rol mediatizador de la percepción extrasensorial a la consciencia o en las decisiones, uno podría esperar que los individuos que demuestren mayor eficacia en utilizar los sentimientos y las emociones también demostrarán mayor efecacia en el uso de la percepción extrasensorial.
CONCLUSIONES
En el contexto del modelo de psi receptivo, deberíamos esperar que la evolución hubiera adaptado al sistema cerebral para capitalizar la información anómala relacionada con psi al servicio de la supervivencia. Se ha sido identificado a la memoria como el sistema cerebral que mediatiza información anómala a la consciencia, pero todavía nadie ha podido responder a la pregunta acerca de cómo la memoria selecciona las imágenes. La reciente y cada vez más rápida comprensión del rol que cumple el sistema emocional en determinar el contenido de las imágenes a la consciencia a través de su interacción con la memoria, sugiere que este sistema podría jugar un rol clave en capturar el "mensaje" psi. Además, ahora comprendemos el sistema emocional como un componente fundamental en la toma de decisiones a todos los niveles, proporcionando asi una conexión plausible con la conducta adaptativa mediatizada por psi, tal como lo predice el modelo PMIR de Stanford.
Por último, el número de casos espontáneos que parecen consistir únicamente de emociones sugiere que el sistema emocional puede ser el sistema "raíz" por el cual la información anómala puede comenzar el cambio en el sistema humano, vía múltiples caminos. Algunos caminos quizá impliquen la interacción con el sistema emocional y la memoria, o con el detonante directo del componente emocional y la memoria, o la influencia de las decisiones de una manera adaptativa o al servicio de las necesidades. Si la evolución ha seleccionado a la emoción y la memoria para utilizar la información anómala, entonces el componente del sistema emocional explicaría ampliamente la naturaleza inconsciente e incontrolable del psi receptivo, y comprender mejor la Etapa 2 del proceso receptivo de psi.
REFERENCIAS
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* Traducido del inglés por Jorge Villanueva.
** Es doctor en psicología, Senior Lectura en psicología en la Universidad de Northampton, y director del Laboratorio de Intuición. Es autor de la Parapsychology: A controversial Science (1991). El Dr. Broughton es un experto parapsicología. Su interés es la investigación de la transferencia anómala de información en la toma de decisiones, la intuición y los mecanismos de cerebro que subyacen en este proceso. Actualmente es miembro del Centre for the Study of Anomalous Psychological Processes of the University of Northampton.
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